Compartir en:
Andaba en una fiesta de disfraces con mi novio. Ya pasadas la media noche fui a buscar algo de tomar a la cocina y allá me encontré a una nena que nos habían presentado al inicio de la noche bastante aburrida casi llorando.
- Hola ¿qué haces sola por acá? ¿aburrida?
- Nada, al parecer a ninguno le ha gustado mi disfraz
Le heche un vistazo por encima y es que la verdad se veía algo normal para tratarse de una fiesta, lo único raro era su vestido retro, bastante más que retro diría yo.
- Es un acertijo --renegó como si yo tampoco lo captara--
Yo empecé a llenar un vaso con ron y Coca-Cola, le di un par de nombre de actrices como por no hacerla sentir peor, pero no pescaba ni media.
- ¿Te parece que este vestido está a la moda?
- No --contesté convencida--
- ¿Quién se vestía así?
- No sé ¿mi mamá en los 70's?
- Exacto una mamá ¿y esta peluca te dice algo más?
- ¿Rubia? ¿Mamá rubia?
- Estas cerca
- No sé ¿Mamá... mona? --pregunté intentando adivinar de nuevo--
- Ahora repítelo varia veces
Ella se rio con picardía, sacó un labial rojo de su bolsillo, se maquillo los labios un poco exagerados para mi gusto, pero nada fuera de lo normal.
- Mamá mona, Mamá mona, Mamá mona ¡Ahhh ya! ¡Ma...mamona! ¡Claro!
- ¡Al fin! me prometí que el primero que lo descubriera se lo hacía realidad
Tomo el vaso que acaba de servir y lo desapareció dejándolo sin una gota hasta el fondo. Agitando se cabeza hacia los lados decepcionada.
Le di una mirada de arriaba a abajo, la nena no es muy bonita que digamos, pero sí que era bastante atractiva, por la profundidad de su escote, el grosor de sus labios y la forma en que llevaba maquillados sus ojos se notaba que se moría por meterse un buen miembro a la boca.
- Pues, yo lo he descubierto --llené su vaso de nuevo-- con un poco de pistas, pero lo hice ¿no?
La nena me miro extrañada, giro hacia un lado, un tanto inquieta me miró de arriba a abajo centrándose en los ligueros de mi disfraz y corta falda.
- No había pensado en esa posibilidad... este, yo no he --trastabillaba nerviosa-- pero si son tan idiotas para descubrirlo ¿por qué no?
Se acercó peligrosamente frente a mí, acariciando mi cintura, bajando su mano rumbo a mi sexo y la detuve aprisionando su muñeca.
- Me halagas, gracias, pero me refería eso ¿puedo hacerte una pregunta?
Ella un poco apenada por la confusión apoyó las manos en la barra y agacho la cabeza, levanto los hombros y se mordió los labios.
- Lo siento, es que yo...
- Relax, no te preocupes yo entiendo ¿puedo preguntar?
- Si, dale, ya que más da
- ¿Te gusta mamar?
Se dio media vuelta apoyando sus nalgas a la barra, se quedó mirándome a los ojos y cuando sonrió un poco enrojecida no pude aguantar sonreírle de vuelta.
- Si, me encanta
- ¿Del tipo que se lo traga y todo?
- ¿Acaso existe otra forma?
Las dos nos soltamos a reír y no sé si fue por el alcohol o qué, pero a mi mente se le ocurrió una ida un tanto macabra.
- Como adivine, creo que tengo derecho a elegir a quien le hagas honor con tu "disfraz" ¿o me equivoco?
- No, entiendo --entrecerró sus ojos-- ¿a qué te refieres?
La tomé de la mano, la hice dar la vuelta en dirección a los demás y me acerqué a su oído para hablarle casi en secreto.
- ¿Qué tal ese que esta por allá?
- Interesante ¿quién es?
- Mi novio
- ¿Quieres que se lo mame a tu novio?
- Si, acá mismo detrás de la barra
- ¿Y quieres ver?
- Si ¿por qué no?
- Entiendo, son de ese tipo de parejas que le van al rollo swinger
- No para nada, pero sería una lástima desperdiciar una ternerita hambrienta
- Creo que ese disfraz habría sido más claro ¿no?
- ¿Quieres o no?
- Me encantaría
- Ok, solo tengo una condición
- La que sea
- Cuando se venga, se los sigues chupando y no paras hasta que te diga ¿ok?
- Encantada --se rio con picardía--
Coloqué una mano en su hombro, volteé a mirar al rededor y gracia a la penumbra me di cuenta que nadie nos estaba mirando. Tiré una toalla de cocina al suelo y la empujé para que se hiciera de rodillas, detrás de ese muro nadie la iba a ver.
Me di la vuelta, apoyé las manos sobre la barra y me empujé hacia arriba con un brinco sentándome sobre la madera, dejando las piernas colgadas por encima de sus hombros.
Giré mi cuerpo, estirando mi mano y dedo índice le hice señas a mi novio para que se acercara. Me abrazó por la espalda, me beso los hombros, el cuello y luego la boca.
- ¿Harías algo por mí?
- Lo que sea
- ¿Te das la vuelta y te bajas los pantalones?
- Diablilla, me gusta como piensas, pero todos nos verían
- Tu da la vuelta yo me encargo de distraerlos
Camino alrededor de la barra y al encontrarla de rodillas me miro sorprendido sin entender de que se trataba. Agarré sus manos las pasé por detrás de mi cuello y le di un apasionado y erótico beso.
Deslicé las mías por su cintura y lo atraje hacia mí, su miembro quedo justo al frente de su rostro, a la altura perfecta.
- ¿Nicole que demonios?
- Relájate ¿gane algo para ti?
- ¿Ganaste?
Noté su cara de terror cuando ella empezó a acariciar su miembro por encima del pantalón. Intentó retroceder y yo se lo impedí enterrando mis uñas en su espalda.
- ¿¡Nicole!? --me miró con ojos de preocupación y agitó su cabeza negando hacia los lados--
Bajé mis manos tomando el cierre de su cremallera y deslicé mi mano hacia el interior entre su boxer. Su miembro reaccionó de inmediato en mi mano y lo ayudé a salir de su cueva entregándolo como testigo de relevo a mi nueva amiga que no dudo en llenarse de saliva la palma de la mano y frotar su glande entre ella.
La cara de mi novio se desfiguró de placer, lo miré a los ojos, le sonreí y mientras que me contestaba de vuelta pude notar el tic en su ojo izquierdo que siempre lo delata cuando le hacen algo que le gusta.
Lo abracé con fuerza para que quedara lo más cerca de mí, su rostro quedo por encima de mi hombro.
- Si alguien viene me avisas, yo me encargo ¿ok?
- Amor ohhh rayos amor... yo
- ¿Me avisas?
- Ufff ohhh si
- ¿Lo hace bien?
- Demasiado
- Disfrútalo
Nos quedamos así abrazados e inmóviles para no dar la impresión de que estábamos teniendo sexo, aunque varías veces me tocaba besarlo para que disimulara su cara evidente de placer.
- Amor, amor, amor...
- Ella lo quiere en la boca
- No, alguien viene
Su mejor amigo se estaba acercando con una nena que yo no conocía. Seguro en busca de más licor. Agarré la botella de ron en la mano, la coloqué hacía atrás interrumpiéndoles el paso.
- ¿Les importa? estamos ocupados --dije con tono cortante--
- ¿Están peleando? --pregunto su amigo extrañado--
- No te metas Javier
- ¡Uyyyyyyyyyyy!
Me miro extrañado, porque por lo normal nos hemos llevado bien y no soy de contestar de esa forma. Agito su mano haciéndole una mueca y mi novio "disimuladamente" con su mano le pidió que se alejara.
Cuando regresó al círculo de amigos y sentí las miradas encima, volteé con el ceño fruncido y todos miraron hacia otro lado tratando de disimular y hasta se movieron a un lugar donde no quedaran a la vista para no incomodar.
- Al fin solos
- Ni tanto
- Tan solos como quería
- ¿Esto te gusta?
- Hasta ahora si ¿qué tal si me cuentas que te hace?
- Nicole ¿acaso te volviste loca?
- Para nada, hay oportunidades que solo pasan una vez en la vida, hay que aprovecharlas
Me acerqué a su oído, bajé sus manos por detrás de su espalda hasta las nalgas, gemía delicioso en mi oído y cuando podía trataba de describirme como ella le había abierto el pantalón, lo había bajado hasta sus rodillas incluyendo sus boxer y llenaba tanto su miembro como sus bolas de saliva.
Se lo metía a la boca y chupaba con la presión perfecta, empujaba el frenillo con la punta de la lengua y delineaba su glande mientras acariciaba sus bolas y las ahorcaba cerca de la base para hacer aún más prominente la erección.
Lo besé, él se separó un poco y cuando miré hacia abajo ahi estaba ella mirando con esos ojos grandes, redondos y oscuros morando hacia arriba. Era toda una maldita maestra de la mamada, se le notaba la pasión y el disfrute con el que lo hacía, además de una envidiable habilidad para metérselo todo hasta hacerlo desaparecer en su garganta sin siquiera producirle arcadas.
Se lo metía hasta el fondo, lo empujaba de sus nalgas como si quisiera que le traspasara el cráneo, aguantaba unos segundos lo miraba a los ojos y cuando se le aguaban lo sacaba lleno de saliva lo masturbaba y le escupía guarramente el glande.
Dejó rodar el vestido por sus hombros, desabrocho el sostén en segundos y sus grandes senos fueron liberados, tomo la saliva sobrante de su miembro y dejo de apoyar sus caderas en sus talones, aprisiono su miembro entre ella y con su brazo las rodeo por debajo para levantarlas y hacerle una deliciosa paja rusa.
- Arrrgghhh
Mi novio empezó a gemir y le tuve que tapar la boca mientras volteaba a mirar que nadie nos estuviera mirando. Regrese a disfrutar el espectáculo, ella se magistralmente lograba que su miembro saliera en medio de ellas y meterse su glande a la boca.
Vi como sus ojos se cerraban y se iban un poco hacia atrás, no iba a tardar demasiado. Me acerqué a su oído, chupé su lóbulo.
- Es una ternerita hambrienta de leche, entrégale toda la que ella quiera
Me reí mirándolo a los ojos, le di un beso y me escurrí hacia abajo quedando justo detrás de su cabeza, la tomé de los lados con mis manos y empuje hacia adelante con mi pelvis. Ella levantó su mirada y rio entendiendo el mensaje.
Lo dejo escapar de la prisión de sus senos y tomo su miembro con ambas manos, masturbándolo en dirección a su boca con una clara indicación. Nosotros nos empezamos a besar y su cabeza hacia estragos presionando mi clitoris con cada empujón que daba hacia adelante.
- Amor, amor, amor.... aahhhhhhhmorrrrr
Ella como habíamos acordado al sentir la explosión en su boca, lo trago rápidamente y continúo chupándoselo. Mi novió temblaba ahí de pie como si estuviera electrocutado, yo le tapaba la boca mientras el abría sus ojos enormes soltándole más chorros de los que esperaba.
Al fin sus bolas fueron descargadas y a la fuerza tuvo que empujarse de la barra para separase de nosotras y apoyarse contra la nevera exhibiendo su miembro con una erección que no dejaba de palpitar, como si aún quisiera seguir explotando, pero sin el semen suficiente para hacerlo.
La nena, se apretaba los senos, no le quitaba la mirada de encima a su miembro y se saboreaba limpiándose con la lengua los pocos restos que se alcanzaron a escapar por sus comisuras.
- Ya ¡vete! en un momento te alcanzo
- ¡Ok!
Se vistió a toda prisa, se organizó tanto como pudo y regreso con una sonrisa donde sus amigos para dejarles claro que todo estaba bien entre nosotros y aunque algunos trataron de ocupar el lugar en el que estaban antes él se encargó de sacarlos de la casa hacia el patio.
La nena se levantó con una cara de satisfacción total, una sonrisa increíble de oreja a oreja que no se le borraba con nada.
- ¿Ahora si estas contentas?
- Ni que lo digas, gracias
- Con gusto, ahora volvamos a la fiesta, pero... no te le acerques a mi novio ¿ok?
- Claro que sí, como mandes
Yo salí primero y ella unos minutos después como si hubiera estado en el baño. Nos dedicamos a rumbear cada uno por su lado y ella ni siquiera nos volvió a mirar. Mientras bailábamos tuve que explicarle a mi novio con más detalle lo que había pasado y muerto de risa me repitió como mil veces que estaba loca.
- ¿Qué tiene de malo ser caritativa cuando alguien lo necesita?
- Nada, mi amor
- Mírala, ahora no para de reír
- Si se ve que está feliz
- No del todo
- No, la pobre debió quedar recaliente después de eso
- Seguro encuentra quien le ayuda con ese "problemita" ¿no?
Dejamos un lado el tema, no dedicamos a rumbear y seguir bebiendo, la gente se empezó a ir y fue inevitable no terminar los que quedábamos en el mismo circulo, las miradas entre los tres se convertían en algo más. Ese banquete que se había dado la había llenado de confianza y ahora no era capaz de deleitarme con su sex-appeal, mi mente no paraba de pensar en hacer locuras.
- ¿Amor? --me acerqué a su oído--
- Dime
- ¿Tu casa está sola hoy?
- No ¿por?
- ¿Y si somos nosotros los que nos encargamos de ese problema?
- ¿Te refieres a... --me miró extrañado--
- Si ¿no te gustaría?
- ¡Un trio!
Le tapé la boca, lo miré a los ojos y me partí de la risa. Nunca habíamos hablado de algo parecido, tampoco es que estuviera en mis planes, pero no sé porque ella me llamaba tanto la atención.
- Si idiota ¿puedes decirlo más duro para que todos escuchen?
- Lo siento, es que...
- ¿Sí? o ¿no?
- Obvio que si
Me acerqué a servir otro ron, la volteé a mirar y ella entendió el mensaje, se acercó colocando su vaso vació pidiéndome que lo llenara. Tome unos hielos, un poco de ron y cuando le iba a poner Coca-Cola me colocó su mano en la botella.
- Me gusta más así, fuerte, crudo
- ¿No me has dicho tu nombre?
- ¿Acaso importa?
- No, solo curiosidad
- ¿Curiosidad? --tomó un trago y rio con picardía--
- Te gustaría...
- ¡Si! --contestó sin dejarme terminar--
- No sabes que te voy a pedir
- No importa, si, lo que sea
- ¿Nos vamos?
- Llevo esperando horas que me lo pidas
Pedimos un Uber y ella se fue con nosotros con la excusa de que su casa quedaba paso a la nuestra. Aunque creo que terminamos en La Estrella un tanto lejos de la casa de cualquiera de los tres, teniendo una de las noches más locas de mi vida... pero esa es otra historia.