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Cómo explique en un relato anterior la pandemia y el hiatus que tenía con mi entonces pareja me dio la oportunidad para explorar un poco la citas de aplicación, una que quedó pendiente fue la de un hombre de 45 años que uuff me dejó gratamente sorprendida.
Cabe aclarar que cuando acordé conocerme en persona con este hombre fue con un montón de dudas pero las conversaciones con el habían sido bastante interesantes y hasta ahora no se había asignado ninguna plática sexual. Dicen por ahí que quien no muestra el hambre come dos veces.
Nos vimos y físicamente me pareció atractivo, cuerpo atlético por que se mantenía en el gym pero no demasiado musculoso, un caballero en esa primera visita y todo super bien. Para la segunda cita decidimos irnos a tomar algo una cena y nos fuimos para su apartamento, entre trago y trago se fueron profundizando los besos y decidí lanzarme. Me senté encima de él y vi su asombro pero no había rechazo, empecé a besar su cuello , tenía una barba de dos dias pero se sentí muy bien, toque ese pecho y mis sospechas eran ciertas estaba tonificado y era un bombón. De un momento a otro y ya sintiéndose en confianza levantó su cadera y pase a estar debajo de el, me apretó con fuerza sin embargo no dolió, pero se sintió en todo mi cuerpo, metió su mano bajo mi blusa y la otra desabrochó mi pantalón, jugó con mi clitoris y probó de sus dedos mi sabor y fue como si algo se apoderara de el, me besó con más fuerza y empezamos a rozar aún con ropa se sentía una verga deliciosamente grande y dura, palpitaba de placer y sentía que iba a romper ese boxer que a duras penas soporto esos movimientos. Beso mis senos y se dedicó uno a la vez para besarlo, apretarlo, chuparlo y sacar de mi un gemido profundo pero buscando que no parará.
Yo buscaba con todas mis fuerzas pasar encima de él pero su fuerza no me dejaba mover, y volvía más interesante el buscar que me penetrara.
Finalmente le susurré al oído que quería jugar un poco, que me dejara y accedió, me se te encima de él me quite la blusa y el pantalón quedando solo en un hilo de encaje que sus ojos no dejaron de ver con lujuria cuando me agache para que viera mi culo en todo su esplendor y como ya estaba muy mojada y estaba lista para empezar.
Abrí su pantalón, bese su pecho y fui bajando. Baje su boxer y salió esa verga más grande de lo que pensé y me sorprendió ya que era gruesa y la iba a sentir muchísimo, tome aire y me la metí en la boca me llenaba y quería ver qué tanto la aguantaría, empecé a chupar y meterla poco a poco un poco más profundo y el encorvado en el sofá cerrando los ojos y disfrutando una mamada monumental. Mientras el oral avanzaba con mis dedos iba jugueteando hasta que el de un solo jalón me sentó en el sofá , abrió mis piernas y empezó a lamer cada gota de mi, jugó con esa lengua y mi clitoris y esta vez era yo la que tenía un arco perfecto de mi espalda y lo sostenía por el cabello rogándole al cielo que no parará y justo al borde de un orgasmo sentí un solo empujón que me hizo gemir pero fue tan delicioso y esperaba tanto que me clavara que solo disfrute cada empujón, le.pedia más y más , que fuera más duro más profundo y el como enceguecido por el placer me complacía como se lo pudiera, en la posición que quisiera, me puso en 4 y me agarró de el cabello, jalando suavemente pero asegurándose que mi cuello estuviera a su merced y que cada gemido y petición fuera lo suficientemente clara.
Su resistencia y la mia fueron excepcionales aunque se encargó de que tuviera varios orgasmos pero seguía y seguía, disfrute cada uno y mis piernas ya no daban más , cada embestida era poderosa y exquisita y yo no paraba de decirle que era una delicia y que queria más. Fue tan fuerte que el sofá se quedó sin una pata pero ni eso nos detuvo. Tuvo un orgasmo delicioso y explotó en un más de leche que recibí con mi boca como una recompensa de una follada. Magistral.
Esa noche repetimos ya en la cama donde fue un poco menos salvaje pero no por eso menos satisfactoria, definitivamente la experiencia no se improvisa.
Después de ese encuentro nos vimos por unos meses y llegaba yo los lunes a mi trabajo resplandeciente después de que ese hombre hiciera y deshiciera conmigo.
Lastimosamente perdimos contacto por que el hiatus con entonces pareja termino y sentía la culpabilidad de haberme disfrutado otra verga a ese nivel.
A veces pienso si volverle a escribir pero algo me dice que ya fue un capítulo cerrado y quedará en el recuerdo esas noches de sexo tan salvajes.