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El tenerlo tan cerca pero al mismo tiempo aparentar que no ocurre nada entre nosotros es más excitante de lo que pensé, en el día imagino como seria si fuera a su escritorio y hacerlo allí sin importar nada lo complicado es que no está solo, necesito llevarlo a otro lugar.
Me detengo tanta imaginación no permite que continúe con el trabajo que tengo pendiente, así que le envío un mensaje:
“Necesito que me ayudes con algo en la sala de reuniones”… Unos minutos después responde si claro, necesitas que lleve algo?... No -le contesto-, solo ven tú.
Cuando llega cierro la puerta y apago la luz, se agita y me dice – “que estás haciendo alguien no puede ver”…
Lo calmo diciéndole que no quedaba casi nadie en la oficina, me acerque al oído y le digo: “mientas no hagas ruido no sabrán que estamos aquí”… Le puse un dedo en la boca y le guiñe un ojo. Estaba sorprendido no sabía que hacer pero le gustaba lo traviesa que estaba siendo, apretó su labios y empecé a besarlo por el cuello mientras mis manos lo acariciaban por todas partes.
Sentí que se tensaba, le prohibí moverse, baje una mano a su sexo sabía que quería salir con prisa de su prisión, le fui desabrochando el pantalón poco a poco le baje el cierre y lo mire a los ojos me beso con tanta pasión y deseo que fue su manera de darme permiso a que lo tocara, lo tenía entre mis manos tan duro que yo estaba empezando a mojarme, fui bajando poco a poco hasta quedar arrodillada.
Lo ultimo que le dije fue que si al acabar de comérmelo el seguía firme como se lo había ordenado podía hacer conmigo lo que quisiera, mirándolo a los ojos metí su miembro en mi boca, que delicia una y otra vez chupándosela toda, no quería parar había estado deseando ese momento todo el día, me agarraba fuerte del cabello siguiendo los movimientos de mi cabeza disfrutando cada sensación, yo igual aferrada a sus nalgas para que entrara todo, por un momento cerró los ojos y se le escapó un gemido, estaba al límite.
Sin mediar palabra me agarro por los hombros me dio la vuelta y me tiro sobre la mesa de conferencia, abrió mis piernas y sentí como con violencia entro todo dentro de mí, tan duro y fuerte que puso una mano en mi boca para que no se me escapara ningún grito, sin parar me embestía una y otra vez ahora él tenía el control, no importaba así lo quería y lo deseaba, era suya en ese momento, estábamos tan excitados que corría el sudor por nuestros cuerpos, quería gritar de placer fuerte para que subiera que me lo estaba haciendo tan rico que no quería que se detuviera nunca, pero no podía debía contenerme había gente a fuera, a la mierda no me importaba… “por favor no pares le dije”…todo mi ser estaba ardiendo al igual que él, solo me susurro al oído si le daba permiso de llenarme de su rico semen a lo que alcance a asentir, acabando juntos entre gemidos entrecortados pero placidos de nuestro pequeño encuentro.
Sonreí me mordí un labio me voltee y le dije…“gracias por ayudarme siempre tan diligente”. Le guiñe un ojo y él sonrió nervioso, nos arreglamos y salimos… otro día para recordar en la oficina.