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La madura que me enseño

Desde que empecé a explorar la sexualidad me causo intriga el sexo anal. Me resulta muy excitante que la mujer deje a la disposición del hombre su ano, que sus paredes rectales aprieten, que no haya pena de lo que pueda pasar. Siento que hay total entrega y algo de morbosa sumisión.

Después de la higiene del caso disfruto cumplir el deber de estimular, lamer y dilatar el ano junto con una mordida de nalga y deditos en la vagina para poder oler ese aroma de mujer en celo. Es necesario asegurarse que ella lo disfrutara.

Hace algunos años, cuando yo tenía 22 y frecuentaba Guia, conocí a una mujer madura que se acercaba a los 50 años. Conversavamos, nos llamábamos en las noches y nos masturbábamos fantaseando. Me mandaba fotos de su vagina super abierta, húmeda e hinchada, sus senos grandes con el pezón siempre duro y su orificio anal.

La noche que nos conocimos fuimos en el carro de ella al mirador de las palmas y como estaba lloviendo nos quedamos dentro de carro a la orilla de la carretera después del mirador. Nos empezamos a besar y con mi mano intente tocar su seno. Cuando se dio cuenta saco ella misma su enorme seno y me lo dio a chupar. Estuve un buen rato como un bebe. Luego ella saco mi pene y me empezó a dar un buen sexo oral, se lo metía hasta el fondo hasta que saco mi semen y se lo tomo todo. Mientras tanto yo tocaba su vagina hinchada, de labios sobresalientes y húmeda, tanto que parecía algo orinada y su olor a hembra traspaso el carro.

Tenía mis dedos arrugados por su humedad y me aventure a buscar su ano. Dos dedos entraron con facilidad en su recto y ella no tenía ningún reproche.

Cuando mi pene estuvo erecto de nuevo se bajó el pantalón hasta la rodilla, se puso de lado en su asiento de conductora se abrió las nalgas y sin yo esperarlo me hizo la invitación: “métemelo por el culo”. En esa posición su ano rosado y dilatado sobresalía y yo acerque mi glande lentamente, mientras con suavidad introduje mi pene disfrute cada centímetro de su ano apretando y mi pene haciéndose a su lugar. Después de un rato estaba yo dándole como “a mula prestada”, el carro se movía, el olor a sexo impregnaba todo y ella gemía muy duro como si no le importara que estábamos en una vía pública.

Eyacule en su culo y cuando lo saque algo sucio como es natural algunas veces en el sexo anal ella con toda la naturalidad del caso me limpio y dio las ultimas lamidas de la noche.

Seguimos saliendo por un tiempo. Íbamos a moteles y un día que su hija no estaba me recibió en su cama. Siempre le dejara el ano brotado y colorado.

Me encantaba como se sentía segura de si misma y como levantaba bien sus rodillas para poder que su ano se abriera lo más posible. Le gustaba que le dijera que era “mi perra, mi puta”.

Ella me enseño uno que otro truquito y que una mujer puedes disfrutar mucho el sexo anal. Otra usuaria de Guia con la que también compartía ese gusto cuando le pregunte por primera vez su opinión del anal lo resumió en que “cuando es rico, es rico”. Y en verdad lo puede ser, recuerdo a una mujer que conocí en Uraba y el día que nos conocimos se lo hice por primera vez del placer no era capaz de mantenerse en pie.

Por último, me presento, soy de Medellín y tengo 31 años. Me gustaría conocer mujeres para algo estable que permita tener confianza, pero sin compromisos.

PD: Es mi primer relato, acepto sugerencias.

jovenpaisa25

Soy hombre heterosexual

visitas: 1588
Categoria: Sexo anal
Fecha de Publicación: 2024-06-27 17:18:20
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1 Comentario

Buen relato, la mujer que disfruta el sexo anal no vuelve atras

2024-08-23 23:19:24