Allí estaba, con la mujer que había visto en persona por primera vez hacía dos horas, encima de ella en esa cama de agua del motel, clavándola; mientras la cacheteaba y le decía que era mi perra malparida, y que de ahora en adelante debía satisfacerme en mis más bajas fantasías. En realidad, a Lucia la conocí por Tinder, después de pasar fotos de mujeres desconocidas como si de un carrusel se tratara, vi su foto de perfil, una mujer con una figura grande, con buenas curvas y un par de tetas gigantes, pero lo que más me llamó la atención fueron esas cejas y esos labios gruesos, en especial sus labios, que despertaron mis bajos instintos y me hicieron fantasear una mamada de ella.

Para mi sorpresa, hicimos match al poco tiempo y, desde ese momento, comenzamos a chatear de la manera más casual, y siempre desde el respeto, no quería que esa hembra se me espantara, lo que hizo que en unas semanas creáramos una incipiente amistad, en la que nos hacía sentir cómodos conversar todos los días, saber del día del uno y otro, e irnos conociendo, lo que hizo que de tanto chatear decidiéramos dar siguiente paso y conocernos en persona.

Así que desde el jueves cuadramos vernos en un centro comercial de la ciudad, que quedaba a mitad de camino de cada uno, dado que vivíamos en extremos de la ciudad, el día acordado llegué diez minutos antes y me dedique a esperarla en el lugar acordado, el tiempo pasó y ella llegó, iba vestida con un pantalón pegado al cuerpo, que mostraba una cintura ancha y un culo grande, y una blusa escotada que mostraba un par de tetas grandes, ella era una hembra en todo el sentido de la palabra, alta y con unas curvas proporcionadas a su tamaño, nos saludamos y, desde el primer momento la sentí incomoda. Sin embargo, me senté a tomar un café con ella y hablar, mientras repasaba su cuerpo y labios con la mirada, ella se sentía más tensa, hasta que no me aguanté más y le pregunté: ¿Te pasa algo, o te estoy molestando? Ella con algo de pena me dijo que no se sentía atractiva y que estaba aun más incomoda si yo seguía mirándola, entre aturdido y sorprendido le pedí excusas, pero aún con atrevimiento le dije que era una mujer sexy, con una figura deseable, y que esos labios eran muy apetitosos. Ella se echó para atrás aún más incomoda, yo solo le volví a pedir perdón y traté de reencauzar la conversación, la incomodidad seguía en el aire y sabía que era cuestión de tiempo para quedar todo en una linda charla, por lo que adelanté y le propuse ir a tomar una cerveza, fuimos a un pequeño bar a unas cuadras de donde estábamos y ya con la música, las cervezas y lo oscuro del lugar el ambiente se fue distendiendo, la charla era más animadas y ya estábamos algo ebrios, en una de esas me acerqué a decirle algo a su oído y aproveché para robarle un beso, la verdad fue delicioso con esos labios gruesos que ella tenía, la pasión se incrementó por los dos y le dije al odio mientras que cogía una de esas piernotas. ¿Mami, me va a dar una mamada con esos labios?, lo dije por estar algo ebrio y por picarla también, ella frunció sus cejas y pensé: ay jueputa la cague, pero para mi sorpresa me dijo hágale.

No lo pensé, la tome de la mano, pedí la cuenta y pague, nos fuimos como alma que lleva el diablo y pedimos un taxi que nos llevó a un motel cercano, para mi el recorrido que costó la mínima se me hizo una eternidad en ese taxi, a pesar de que, desde ese momento, yo tenía acceso a muchos de los encantos de Lucia, pero lo cierto era que yo la quería tener clavada, nos bajamos del taxi, negociamos la habitación, la más lujosa para poder tener a esa mujer todo el tiempo, y subimos aun besándonos y tocándonos, entramos a la habitación con jacuzzi, cama amplia y un sillín del amor.

Cuando cerré la habitación, estaba dispuesto a que solo la lujuria nos controlara, seguíamos besándonos de pie y cuando quise acercarla a la cama para estar encima de ella, se detuvo y me confesó que tenía un novio, que se sentía mal de hacerlo, que si bien llevaban tiempo juntos, él no la tocaba hacía muchos meses y que eso la estaba cuestionando como mujer y su belleza, por lo que estaba usando Tinder, que solo quería medir los match, que si bien tuvo muchos, la mayoría eran hombres groseros o que solo mandaban fotos de su miembro, que yo había sido respetuoso y la hizo sentir valorada, que por el licor y la falta de sexo estaba ahí, pero estaba insegura de seguir.

Estaba algo molesto por las excusas chimbas, pero yo no iba a dejar ir esa hembra invicta, le empecé a decir que su novio de pronto tenía otra vieja, que ese tipo era un bobo por desperdiciar todo eso, en fin la parla que todo hombre dice y ella me miro de manera tierna, solo como las mujeres saben hacerlo y le di un beso, lo que prendió nuevamente las cosas, nos lanzamos sobre la cama y empezamos a manosearnos y desnudarnos, yo llevaba el ritmo y le iba quitando esa blusa, luego su brasier rojo, que daban la impresión de dos cerezas deliciosas, que una vez quitado se liberaron para ser chupados, estaba en un éxtasis, las masajeaba las chupaba me hacía rusas con ellas, pero yo no quería quedarme ahí, quería explorar todas las carnes y encantos de esa mujer decidí seguir bajando con besitos por su abdomen hasta llegar a su pantalón y se lo baje para encontrarme con una tanguita roja, también me tocó comer cereza, se la quite y ahí estaba con ese pedazo de cuca, totalmente limpia, sin pelitos algo lubricada y palpitando como pidiendo ser disfrutada, yo me acerqué lentamente y quedé a unos centímetros de ella, lo que era una tortura para Lucia, por lo que brincaba para sentir mi boca, cuando ya me rogó me acerqué y empecé a comerme esa cuca, primero su clítoris, lo succioné suavemente, mientras ella gemía , baje a sus labios y me la pasé besándolos y penetrándola con mi lengua, yo no estaba contento con la vista, quería ver esa hembra cogerla, casi como un pulpo, por lo que le pedí que se sentará en mi pecho y me arrimará es cuquita, ahí todo cambio para mejor, le podía estrujar esas tetas, mientras le daba lengua y le cogía esas caderas y culo, era un espectáculo y manjar el que me estaba dando, cuando de repente ella empezó a gemir más duro, y la agarre del culo mientras me comía esa cuca y tuvo su primer orgasmo con el cual casi me ahoga en su jugo, los cuales me tragaba como néctar.

Ella se bajó y muy amablemente me quiso devolver el favor, por lo que con esa boca tibia y ese par de labios me dio una mamada, que me dio tiempo apenas de sacarlo y terminar en sus tetas, nos acostamos y charlamos un rato mientras el amigo se recuperaba, una vez listo, le toque ese pancito rico y este lubricó de una por lo que la empecé a montar mientras mi verga iba y venía en un pantano de jugos vaginales, lo que hacía la sensación más intensa, de repente ella me dijo que le gustaba el sexo duro, que era una niña mala y necesitaba un castigo, por lo que mientras estaba en mi vaivén de verga le daba cachetadas, mientras le decía que era una perra malparida, y que dijera que su novio era un pobre marica por no aprovecha ese pedazo de hembra, lo que decía a media palabra por los gemidos que daba, luego decidí torturarla con juegos como decir cada letra del abecedario por cada penetración, y yo iba subiendo la velocidad, lo que al final hacia que no fuera capaz de decirlo y volver a comenzar el juego, luego la puse en cuatro para ver ese culo mientras le daba, y le tocaba el clítoris, lo que hizo que los dos terminamos al tiempo en un profundo orgasmo, nos acostamos mientras esa cuca escurría mi leche.

Alí estuvimos hablando, cuando decidió irse a bañar sonó su celular, agarró su teléfono y mientras decía hola mi amor, se fue al baño, allá llegué con mi verga nuevamente erecta, y mientras hablaba por teléfono le pedí una mamada, la cual me hacía mientras hablaba con él, era un show verla comer verga y responder con monosílabos, en un momento sin avisarle le termine en la boca, si bien no fue mucho tuvo que comérselo para seguir hablando con el novio, cuando terminó me puteó y ya nos bañamos, salimos y nos despedimos con un beso como amigos.