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Misterio y Sorpresa: Experiencia para no Olvidar - Tercera Parte


Me desperté al sentir el movimiento de la cama. Con los ojos entrecerrados vi a Sara acostada a mi lado totalmente desnuda. No pude evitar apreciar su hermoso cuerpo: senos pequeños coronados por unos oscuros pezones con areolas medianas (también oscuras); pelo negro, liso y largo que le cubría el hombro derecho; sus bellos tatuajes; ¡una mujer perfecta!.


  • Sara: buenos días dormilón.


Me plantó un beso en los labios y aún pude sentir en su aliento el olor a sexo de la noche anterior. Le devolví el beso apasionadamente y aproveché para tocarle los senos suavemente con mis dedos.


  • Sara: ¡UY! Que rico. Ya estás listo y solo te besé.
  • Yo: es que con ese beso y tu olor…me acordé de todo lo que pasó ayer y enseguida quedé listo. ¿Javier sigue dormido?.
  • Sara: Sí. Quedó exhausto. ¿Te gustó el show?
  • Yo: Obvio. Qué mejor que una película porno en vivo, en tu casa y con tu esposa como protagonista. ¿A ti?
  • Sara: MUCHÍSIMO. La verga de Javier es deliciosa, me dió como me gusta.


Mientras Sara hablaba, me consentía el pene con sus habilidosas manos y a la vez se acomodaba para hacerme sexo oral. Yo ya estaba más que listo para la nueva sesión con mi actriz porno favorita.


Sara comenzó a lamerme el glande suavemente y se ubicó en cuatro con su cola apuntando a la entrada de la habitación (la puerta estaba totalmente abierta). Cerré los ojos para disfrutar aún más el momento y con mis manos acariciaba los pezones de mi sensual esposa.


De repente sentí como Sara se detuvo y al abrir los ojos vi que estaba mirando hacia la puerta de la habitación donde Javier estaba de pie, contemplando la escena. Sara lo llamó con un movimiento de su cabeza y él ni corto ni perezoso se acercó y comenzó a acariciarle las nalgas. Se fue acercando para lamerle la vágina y el ano por detrás (ya había perdido la timidez de estar con los 2). Sara volvió a su tarea conmigo, mientras se contorsionaba por las lamidas que le hacía Javier.


Volví a cerrar los ojos para poder escuchar todos los sonidos que nos rodeaban y Sara aceleró el ritmo de la gloriosa mamada que me estaba dando (supuse que Javier le había metido la verga), abrí mis ojos y comprobé mis sospechas: Javier le estaba dando por detrás con todas sus fuerzas. Desde mi punto de vista no lograba ver si le estaban dando por la vagina o por la cola, pero igual los ojos de Sara demostraban que lo estaba gozando como nunca.


  • Javier: ¡Me voy a venir!
  • Sara: Hmmmph. ¡GmmVengte aggdemmntro! ¡¡¡HGNMMO PAGHHGRES!!!
  • Yo: Ya no aguanto más. ¡No pares!
  • Yo, Javier y Sara: ¡¡¡AAAAAHHHHHHHHH!!!


Los tres nos vinimos al tiempo. Sara se lamía los labios mientras Javier le besaba el cuello; estábamos sudados y agitados.


  • Sara: ¡Wow!


Sara se levantó un poco y se dió la vuelta, sin preguntar se metió todo mi pene y en la posición de vaquera invertida comenzó a cabalgarme. Su vagina se sentía emparamada por una combinación de fluidos (Javier la había penetrando por la vagina), yo no tardé nada en volver a estar listo y Sara comenzó a limpiar el pene de Javier con la lengua y después a repetir lo que unos minutos atrás me hizo a mí. Sara subía y bajaba, se movía hacia adelante y hacia atrás, estaba poseída, yo no iba a aguantar tanto. Otra vez, sin avisar, interrumpió sus movimientos para dejar de succionar el pene de Javier, acostarse sobre mí y ofrecerle su vagina para que le hiciera sexo oral. Javier, sin pensarlo dos veces (y ya definitivamente sin nada del pudor que mostró antes) se lanzó a lamer el clítoris de Sara. Yo sin preguntar, comencé de nuevo a bombear la vagina a mi esposa. No podía hacerlo tan rápido para evitar algún accidente con Javier y esto me ayudó a no venirme tan rápido. Con mis manos le acariciaba las tetas a Sara y me encontraba con las manos de Javier que pellizcaba sus pezones.


Los movimientos de Sara se volvían cada vez más rápidos y su respiración se agitaba cada vez más; ya estaba a punto de llegar.


  • Sara: ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH! ¡QUÉ RICO!. NO QUIERO PARAR.


Sara sacó mi verga y rápidamente se la puso en la entrada de su ano, la mojó un poco con sus fluidos y la introdujo lentamente. Mis ojos no podían creer lo que iba a pasar: Sara quería que le hiciéramos una doble penetración. Yo, obediente, dejé que ella controlara la profundidad y una vez quedó contenta le pidió a Javier que la penetrara de nuevo. Sentí como le entraba el pene de Javier y cómo se retorció de placer al sentirse completamente llena. En la posición en la que estaba no me podía mover mucho, así que el trabajo pesado lo hizo Javier. Con mis manos seguía acariciándole los senos a Sara y Javier le sobaba el clítoris con los dedos.


Si antes Sara parecía poseída, ahora estaba completamente fuera de sí. Sus gemidos eran fuertísimos, su respiración estaba descontrolada, arqueaba la espalda haciendo que mi pene entrara y saliera de su ano. Otra vez estaba a punto de venirme y por la cara de Javier, presentí que él tampoco aguantaba más.


  • Sara: NO PUEDO MÁS. ME VENGO OTRA VEZ. ¡NO PAREN! ¡ASÍ! ¡AHHHHHHHH!.
  • Yo: ¡MHHHHHHH!
  • Javier: ¡HMMMMMMM!
  • Sara: ¡¡¡DELICIOSO!!!. ¡¡¡LOS AMO!!!


Sara se recostó nuevamente en mí y como pudo me dió un beso, mientras Javier le besaba las tetas y le lamía los pezones. Luego se sacó los 2 penes y se acostó boca abajo en la cama.


  • Sara: ¡Noh!, que rico. Me voy a bañar. ¿Me acompañas amor?


Mi esposa me tomó de la mano y me jaló para que nos fuéramos a bañar juntos.


  • Sara: no nos demoramos, Javi. Ya venimos.
  • Javier: No hay problema. Ahora me baño también.


Entramos a la ducha, no sin antes besarnos apasionadamente como agradeciéndonos por todo lo que había pasado. En la ducha no pasó nada raro, solo las caricias y besos habituales. Al salir le tocó el turno de baño a Javier y sorprendentemente Sara entró con él. Tampoco pasó nada más con ellos, aparte de besos y caricias pero el momento fue muy excitante.


Una vez bañados, sin vestirnos, Sara y yo fuimos a la cocina a preparar el desayuno mientras Javier esperaba en la sala (también desnudo). Comimos, hablamos de todo lo que pasó, nos reímos y terminamos la grandiosa velada con la promesa de repetir.


Javier llamó un taxi y Sara y yo nos acostamos nuevamente, para ahora sí, descansar.


johanna-y-javier

Somos pareja swinger

visitas: 706
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2023-10-04 12:39:21
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1 Comentario

Un relato muy excitante. Saludos pareja

2023-10-04 19:50:56