Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Ahora fue el turno del hijo de mis amigos

Hace varios años, estaba en la casa de Mario mi mejor amigo, era domingo estábamos en el quincho preparando un asado, su hijo Samuel de 9 años venía saliendo de la piscina y Lorena su mamá lo llama y le dice, “ya Sam ahora a sacarse el cloro”, y lo pone debajo del chorro de la manguera del jardín, después de esa improvisada ducha le saca el short de baño, dejándolo desnudo y comienza secarlo suavemente, en eso riéndose le dice en voz alta a su marido “mira Mario Sam es tan caliente como tú, jajajaj”. Sam se tapó su pene erecto con vergüenza y se fue corriendo a su dormitorio.

Yo recordé mis primeras erecciones, pero claramente, Samuel era más precoz que yo. En el almuerzo conversamos sobre el tema; Lorena nos contó que desde que era chiquito, Sam se restregaba contra ella, que se excitaba. Era normal.

Pasaron unos años, y la situación se repitió, ahora estábamos en la piscina, Lorena, Samuel y yo. Mario había salido a buscar algo. Samuel ya de unos 14 años, salió del agua y Lorena le dijo, “Samy sácate el cloro, que esta agua está muy tóxica, espera yo te ayudo”. Lorena salió de la piscina, llevaba un traje de baño, muy sexy, de una pieza pero con mucho rebaje, se le veían las curvas de las caderas perfectamente formadas, y el escote ajustado pero con la tetas presionadas formando un delicioso seno. Se acercó a Samuel, tomó la manguera y comenzó a mojarlo suavemente desde la cabeza, hacia abajo. Esta vez no le quitó el short de baño, pero se lo abrió por delante y detrás y le tiró sendos chorros de agua. Luego de eso comenzó a secarlo desde el pelo hacia abajo. Yo observaba disimulado lo que estaba pasando…   Sentí cierta empatía con Samuel. Cuando llegó el momento de secarle a la altura del pene, la acción de secar más bien se transformó en caricia por vario segundos, la mano de Samuel presionó el brazo de Lorena. “Algo, pasa o va a pasar por acá”, pensé.

Me acerqué a Lorena y le dije “está grande Samuel, ¿sigue tan caliente como Mario?”, entendió que la pregunta era por la situación que había ocurrido hace mucho tiempo. “jajaja, no lo sé, Samy ya es todo un adolescente” dijo, miro en dirección donde estaba Samuel y luego me miro a los ojos, no dijo nada más.

Pasó el día, nos despedimos como siempre de abrazos, cuando abracé a Samuel, le dije al oído. “cuida a tu mamá, es una linda mujer…” no me dijo nada, solo me miro serio, y asintió con la cabeza. Que ganas de haber podido leerle la mente. Me quedé con la sospecha, Samuel estaba en la misma situación que estuve yo, ya sabía lo que venía.

Transcurrió el tiempo, y un día cualquiera fui a la casa de mis amigos, ahí estaba Lorena y Samuel. Ella me invitó a entrar a la sala, Samuel se puso de pie, “hola tío…” y se fue al patio.

“Que sorpresa, qué te trae por acá?” me dijo Lorena.

“Pasaba por acá y me dije “voy a pasar a saludar”, ¿Mario, aun no llega?”.

 “No, los miércoles y jueves, llega muy tarde, y ya me avisó iba a llegar tarde también”.

“Qué bueno le dije”, me miró con cara de sorpresa “¿porqué?”

“Tengo una curiosidad, que me ronda la cabeza hace tiempo y quería conversarlo contigo” y agregué “¿Cómo está Samuel?, ¿cómo te llevas con él?”

Se puso de pie como a la defensiva, se demoró en contestar. ” tú sabes, siempre ha sido un buen niño, nos llevamos muy bien. Sobre todo, ahora que ya pasó la adolescencia”. Miró para afuera, al otro lado del ventanal estaba Samy mirándonos.

“Vaya, no sabía que te preocupabas tanto por nosotros” me dijo.

“tengo que contarte algo, voy a ser muy abierto contigo, es una historia que seguramente te choque, no podrás contarle a nadie lo que te voy a relatar”, a continuación, le conté la historia de mi madre conmigo. No dejé ningún detalle, afuera. Al principio, ella reacciona, con sorpresa, y movía la cabeza en signo de desaprobación. “Pero como podían hacer eso”, me dijo un par de veces, hasta que llegué a contarle lo del primer orgasmo que tuve con mi madre. Me miró, se puso de pie, miró al patio, ya no estaba Samuel, había salido. Al parecer estábamos solos.

Cuando terminé el relato, ella me preguntó “¿y ahora cómo estás?, ¿cómo está ella?”. “Estamos bien, ya pasó el tiempo, nos hemos perdonado. Aun la amo mucho. Aunque a veces, para mi pesar, tengo sueños húmedos con ella”.

La noté más relajada, se sentó a mi lado, me sonrió y me dijo “debes haber sido tan buen amante como Samuel”.

“Amigo mío gracias por tu sinceridad, esto es algo que no me lo puedo guardar, no tenía con quien conversarlo, es tan raro, tan intenso…” dijo Lorena mirando hacia, arriba con un suspiro.

“Si quieres desahogarte, te puedo escuchar, entiendo lo que está pasando. ¿Samuel tiene 19 años verdad?” le pregunté, “si” me respondió.

“Voy a tratar de ser lo más transparente y por favor, no me juzgues o si lo haces, trata de ser comprensivo:

¿Te acuerdas que de chiquito, yo jugueteaba con Samy?, inocentemente de vez en cuando le tomaba su penecito y se le paraba, eso yo lo encontraba divertido, Tan chiquito y con esa reacción. A medida que fue creciendo, y ya de adolescente, yo le seguía tocando su pene, en forma de juego, siempre se le paraba… ese creo que fue mi error. Ya más grande yo lo esquivaba, pero él me buscaba para tocarme, o frotarse contra mí. A veces se paraba a mi lado cuando yo estaba sentada viendo tv, y apoyaba su cosa dura contra mi brazo. Yo nunca supe que hacer, esto era cuando Samy, ya tenía 16 años. Desde pequeño yo le excitaba.

Algunas veces, cuando yo estaba cocinando, o estaba haciendo algún que hacer en la casa, le gustaba ponerse por detrás, taparme los ojos “Adivina quién es”, mientras arrimaba su verga contra mi culo. Acá tengo que reconocer, y tu lo entenderás, que ya había comenzado a gustarme estos jueguitos prohibidos.

Tenía culpa, pero hasta que no fue mayor de edad, no respondí explícitamente a sus intenciones.

Me dije a mi misma, si va a ocurrir algo que sea entre personas adultas, es decir cuando el sea mayor de 18 años… cuando llegó ese día, tal como te pasó a ti con tu madre, lo hice con mi hijo.

Fue al miércoles siguiente de su cumpleaños, cuando a Mario le tocaba llegar tarde, que esperé a Samy, para cumplir este deseo me quemaba por dentro. Me fui a la cocina, vestida solo con un calzón tipo tanguita y encima una bata de salida de cama, semitransparente, que hacía tiempo no me ponía, ya que la usaba para provocar a Mario.

Cuando Samy llegó a la puerta de la cocina, yo simulaba que no sabía que estaba allí, estuvo un buen rato parado, seguramente disfrutando de la vista.”

“Uf, me imagino como debe haber estado, hasta yo me excito con ese relato” le dije, ella se rió, estaba sonrojada, y siguió…

“Bueno, Samy entró a la cocina, y repitió el juego de siempre, aunque ahora como, yo llevaba poca ropa, pude sentir su verga, que también estaba más dura grande que otras veces. “quién…..”, no alcanzó a terminar, cuando yo tomé sus manos y las conduje hasta mis tetas, mientras apegaba mi espalda contra su cuerpo, sintiendo su verga…. Comenzamos a movernos, para disfrutar ese roce, de mi culo contra su verga, y sus manos que me acariciaban las tetas.

Me volví hacia él me abrí la bata por delante y el pudo ver el cuerpo de su madre, que seguramente desde hace mucho tiempo quería disfrutar. Me abrazó, con sus brazos por debajo de la bata, mientras me besaba… fue una sensación exquisita, llena de fuego, de pasión, y de culpa. Yo misma no comprendía como es que estaba haciendo eso.

Le abrí el cierre, le bajé el pantalón, le bajé el sleep y ahí me encontré con esa verga, no era el trocito que yo le venía viendo desde chiquito. Ahora era una verga completa, dura y gorda. No pude resistirme y comencé a chuparla, sentía deseos de tragarme ese pedazo de mi hijo. Después de varios minutos de disfrutar de esa mamada, le ofrecí a Samy mi concha, Vamos amor chúpamela, se que lo deseas. “Si mamá, la deseo mucho… estas tan rica”.

Continuamos acariciándonos, besándonos y chupándonos por un buen rato. Yo hervía de caliente y le dije, cariño quiero me la metas …. “gracias mamá, yo también quiero hacerlo”. Estábamos en el sofá, abrí las piernas y el se agachó comenzó a besarme, con esos besos húmedos tan ricos, y sentí como apoyó su glande en mi vulva y me lo clavó con fuerza…. Vi estrellas, fue increíble.

Como una mujer puede desear tanto a su hijo…” dijo finalmente Lorena y guardó silencio.

“Bueno” le dije, “creo que lo tengo claro, no sé qué decir, imagino, que ya lo habrán racionalizado, ¿y esto quedará en el baúl de los recuerdos secretos?”

“Te equivocas amigo mío, esto es una adicción de la cual no podemos salir, no podemos dejar de amarnos…. Yo no sé cómo va a terminar”

consentidocl

Soy hombre heterosexual

visitas: 1811
Categoria: Amor filial
Fecha de Publicación: 2024-06-03 00:16:43
Más Relatos Por consentidocl
Compartir en:

4 Comentarios

¿Alguna lectora para conversar en privado sobre experiencias de amor filial?

2024-07-12 07:06:23

Por favor sigue con las historias. Hace rato nadie escribía algo tan bueno.

Entonces usted ya no se coge a su mamá?

2024-06-19 15:27:09

Que buena historia, cuando están bien argumentadas y los hechos son específicos lo hacen estar presente en casa momento uff me exito mucho

2024-06-07 09:37:58

Agradeceré sus comentarios, ya que tengo un par de historias que contar, pero no sé si publicarlas... depende de Uds. lectores.

2024-06-06 22:51:44