Yo le conteste enviándole una foto de mi pene a media erección y le conté lo que iba a hacer, por lo cual me respondió diciendo: ya voy para allá, no te masturbes todavía.
Me recosté en la cama y deje que pasara el tiempo mientras mi amigo llegaba, afortunadamente no estaba haciendo frio; Me levante un momento y me puse unos ligueros negros que tenía guardados, aparte de eso no tenía nada más puesto.
Después de un buen rato llego mi amigo, fui y abrí la puerta y él se quedó mirándome mientras entraba, nos saludamos y de una vez nos fuimos a la habitación.
Me subí a la cama y me recosté bocabajo mientras miraba como se quitaba toda la ropa, tras lo cual el también se acostó a mi lado, pero bocarriba.
Su mano empezó a acariciar mi cola lentamente, apretándola a intervalos mientras yo empezaba a acariciar su pene, el cual se estaba endureciendo poco a poco.
Me puse de rodillas y me dedique a masturbarlo lentamente mientras el acariciaba mis muslos y mis ligueros, después me senté encima de el y cabalgue un rato mientras el me iba masturbando al mismo tiempo, arrancándome varios gemidos.
Después empecé a cabalgar la almohada, restregando mi pene en su tela, mientras mi amigo me veía y se masturbaba, en un momento se hizo detrás mío y empujaba mi cola al vaivén del movimiento de mis caderas.
Tome aire un momento y el aprovecho para seguir masturbándome, acariciando la cabecita de mi pene, acariciándome por completo, estaba tan excitado, su pene estaba tan duro, tan erecto, tan hermoso.
Me puso en cuatro y con su dedo acariciaba mi ano, lentamente, haciéndome gemir, y yo solo le pedía que no parara, que siguiera masajeando mi ano de esa forma; Después de un rato empezó a ordeñarme despacio, su mano estaba haciéndome tan feliz, mis gemidos se incrementaron.
Lo masturbe otro rato antes de montarme en la almohada para la cabalgada final, se sentía tan delicios el roce de la tela de la almohada que no resistí mas y eyacule a chorros, la mayoría cayeron en la almohada, dejando un rastro de delicioso esperma.
Mi amigo después de ver mi corrida se puso detrás mío, levanto mi cola y eyaculó en mi ano, yo sentía los deliciosos chorros de esperma en mi ano y cola, su rico esperma chocando en mi cuerpo, y mientras tanto gemíamos al tiempo.
Yo caí rendido sobre la cama, manchado de semen, pero feliz y satisfecho, mientras mi amigo terminaba de limpiar la cabecita de su pene restregándola en la tela de la almohada, dejando un pequeño rastro de su semen al lado del que yo había eyaculado.
Mi almohada quedo impregnada de semen al igual que mi ano y mi cola.
