Ya el suceso de la mamada que me había metido en casa de la abuela tiempo atrás había quedado como una anécdota. Mi relación con Reina iba por buen camino, compartíamos el mismo apartamento, la misma cama.

Camilo me dijo, en mi cuarto está la caja de regalos que mis papás me mandaron a comprar. Me invitó a subir y yo de manera desprevenida subí a su habitación. Empezó a platicarme sobre como iba en sus estudios. Me dijo que se iba a hacer deporte y se desnudo al lado mío, mostrándome su cola y sonriendo de manera pícara.

No alcance a reaccionar cuando ya me estaba dando un beso en la boca y me mando la mano al pene. Su reacción fue clara, se puso duro y solo sonrío, dándome un beso por el cuello. Me puse hot y le agarre las nalgas con fuerza. Luego me desabroche el pantalón y Camilo ya diestro en el tema, me bajó los calzoncillos.

El olor a sudor del día le excitaba, me sentó en la cama y se arrodillo para meterselo todo en la boca. Succionaba fuerte, no paraba y yo solo gemia. Me gustaba sentir su lengua tibia y babosa. Esta vez no era solo la cabeza, era todo el pene, que sin ser muy grande le cabía en la boca una y otra vez.

• Me avisa cuando se vaya a venir, me dijo Camilo.

Yo quería su culo, me lo había propuesto. Estaba desnudo y quería penetrarlo, saber si era tan rico como lo había leído. Aunque no tenía experiencia, solo atiné en darle la vuelta y ponerlo en cuatro. No alcanzó a decirle que se lo salivara cuando lo puntie y le metí el primer pedazo. Solo grito y me pidió que fuera más despacio. Le mordí la espalda y se arqueo. Aproveché para meterlo más. No era fácil, pero su ano estaba cediendo y yo disfrutando, quería regarlo todo. Ya mis huevas rozaban sus nalgas y decía me gusta.

Se empezó a mover, se sentó encima mío y empezó a besarme. Me dijo que quería comerme y le dije que no aguantaba más. Me vine a chorros y solo me abrazo.

Caí exhausto en su cama. Solo me acompañaba la camisa que no alcance a quitarme. El seguía desnudo. Me quito el condón en su totalidad y volvió a mamarmelo. Se puso otra vez erecto y se desesperó, no me lo quiso soltar. Fueron como 15 minutos en donde lo chupaba, lo cogía como un helado, lo chupaba, hasta que volvió a salir mi leche.

Yo le cogí su pene y le hice una buena paja, me dieron ganas de probar su trozo y no puso resistencia. Al principio no sabía como hacerlo, pero me fui adaptando y él tomo ritmo hasta que se vino. Se rio porque me hizo probar su leche, esa que tenía en mi boca lista para escupir y me beso tramándosela toda. Era goloso.

Me subí los calzoncillos y pantalón, tome la caja y lo abrace. Le agradecí por ese momento y salí de su habitación. Aunque tenía sentimiento de culpa en un inicio se me quito mientras llegaba a casa. Me bañe, me quite el olor a sexo. Reina llegó y nos dimos un beso que llevó a que le bajara a su cuca. La besé pensando en Camilo y no tardó en venirse debido a la intensidad con que hice mi trabajo.