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Hijo unico madre soltera una pareja perfecta

 

Soy viejito 50

 

Cuando veo mujeres que bordean los cuarenta y tantos me vienen estos recuerdos

 

Soy hijo único de madre soltera y padre ausente, ella era una mujer profesional muy autónoma, por lo tanto, vivíamos los dos solos. Cuando cumplí los 18 mi preciosa madre me dio el mejor regalo que puede desear un joven que ama a su madre.

 

Yo tenía 17 era un jovencito normal, pero desde pequeño sentía una atracción hacia madre, primero muy inocente obviamente, me gustaba y disfrutaba de sus besos y caricias. Pero cuando fui creciendo este goce pasó a tener características de erotismo puro y duro. Esto se lo dejo a lo psicoanalistas. Me gustaba rozar su cuerpo en cualquier oportunidad que se presentaba, la abrazaba por detrás y podía sentir sus redondeces tocando mi verga, no se si ella lo sentía.

 

Le recorría su cuerpo con la vista, sin que ella lo percibiera, veía como se movían sus exquisitas nalgas cuando caminaba, veía como se levantaban sus tetas cuando respiraba cansada haciendo los quehaceres, esas tetas deliciosas me volvían loco.

 

Un día llegué a casa de vuelta del colegio porque se había suspendido las clases, me dirigí a mi dormitorio y cuando pasé por la puerta abierta de su dormitorio la vi, ahí estaba ella que recién se estaba levantando, solo con un calzoncito muy pequeño y nada más. Cuando se dio cuenta que yo estaba ahí, se cubrió las tetas con sus blancas y lindas manos y se volvió para terminar de vestirse, yo no me moví, me quedé petrificado mirándola. Estaba tan sexy que esa visión me hizo excitar en el acto, ella poniéndose una blusa me miró y comprendió lo caliente que me había puesto, la erección que me vino era imposible no verla. Me miró con una expresión picara, con brillo en los ojos y me dijo ... “Que te ha pasó mi amor…” y me acarició levemente el paquete, luego me tiro suavemente el cabello y me dijo. Ya mi amor voy a terminar de vestirme, eso me dejo babeando durante días.

 

 No pasó mucho tiempo desde este episodio, hasta aquel día, uno de los más memorables de mi vida. Hubo visitas en casa y tuvimos que compartir camas. Mi madre me pidió que le cediera mi cama una pareja amiga y que yo me quedara con ella. Nos acostamos, yo vistiendo pun pijama y ella un babydoll semitransparente, yo no podía dejar de mirarla ni disimular mi intención de examinar ese lindo cuerpo. Luego en la cama sentir la suavidad de esa tela en mi brazo me puso tan caliente que tuve una erección que me duró toda la noche. Así estando acostado a su lado, ella simulando estar dormida se dejó que yo la arrimara con la verga dura... hmmm que sensación más deliciosa, mezcla de nervios, miedo y un fuego sexual muy intenso. Los días que siguieron estuvieron marcado por miradas sensuales e insinuaciones. Me preguntaba qué opinaba de la relación entre un joven y una señora mayor de una película que estábamos viendo en la tv, también me decía, en tono de broma, que estaba muy guapo y que tuviera cuidado con las mujeres, que ella era la única mujer de mi vida.

 

Hasta que llegó mi cumpleaños, lo celebramos con algunas amistades en casa, cuando todos se fueron ella me dijo que le pidiera un regalo, el que fuera, que ella haría cualquier cosa para que hacerme feliz.

Yo había bebido cervezas, ahora con autorización dado que había llegado a mi mayoría de edad, y como el alcohol quita las inhibiciones, le dije que quería verla desnuda otra vez. Se rio me dio leve tirón de pelo y acercando su boca a mi oreja, tan cerca que pude sentir el calor de su aliento “a la madre no se le piden esas cosas”

 

A las dos o tres semanas, un sábado salió con sus amigas de carrete, no volvió muy tarde como otras veces. Yo me acababa de ir a la cama cuando la vi en la puerta de mi dormitorio. Entró con pasos lentos y me saludó desde la oscuridad moviendo su manito, yo podía ver el brillo de esos ojitos verdes y susurró “¿aun quieres ese regalito?”

 

"Siiiii mamá es lo que más deseo".

 

Encendió la luz, y comenzó a quitarse lentamente cada prenda, le temblaban las manos, me miraba, sonreía y se ponía seria, volvía a sonreír y ponerse seria, hasta que quedó completamente desnuda. Así estuvo frente a mi para que pudiera disfrutar mirando cada pliegue se la piel de su delicioso cuerpo… y no solo eso; como ya estábamos lanzados al infierno, levantó la sábana que me cubría y al ver mi tremenda erección, se arrodilló al costado de la cama, suavemente me agarró la verga y comenzó a besarla, luego a lamerla, y finalmente meterla en su boca, yo sentía como el calor de esa boquita deseosa abrasaba la roca en que se me había convertido la verga. Me dio una mamada tan deliciosa, que hasta ahora me excito al recordar.

 

Si existieran los viajes en el tiempo yo lo daría todo por volver a vivir esos momentos

 

En lo sucesivo a ella le gustaba espiarme cuando yo me bañaba y me masturbaba, yo simulaba que no me daba cuenta… ella hacía lo mismo

 

Después de estos hechos, solo estuvimos juntos una vez más, ambos bajo los efectos del alcohol, nos entregamos sin ninguna restricción toda la noche. Nada del mundo tenía valor solo éramos ella y yo en el universo. Me enseñó todo lo que debía saber para disfrutar el sexo, recorrí todo su cuerpo con mi lengua, hicimos el más apasionado 69 me entregó su culo delicioso para lamerlo y luego meterle la verga, fueron 6 horas de desenfreno sexual entre una mujer preciosa de 45 años y un joven e inexperto de 18 años. Nunca más volvió a ocurrir ni se mencionó el tema.

 


consentidocl

Soy hombre heterosexual

visitas: 2830
Categoria: Amor filial
Fecha de Publicación: 2024-05-28 13:52:09
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3 Comentarios

¿Alguna lectora para charlar en privado sobre el tema?

2024-07-12 07:05:16

Espero que sea un relato real. Porque es de lo más caliente

2024-06-19 15:06:28

Que buen relato, sería bueno contar ese segundo encuentro en un relato a parte con lujo de detalles, digo... para lo de la imaginación jaja

2024-05-29 21:04:44

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