Guía Cereza
Publicado hace 1 año Categoría: Tríos 943 Vistas
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Un sábado que andábamos cortos de dinero, estábamos en la casa de mi novio arrunchados, haciendo pereza y "viendo" Netflix. A eso de las 11 de la noche, sonó el timbre y a los dos nos extrañó.


- ¿Pediste domicilio?


- No


- ¿Quién sera entonces?


- NPI


Él se levantó a abrir la puerta y yo por cogerme el chisme me senté en el mueble al lado de la puerta. Miró por el ojo mágico y la cara de sorpresa fue rarísima. Abrió la puerta con prisa.


- ¿Lizzete? ¿Qué haces vos acá?


- Vengo a que me cumplas la promesa --respondió claramente alcoholizada--


- ¿Promesa? ¿Qué promesa?


- Usted me prometió, me prometió y prometió que terminábamos pero que íbamos a ser amantes para toda la vida


A él se le notó el susto al escuchar que ella le estaba pidiendo semejantes cosas en mi presencia.


La mujer por poco se cae y a Juan le tocó tomarla por la cintura para que no se fuera a ir de espaldas contra el suelo.


- Siempre me encantó tu olor


Le empezó a besar el cuello y le mandó la mano al miembro. Yo nunca he sido celosa y hasta me daba risa ver lo embalado que estaba él tratando de lidiar con esa mujer borracha, sin embargo, traté de mantenerme seria.


- Ey ey Lizz, acá esta mi novia


- No me importa HP, no me importa, igual todos ustedes son unos perros HPs y les encanta montar cachos, malparidos todos


Ahora tenía sentido la borrachera y el despecho, seguro descubrió a su pareja mal parqueado.


- Amor, éntrala mejor --le dije siendo un poco condescendiente-- que no demoran en salir tus vecinas chismosas


Ella no estaba en condiciones de caminar, así que la cargo pasando sus manos detrás de su cintura y camino por la sala con ella tratando de besarla hasta que la pudo descargar en el mueble largo.


- Mucho gusto, Lizzete --dijo con desgano--


- El gusto es mío, Diana


Me cambié de puesto para ayudarla a que no se fuera a caer y para que mi novio pudiera guardar distancia de ella.


- Por favor prepárale un café --le pedí a mi novio--


- No, más bien destapen otra botella, ¡bebamos hasta el amanecer HP!


Juan Felipe se fue a la cocina colocó a calentar la cafetera y al rato volvió con una taza de café y algunos fritos que nos habían quedado de la comida.


- Un poco de grasa no le caería mal


- No ustedes me quieren bajar la borrachera, ni por el putas --se le cerraban los ojos y se iba de lado--


- Ey ey mujer --le di unas palmaditas para tratar de despertarla-- aquí, aquí --tronaba mis dedos--


Mi novio le colocó un trozo de chorizo en la boca y empezó a hacer arcadas como si se fuera a vomitar. Alcanzó a correr al baño, quitarle la bolsa a la papelera del baño y poner el bote delante justo en el momento que empezó a vomitar.


- Nos va tocar llevarla a urgencias --le dije--


- Na fresca, ella siempre fue malísima para beber, apenas vomita se compone


Le sostuve el cabello para que no se fuera a ensuciar y cuando terminó Juan se encargó de botar por el sanitario los desechos.


- Parce, ahora me va tocar llamar el esposo pa' que la recoja y ese man me odia


- ¡Noooo! Noooo vas a llamar ese HP --le gritó--


Trató de levantarse para quitarle el teléfono de las manos, pero estaba demasiado mareada y por poco se cae del mueble. Entre los dos la tuvimos que sostener para regresarla a su puesto.


- Ya, ya está bien --se guardó el teléfono--


- Yo no necesito a ese HP, lo que necesito es una buena dosis de verga


No pude evitar estallar de risa por la cara de asombro de mi novio.


- Oíste Lizzete respeta a mi novia ome, no ves que la tenes al frente


- Ella entiende, yo sé, porque todas sabemos lo que se siente que le monten a uno los cachos y tener que buscar la reserva pa desquitarse


- Yo sí sé --le respondí-- pero también sé que el sexo por venganza es un error, más si estas borrachas y no sabes lo que haces


- ¿Un error? error, fue casarme con ese imbécil que tenía otra hace años


La nena me abrazó se soltó a llorar en mi hombro. Traté de sobarle la espalda para tratar de calmarla, lo que necesitaba era desahogarse.


Le hice señas a mi novio para que se fuera y mejor nos dejara solas. Este era un tema de mujeres y el como hombre y ex, no tenía nada que aportar.


Logré calmarla, me acosté con ella en el mueble hasta que por fin se quedó dormida. Fui a la habitación por una almohada, una cobija y la dejamos acostada de lado con la papelera del baño en el suelo por si le daban ganas de vomitar.


---


Nos fuimos a la habitación y nos acostamos, con la cara de preocupación que no se le borraba a mi novio.


- Parce que pena con vos


- Na fresco que ella está muy borracha y yo entiendo


- Gracias mi vida --me dio un abrazo y un beso en la boca--


Me le quedé mirando a los ojos y me acomodé de lado para poder hablar.


- ¿Cómo es eso de la promesa?


- No parce, cuál promesa, esas son bobadas de adolescente


- Contame


- Nada Diana, que cuando terminamos nos prometimos que íbamos a ser amantes para toda la vida, sin importar si estábamos con alguien más, si alguna vez queríamos trines, pues llamar y listo, lo hacíamos sin excusas


- Quedaron en automático ¿pues?


- Algo así, pero nunca pasó. Cada quien, por su lado, además se suponía que ella estaba feliz en su vida de casada


- Hasta hoy


- Bueno si, hasta hoy, pero parce está loca ¿cómo se me va aparecer así de la nada con vos acá?


- Ah ¿ósea que si hubieras estado solo...


- No, no, no, pues como mi amor, no quise decir eso. Ella es parte del pasado y vos sos mi presente y mi futuro


Lo apreté con fuerza y le estampé un beso con mucha energía y alegría.


- Vea pues, solo faltaba una ex-loca pa que me pidiera matrimonio


- ¿Matrimonio? ¿Que? Ey nooo...


Lo volví a callar con un beso y el trataba de quitarse para decirme que no.


- Diana quise decir...


- Ya bobo, lo estoy molestando


- Pendeja


Me cogió a cosquillas y sabe que las odio. Le pegué en las manos y hasta patadas le di para quitármelo de encima.


- Pero sabes que, yo entiendo porque te buscó


- ¿Por qué? --pregunto extrañado--


- Si te la comías tan rico como me comes a mi --me rei con picardía-- yo volvería ¿así eras con ella?


- Ah no amor, no me preguntes esas cosas


- Es que pa' prometer ser amantes para toda la vida tenía que ser que al menos en esa parte si se entendían y muy bien


- Los dos perdimos la virginidad juntos y nos acostumbramos el uno al otro, lo que estábamos era encoñados


- ¿Por qué terminaron entonces?


- No amor diferencias de la vida


- ¿Como cuáles?


- Como que ella se quería casar rápido, tener una familia, hijos, ir a la iglesia y esas vainas que le meten en la cabeza a la gente


- ¿Osea que vos no te pansas casar nunca?


- No, yo no tengo raye con eso, pero no lo voy a hacer porque me lo imponga la sociedad, sino porque de verdad sienta que sea la persona correcta


- ¿Y cómo es esa persona?


- Ah Diana no, cambiemos de tema


- ¿Por qué? ¿te sentís presionado?


- Si, pero, no es difícil. Es una combinación de amor con razón ¿me hago entender?


- La verdad --hice una pausa-- No


- Pues parchados, pero no como enjaulados, viviendo bueno


- Ah ya, ósea que quieres novia eterna y si no vive con vos mejor


- No, si ve, por eso no me gusta hablar del tema


- No relax, que no te estoy atacando, solo quiero deber que piensas


- No es novia eterna, sino que no me quiero ver como mi mamá y mi papá que ya no se quieren, pero viven juntos, o como todas las parejas después de años que se montan los cachos y lo saben, pero siguen juntos por la costumbre o por los hijos. Yo quiero es una relación parchada, que seamos amigos, novios, amantes pero que no nos prohibamos vivir


- ¿Una relación abierta?


- Yo no sé si abierta, es que como te digo yo no he pensado del todo ese tema y no se --se rascó la cabeza-- es complejo


- No le veo nada de complejo, yo tampoco quiero terminar como Lizzete enamorada pero decepcionada por unos cachos. Es que una cosa es el amor y otra el sexo


- Ahora si no te entendí un carajo


- Yo te amo, eso seguro, pero no creo en la fidelidad total, el instinto del ser humano nos domina


- ¿Cavernícolas pues?


- Si actuara como cavernícola le habría dado un garrotazo y la tiraba por las escalas


- Eso habría sido menos peligroso que esta conversación


Me senté en la cama cruzando las piernas y lo tomé de las manos.


- Vos no sos celoso y yo tampoco ¿o sí?


- No, afortunadamente


- Me gustaría probar algo


- Ombe Diana, mejor dejamos esta conversación así


- No, hablemos esto de una vez. ¿Sabes qué? hasta agradezco que ella apareció y paso todo esto, porque nos dio pie para hablar cosas que tal vez no nos atrevimos antes


- ¿Qué es lo que quieres probar?


- Deberías cumplirle la promesa


- ¿Que? --se levantó de la cama y se sentó frente a mi-- ahora si te enloqueciste


- No, en serio, quiero saber que siento y si sería capaz, eso sí, yo también quiero lo mismo


- ¿A qué te refieres con eso?


- Que yo te veo cómo te la comes, pero vos también me vas a ver a mi


- ¿Ver?


- Si ver, quiero ver cómo te la comes


- Parce ¿me estás hablando en serio?


- Si en serio --le respondí seria-- bueno, pues faltaría que ella acepté


- Diana --se quedó pensativo-- parce yo no sería capaz de verte con uno de tus ex, menos con David, lo mato


- Yo no quiero estar con ninguno de mis ex, no me interesa


- Entonces si no es con uno de tus ex ¿con quién sería?


- No tengo ni idea, pero así como yo apruebo que lo hagas con Lizzete, tu aprobarías la otra persona


- Uy Diana, no sé ni que decirte


- Juancho a ninguno de los dos nos han funcionado las relaciones tradicionales, probar algo nuevo no es tan descabellado


- Si tienes razón, está bien intentémoslo


- pero eso si ¿prometes que tú también me dejas a mi probar?


- Si, te lo prometo


Me le encaramé de un abrazo y le di un delicioso beso.


- Cuidado con lo que prometes, que eso te persigue para toda la vida --me reí con picardía--


- Si eso veo, hasta se quedan a dormir borrachas en tu casa


Me besó agarrándome las nalgas con ganas de otra cosa. Su miembro se endureció y me miró com hambre.


- No señorito, a guardar energías pa ella que seguro va querer repetir y quiero que la atiendas bien


- Mujer, en serio ¡estas loca!


- Y así me quieres


- Una mamadita y ya, no me dejes así --mostrando el gran morro de su erección--


- No le voy a hacer nada, antes mejor que quede con ganas pa' que se la coma bien rico


- Si, confirmado, estas re-loca


Nos reímos con complicidad, nos acostamos a dormir con él abrazándome por la espalda en cucharita con su erección entre mis nalgas y su mano en mi pecho.


- Te amo mamacita, hasta mañana


- Te amo mi amor


El cayó dormido en segundos y aunque había sido yo la que había propuesto hacerlo, no dejaba de darme vueltas en la cabeza un montón de preguntas buenas y malas, finalmente el cansancio me pudo y caí dormida.


---


El despertador sonó a las 8 de la mañana y desperté a Juanfe para que se metiera a bañar y se arreglar para quedar bien guapo.


Ella seguía dormida, así que tratamos de preparar el desayuno sin hacer mucho ruido y un buen caldito levantamuertos para ella.


De vez en cuando le daba una ojeada a ver si seguía dormida. Hasta que me di cuenta de que ya estaba despierta, pero se escondía detrás de la cobija simulando tener los ojos cerrados.


Servi medio vaso de agua, le preparé una sal efervescente y me acerqué hasta el mueble.


- Buenos días Lizz ¿cómo te sientes?


- Buenos días, como la mierda


- Tomate esto, ya casi está el desayuno


- No que pena, yo creo que es mejor que me vaya, de verdad que pena con vos todo lo que pasó anoche


- No, de acá no te vas hasta que no sepa que vas a estar bien


Le eché llave a la puerta y guardé las llaves en mi bolso.


- En el baño hay una toalla limpia y te saqué un cepillo de dientes, una ducha te va a hacer sentir mejor


Juanfe trataba de disimular sus nervios, pero yo lo conozco demasiado como para no darme cuenta de que estaba ansioso por no saber qué iba a pasar.


Servimos los platos en la barra americana, no tenemos mesa y ella salió con la misma ropa con el cabello enrollado en la toalla.


- Buenos días Juan --dijo sin mirarlo a los ojos--


- Buenos días Lizz, siéntate porfa antes de que se enfrié


Todos nos acomodamos en las sillas altas en un silencio casi sepulcral. Nadie se animaba a decir o preguntar nada.


- ¿Estas mejor? --le pregunté--


- Si gracias, pero esta que se me explota la cabeza ¿tienen aspirina?


Juan se levantó de la mesa, sirvió un vaso de agua fría con unas gotas de limón y trajo las aspirinas del botiquín en el baño.


- Con limón


- Tan bello, te acordaste


Los miré extrañada porque no entendía de lo que hablaban.


- No le gusta el sabor del agua, toca saborizarla con algo


- Ah ya, ok


Sacó un par de pastillas del tarro y las metió lo más atrás que pudo de su lengua, creo que se tomó toda el agua a tragos largos para no tener que hablar más.


Todos nos quedamos en silencio mientras comíamos el desayuno. Cuando recogía los platos decidí arrancar la bandita de la herida de una vez.


- ¿Ahora que no estas borrachas todavía te queres comer a mi novio?


- Ay no, que oso --se tapó colocando su mano sobre las cejas-- de verdad que pena con ustedes


- ¿Pena? ¿por qué si a mí me gusta compartir?


Levantó su mirada, frunciendo el ceño con una interrogante marcada en las facciones de su rostro.


- Todos somos débiles mujer, prefiero que nos tengamos la confianza de decir a quien nos queremos comer y no --carraspeé-- bueno vos me entendés


- HP ni me hagas acordar que me da tanta rabia, maldito idiota --refiriéndose a su esposo--


- En serio, ahora que estas lucida, si ustedes dos quieren follar y queres desfogar todo eso que sentís, adelante


Me levanté de la silla para no quedar en medio de ellos y con mis manos la invité a pasar libremente.


- De verdad ¿ustedes dos no tiene problema con eso? ¿no les dan celos o algo así?


- La verdad, es que sería la primera vez que lo haríamos --contestó mi novio--


- No gracias, ahora quedo peor entusada y cascada


Nos reímos los tres y a mí me pareció un buen síntoma, íbamos por buen camino rompiendo el hielo.


- Nosotros no somos celosos --le conteste--


- Si, yo sé, cómo es él --dijo irónicamente-- me echaban los perros de frente y no decía ni mu


- Saben lo que pienso --dijo mi novio colocándose a la defensiva-- yo no...


- No obligo a nadie a quedarse donde no quiere --respondimos las dos en coro y nos volvimos a reír--


Esa era una típica frase de él que no se cansaba de repetir. Aun sabiendo que gracias a esa frase es que la había perdido a ella.


- Exacto chicas, la libertad es la que decide donde estar, no una cadena imaginaria


- Osea que, si ella te dice que se quiere comer a un man, vos le decís que si


- Si, eso fue lo que acordamos anoche


- ¿Anoche? --regresó el interrogante a su cara--


- Lizz, ¿te puedo llamar Lizz? ¿cierto? --le dije con amabilidad---


Moviendo su cabeza de forma afirmativa.


- Lizz, todo se dio por lo que querías hacer ayer y yo fue la que saqué el tema, le dije que si te lo prometió te lo debe cumplir


- ¿Y vos estás de acuerdo?


- Una vez más, YO fui la que le dije que debe cumplir sus promesas. Además, por algo viniste a buscarlo a él y no a otro, así que adelante es todo tuyo... bueno, solo por hoy


- ¿Y vos te vas a quedar o te vas a ir?


- Aca me quedó, pero solo seré un espectador y no te tienes que preocupar por mi


Se empezó a reír a carcajadas y se sostenía el estómago. Nosotros dos nos mirábamos sin entender.


- Nos cuentas el chiste a todos Lizzete --dijo mi novio con tono amargado--


- Por un momento pensé que este man todavía seguía con la idea incansable del trio


- ¿Trio? no yo soy hetero --le respondí--


- Cuéntele --contestó mi novio amargado--


- Un 28 de diciembre en una finca con mi familia, con una prima nos lo llevamos pal monte y nos dimos unos besitos, lo hicimos empelotar


- ... y después las HP's me dijeron feliz día de los inocentes y salieron corriendo con mi ropa


Me acerqué a ella, levantando la mano para que la chocara y nos partimos de la risa.


- Después de eso me molestó con que, si había sido capaz de darle besos a mi prima para una broma, era porque quería probar y me molesto por meses con que hiciéramos un trio


- ¿En serio Juanfer?


- Si, yo que culpa, rico si se veían, no lo voy a negar


- En fin, no te hagas ilusiones conmigo --le respondí--


- Yo sé


- Pero si quieres estar con Lizz y su prima no tengo problema, si quieren la llaman


De nuevo levantamos la mano para chocarla y secarnos de risa, hasta me hice su lado para abrazarla y quedar viéndolo.


- ¿Qué dices Lizz? dicen que un clavo saca otro clavo


- Y que clavo tiene este pendejo


Volteamos a mirarnos y las dos afirmamos dibujando una leve sonrisa. Ella estaba totalmente en lo cierto, si algo me gustaba de él era la vigorosidad de su miembro.


La empujé disimuladamente de la cintura para que se bajara de la silla y le hice dar la vuelta hasta dejarla de frente a él. Tomé las manos de él, se las coloqué en la cintura de ella y me acerqué a su oído casi en secreto.


- Que lo disfrutes, querida


Se fundieron en un beso demasiado tierno para mi gusto, se podía notar que siempre había existido algo único y especial entre ellos. No les niego que al principio el corazón se me quería salir y la adrenalina iba a mil por todo mi cuerpo, pero no me disgustaba, pero cuando bajo sus manos y la agarró de las nalgas para apretarla contra él, la reacción de mi cuerpo fue muy diferente.


Ella de repente, se separó colocando sus manos en sus pectorales para poner un espacio entre los dos.


- Lo siento, no puedo


Se fue en dirección a la puerta, agarró el bolso y trató de abrir la puerta desesperadamente sin lograrlo porque tenía seguro.


- ¿Por favor me abres? --dijo angustiada--


Tomé las llaves y le quité el seguro, abriendo la puerta solo unos centímetros. Esperando que se arrepintiera.


- Lizz no te vayas así, fresca que si no quieres, no lo hacemos, pero quédate acá hasta que te calmes


- No, no --terminó de abrir la puerta-- es mejor que me vaya. De nuevo, discúlpame por lo de ayer, no era mi intención...


Se le salieron las lágrimas, camino al corredor presionó el botón del ascensor y al ver que no llegaba y como me quedé viéndola, eligió bajar corriendo por las escalas.


- Pobre mujer, esta destruida


Dije cerrando y apoyándome de espaldas contra la puerta.


- ¿Me regalas un abrazo?


Juanfer acudió a mí, me agarró con fuerza por la cintura y con los ojos cerrados se me venía a la mente las imágenes de esas mismas manos recorriendo el cuerpo de ella y hasta pude sentir la humedad en mi entrepierna.


- Prométeme que nunca me vas a montar los cachos


- Amor, acabo de besar una mujer


- Lo que digo es que nunca vas a estar con otra mujer sin que yo lo sepa


- Te lo prometo


Tocaron la puerta de forma afanada, nos separamos y nos miramos extrañados.


---


Juanfe abrió la puerta y ahi estaba ella respirando agitadamente apoyando su mano contra el marco, recuperando la respiración.


Los pisos que había alcanzado a bajar, también los había subido a la misma velocidad, después de darse cuenta que necesitaba volver y sacarse de la cabeza tantas dudas.


- Esta bien, si


- ¿Está bien? --pregunté-- ¿si qué?


- Si, si quiero hacerlo, pero si voy a hacer una locura, que sea total


Se me acercó de frente dejando sus labios muy cerca de mi boca.


- Espera, espera --la detuve colocando mi mano en su pecho-- ¿qué haces?


Entró y cerró la puerta apoyándose de espaldas a ella. Se notaba que estaba nerviosa e insegura.


- 1 año después de casarme con mi esposo ya me estaba pidiendo que hiciéramos un trio, llevamos 12 años de casados, dos hijos encima y todavía sigue insistiendo. Siempre ha tenido la otra persona, la otra mujer dispuesta para hacerlo, solo estaba el momento adecuado. Pero ayer cuando los vi en ese bar como un par de tortolos, me di cuenta que siempre la había tenido como moza, que no solo me quería tener como una esposa cornuda, sino que también me quería ver la cara de estúpida.


- Lizz, de verdad lo siento, porfa siéntate y hablamos


- No, no quiero hablar, quiero que me folle, que me coma duro y salvaje, quiero sacarme toda esta rabia y parte de eso es hacer un trio, hacer con otras personas lo que él tanto quería


- Lizz otra vez estas tomando decisiones con la cabeza caliente y eso es un error, te vas a arrepentir


- Le quiero ver la cara a ese imbécil cuando le cuente que me comí a el ex que más odia y a su novia que es una mamacita


- Ay Lizz ¿ósea que vas a hacer todo esto por venganza?


- Si, quiero que él sienta lo mismo que me hizo sentir --se le salieron las lágrimas-- pero también por mí, no quiero ser nunca más solo un ama de casa llavero, la perfecta para mostrar en público... yo también quiero vivir y experimentar cosas nuevas, por eso es que volví porque me los quiero comer: a los dos


- Lizz, pues aprovecha y te lo comes a él y yo los veo


- No, si me lo como a él vos tenes que estar también, es todo o nada


HP el corazón se me quería salir del pecho, lo podía sentir bombeando con fuerza por todo mi cuerpo.


- Lo siento Lizz, no soy capaz


- Okey, lo entiendo


Se secó las lágrimas de los ojos, se dio la vuelta, colocó su mano en el picaporte y actué sin pensar. La hice girar colocando mi mano en su hombro.


- Ni por el putas pienso bajar a darte lengua --le respondí--


A ella se le iluminaron los ojos, se emocionó tanto que se lanzó a darme un abrazo.


- Yo tampoco sé si sea capaz, me voy a enfocar él, pero si pasan cosas pues que pasen


- ¿Como qué?


Se separó con su rostro frente al mío, mientras se acercaba con su boca entreabierta.


- Como esto


Me empezó a dar besitos sobre los labios. Estaba pasmada sin saber que hacer, ella cerró los ojos colocando su mano detrás de mi cuello, girando su cara unos grados para tomar mis labios y meterlos entre los suyos.


Cerré los ojos y me dejé llevar por ella. Era tan agradable, tan tierno, tan cálido... no sé, por un momento hasta se me olvido que estaba besándome con otra mujer.


Tenía un estilo único y delicioso para besar, empiezan tiernos y poco a poco terminan haciendo que un escalofrió te recorra todo el cuerpo.


Se separó de mí y me quede ahi con los ojos cerrados esperando que continuara. Hasta que los escuché muertos de risa y sentí el calor en mis mejillas por la vergüenza.


- ¡Malos! ¡No me gocen!


- Me tomo con sus manos el rostro y se me acercó para darme otro beso, suspiré y aunque nos dio risa ella no se detuvo.


- Besa rico ¿cierto? --pregunto mi novio--


- Muy --smuak smuak-- rico


Nos dejamos llevar del todo y nuestras lenguas bailaban juntas, mezclándose de un lado a otro de nuestras bocas, hasta que me hizo gemir y abrí los ojos asustada. Nos estallamos de risa ahi abrazadas y volteamos a mirarlo.


- No se imaginan, lo rico que se ve eso mamacitas


- Yo también te hice una promesa --le dijo ella--


- Si


- ¿Cuál promesa? --pregunte--


- No quiero que lo hagas por obligación --él interrumpió--


- No lo es


- ¿Cual promesa? --insistí-


- Cuando terminamos, la hice prometer que iba a experimentar también con las mujeres, yo estaba seguro que le gustaban


- Pues, tenías razón --le contestó y volteo a mirarme-- siempre la tuviste, fui una maldita cobarde. Nunca fui capaz de intentarlo, pero eso se acaba hoy


Me provocó tanta ternura al fin verla calmada y sonriente que esta vez fui yo la que tomé la iniciativa. Le abri el brazo a mi novio para que se nos uniera, se sentía muy rico pasar de una boca a otra y en ocasiones ni siquiera pensar quien era de quien.


Apoyamos las frentes y nos quedamos mirando muertos de risa.


- Uffff creo que estoy en el cielo --dijo mi novio--


- Pues angelito, ya es hora de que te quites la ropa --dijo ella con una risa picara y dudosa--


Las dos nos miramos a los ojos y nos estallamos de la risa


- No --él se rio recordando su pasado y se separó de nosotras-- ahora entiendo todo jajajaja casi caigo par de hijueputas y dos veces no se castra un marrano


Los agarré de las manos y me los llevé por el corredor hasta nuestra habitación. Nos paramos frente a la cama.


- No Juanfer, esta vez no es broma --le dije-- es de verdad. Quiero verte con otra mujer, quiero que te la comas bien rico y si para que eso pase tengo que participar, lo haré.


Le metí mano a los dos en su entrepierna, primero la besé a ella y luego con los labios húmedos lo besé a él. Cuando les abrí campo se miraron, sonrieron de forma cómplice y se besaron, mientras que su mano se encontraba con la mía en su miembro.


- Juanfer, créele esta vez sí es verdad --ella confirmó--


Se abrió los botones de la camisa y con sus manos atrás dejo caer su sostén. Quedaron al aire un par de senos grandes con una aréola amplias como las mías, tal vez uno de los gustos en mujeres de mi novio que nunca me había contado.


Nos empujó del pecho hacía la cama y caímos sentados. Ella de un brinco se montó a horcajadas entre las piernas que quedaron unidas y sus rodillas apuntando a nuestra entrepierna, nos pasó las manos detrás de la cabeza y guio nuestras bocas hasta sus senos.


Se cómo me gusta que me las chupen a mí, pero ni idea de cómo hacerlo con ella, me tocaba confiar en replicar lo que alcanzaba a ver de Juanfer.


- Ammm --se mordía los labios-- ammm ammm... mierda que rico es esto


Se mecía entre nuestras piernas y su jean nos impedía llegar a lugares más específicos. Ella iba de boca en boca, con sus manos nos unía para vernos besar.


- Mucha ropa --nos señaló con su índice--


Le ayudó a quitar la camiseta a él y luego con prisa sacó la mía. Pasando sus manos detrás de mi espalda mientras me besaba para soltar mi brasier.


Al ver mis grandes senos al descubierto, blancos con las venas marcadas y la similitud en nuestras aréolas, tuvimos una risa que confirmaba el fetiche de mi novio. Se me ocurrió una idea.


Traté de levantarme y me abrió campo, moviéndose ella para su pierna derecha y yo quedando sobre la otra. Empecé a acariciarme los senos y ella hizo lo mismo, mi novio casi que se babeaba de la emoción por chuparlos.


Ella y yo nos miramos sonriendo, colocamos nuestras manos debajo ofreciéndole a chupar. Él levantó las manos para tomarlos y miraba como un niño en una dulcería de un lado a otro sin saber por cual empezar.


Juntamos nuestras manos detrás de su cabeza y lo empujamos ahogándolo entre nuestros pechos.


- Éste es el cielo --dijo mi novio--


Justo antes de atragantarse, agarrando con sus manos, chupando y estirando nuestros pezones con mordiscos mientras nosotras nos besábamos entre risas.


En ese momento me empecé a dar cuenta de que las dos éramos muy parecidas físicamente y hasta algunos ademanes casi copiados. Coincidencia, no creo, al menos ya sabía en un futuro que tipo de mujer buscar para él.


Me acerqué a su oído para poder hablarle sin que nos escuchara.


- ¿Lizz? ¿te gusta mamar?


- Me encanta ¿todavía tiembla cuando le pasas la lengua por los lados?


- ¿Tiembla?


- Ya vas a ver


Nos separamos, lo empujamos para que se acostara en la cama, le abrimos el pantalón y cada una se encargó de jalar una de las botas.


Nos acomodamos de rodillas y su miembro solito se levantó para recibirnos.


- Hola cosita rica --dijo empuñándolo-- te extrañe mucho


Se metió su cabeza a la boca y le dio un par de deliciosas e intensas mamadas que lo hicieron gemir de inmediato.


- No puedo negar que es el mejor pipi que me he comido


- Estoy completamente de acuerdo, tamaño y grueso perfecto


Respondí mientras pasaba mi lengua desde la base hasta enrollarla en su glande.


Estuvimos jugando las dos con su miembro, ella me guiño un ojo y cuando empezó a pasarle la lengua entre la ingle y las bolas daba un pequeño saltico que le ponía a temblar las piernas y al fin entendí lo que me había querido decir antes.


- Ya sabes, le encanta


- Claro que sí, no se me va a olvidar ese truco


Le dije mientras compartíamos un beso con su miembro en medio de nuestros labios.


- Te dejo solita, para que me enseñes más trucos. Que lo disfrutes


Tomé un poco de distancia. Aprovechó para apoderarse de su miembro dándole una deliciosa mamada y golpearse la lengua mientras lo miraba a los ojos.


Yo me acomodé en el lado donde duermo cerca a la cabecera, saqué mi vibrador, jugando por encima de mi sexo mientras los veía.


Cuando ella estuvo lista, le pasé un condón y se encargó con la boca de ponérselo. De un salto fue a dar encima de él y con su mano lo acomodó y me miro a los ojos. Las dos nos reímos al vernos la cara de placer, mientras ella se metía su miembro y yo el vibrador.


La nena era toda una delicia, tomó totalmente las riendas de lo que quería, lo cabalgaba despacito y como que perdía el control de las emociones, dejaba salir un poco de esa rabia cumulada con su esposo y se lo comía cabalgando salvajemente mientras se apretaba los senos y él encantado, porque ama que uno los agarré para verlos rebotar cuando se sueltan.


Las miradas de deseo, las caricias y la forma en que se besaban eran demasiado potentes. Ella lo invitó a sentarse, le paso las piernas por detrás y se movían super delicioso en círculos mientras se besaban y le chupaba los senos.


- Ay flaco, extrañaba tanto esto


Se besaron y rieron de una forma muy íntima, tenía una conexión que me hacía dudar un poco de si nuestra relación llegaría a ese nivel. Me dieron un poco de celos de ella.


Juan volteo a verme, se me quedó mirando a los ojos y luego sonrió mirando mi sexo. Se lo metía a ella con fuerza como si me pidiera hacer lo mismo con el vibrador y lo hice.


- Te amo mamacita


Ahí entendí que el sentimiento no era mutuo, él se la estaba pasando bien pero no tanto como para olvidarse de mí.


- ¿Por qué no nos acompañas?


Se dejó caer de espaldas a la cama para que me montara encima de su boca.


- Porque quiero verlos


- ¿Estas bien?


- Si, mi vida muy bien


Me incliné para darle un beso y dejarlos disfrutar.


Él trató más de una vez darle vuelta, pero no lo permitió, ella quería llevar las riendas encima, decidir la velocidad, fuerza y profundidad. Me excitaba más verla así empoderada, sometiendo a mi novio a su voluntad.


Subiendo sus manos por encima de su cabeza, apretando sus muñecas con una sola mano y golpeando su rostro con sus senos. Se dejo caer sobre su boca, mordiendo y estirando sus labios de forma brusca.


- Tócalo, tócalo


- ¿Te quieres venir ya? --le preguntó Juanfer--


- Si, si porfa


Mi novio la apretó de la cintura y ella levantó la cara al cielo. Estaba con los ojos cerrados y la boca abierta a merced de los movimientos de mi novio.


- ¿Ya?


- Si, ya, ya


La agarró de las nalgas, apretándolas entre sus dedos.


- Tócalo, tócalo


La apretó más fuerte de la cintura para que no se pudiera mover, la empezó a penetrar con fuerza, levantando su pelvis (algo que me habría gustado ver desde otro ángulo), con la otra mano apenas y le acarició su asterisco. Ella vocifero un gemido entrecortado que la dejo sin aliento.


Bajó su mirada hacia él, le sonrió y sus ojos se fueron hacía atrás, mordiéndose los labios al llegar.


- Ay dios ay diossssa si sii siiiiiii hijuepuuuuu


Cayó rendida sobre él con una risa de placer envidiable.


- Malditos dedos magicosss... hace 15 putos años que no me venía de esa forma


Le dio un gran abrazo a mi novio, lo miro a los ojos y le dio un beso tierno y erótico.


- ¡Gracias! --le dijo-- !gracias a los dos! --volteó a mírame-- lo necesitaba


- Con gusto mamacita --le respondí quitándole delicadamente el cabello del rostro--


Ella volteo a mirar a mi novio un poco angustiada.


- No te viniste ¿Cierto? --le preguntó--


- No --le respondió mi novio riendo malévolamente--


Juanfer se levantó de la cama, de un pie la jaló y le hizo dar la vuelta dejándola al borde de la cama. Que la tratara así brusco al parecer la hacía más feliz. La acomodó en cuatro y se lo metió de una.


- Ay HP que rico, como te extrañaba


Sus senos grandes bailaban rozando las sábanas y en cada embestida ella enrollaba sus ojos hacia atrás, gimiendo cada vez más y más fuerte.


- El dedo, el dedo


Se mojo el pulgar en la boca, le separó las nalgas y le escupió en su asterisco. Lo que me calentó verle la cara de pervertido al hacer eso fue indescriptible, porque estando en cuatro cuando me lo hacía a mí nunca se la había visto.


Mientras se la comía con todas sus fuerzas presionaba su asterisco con el dedo, pero sin meterlo. Creo que ya sé desde donde venía esa maniobra que también me volvía loca a mí.


- Maldita sea ahhhhhh ahhhhh cuanto te extrañaba


Saqué el vibrador, me concentré en mi clítoris moviéndolo en círculos. Juanfer la penetraba durísimo y ella se agarró de mi pierna descargando su boca cerca de mi muslo. Abrió su boca y le di a chupar el vibrador llenó de mis jugos.


Lo regresé a su lugar y cuando ella me empezó a besar el muslo en dirección a mi sexo, lo metí para ocupar ese lugar, aun no me sentía cómoda con eso.


Ella lo notó y como alternativa decidió quitarme la mano tomando el control del vibrador. Con la mirada fija de mi novio haciendo esas particulares muecas mientras la penetraba llegué al orgasmo y por los gemidos de ella pude asumir que también.


Nosotras nos separamos claramente agitadas pero sonrientes, ella se dejó caer de espaldas, completamente exhausta en la cama. Le abrimos campo a Juanfer para que se acomodara en el medio, abrió las manos y nos acostamos sobre sus pectorales mientras nos abrazaba.


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Contituará...


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Relato: Diana

Escrito: Ágata

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