Hola, soy de Jacona, Michoacán, en México, tenía 17 años, en aquellos días la curiosidad del sexo y auto explorarme era mucha, y me imaginaba algunas veces teniendo sexo gay, aunque no lo asimilaba por miedo.

Un día me animé a ver porno gay y me excité demasiado viendo aquel video, desde el comienzo me entraron muchas ganas de hacer sexo oral a un hombre, y mientras más videos veía mi curiosidad más crecía y con ello mis ganas, aunque temeroso porque siempre se me antojaba ser al que penetraban, ser la pasiva.

Después de un tiempo platicando con mi mejor amigo por whats empezamos a “bromear” sobre besarnos y ser novios, así de a poco con el pasar de los días fuimos subiendo de tono las conversaciones, hasta el grado de preguntarnos cuánto nos medía y mandarnos fotos en bóxer, así hasta que un día él me confesó que era bisexual y que siempre le había gustado y que quería tener sexo conmigo, yo le correspondí diciendo que tenía curiosidad y quería estar con un hombre y que él sobre todo me atraía físicamente, para quedar de vernos unos días después en mi casa.

El día por fin llegó, tocó a mi puerta (esa tarde yo iba estar solo hasta la media noche), así que entró y estuvimos bromeando sobre otras cosas y payaseando porque los dos estábamos tímidos y nerviosos, hasta que en un momento se sentó a mí lado y empezamos a juguetear, nos empezamos a corretear por toda la casa, en un dado momento me le puse por atrás y fuimos a mi habitación, lo aventé a la cama y me le subí encima, nunca habíamos besado a un hombre, así que empecé a besarlo y sorprendentemente nos dejamos llevar, fue un beso muy rico, nos quedamos viendo y me dijo que le había gustado, que siguiera, por ende seguí, estaba yo sentado en sus piernas aún vestidos los dos, así que le quité la playera, me quitó la playera, le empecé a besar el cuello y bajé por su pecho y abdomen mientras los dos nos excitábamos cada vez más, y aunque nunca asignamos roles, en ese momento los dos ya sabíamos que yo sería pasiva, así que de a poco volví a subir a su boca mientras le desabrochaba el cinto y el pantalón, mientras seguía bajando por su abdomen, así que llegué a su zona pélvica, bajé el pantalón un poco, muy nervioso, era la primera vez que haría un oral, así que solamente masturbé por encima del bóxer mientras nos veíamos, después le quité el pantalón por completo, me quité el mío y me volví a sentar en sus piernas, bajé de nuevo y con el bóxer puesto pasé mi boca por su pene, y ahí no pude resistir más, le bajé el bóxer, le medía unos 18 cm y lo tenía algo grueso, lo empecé a masturbar sin creer lo que estaba haciendo y lo mucho que me gustaba, hasta que me puse de rodillas y empecé a chupársela, me encantó, no podía despegarme, chupaba desde su cabeza hasta sus testiculos y sólo escuchaba como jadeaba, no quería despegarme pero moría de ganas por ser penetrado, porque fuera mi macho, así que me bajé el bóxer y me volví a sentar arriba de él, mientras su verga rosaba en mi piel, así por unos minutos besándonos y rozándonos, hasta que su cabeza rozó en mi ano y no pude evitarlo, le dije: “Ya métela”. Me puso en 4, me estuvo dedeando, me escupió saliva e intentó entrar, aunque no pudo, me dolió demasiado y estaba muy estrecho del culo, así lo intentó varias veces, hasta que me volteó boca arriba, me abrió de piernas y de nuevo lo intentó, ahí fue que pudo entrar, fue lo más doloroso y placentero que sentí, el entraba y salía y me hacía gemir, hasta que no resistí más y me masturbé con el penetrándome, fue así que me vine, llené mi abdomen de semen mientras el siguió, hasta que se cansó, sacó su pene y lo masturbé hasta venirse.

Desde aquel día no volvimos a tener sexo, pero gracias a él confirmé que soy pasivo.