Guía Cereza
por: Felipe_Bog Publicado hace 3 meses Categoría: Hetero: Infidelidad 1K Vistas
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Esta historia tiene un poco más de diez años, ya siendo un hombre maduro ocupado de en mi trabajo y vida familiar se acumulaban los días con encuentros y desencuentros de todo tipo, pero fue un día martes al llegar de dos semanas de vacaciones que me encontré en la recepción de la compañía con una mirada nueva, una hermosa joven que llegó a ocupar esa silla que estuvo vacía por mucho tiempo y que en realidad nadie pensaba que volvería a tener ocupante, al entrar por la puerta de vidrio con mi expresión de sorpresa y una amplia sonrisa la saludé haciéndole saber la grata novedad de verla ahí, todo con mucho respeto y sin pretender algún tipo de acercamiento, para mi labor era muy cómodo que volviera a ser ocupado ese puesto ya que me ayudaba con la gran cantidad de correspondencia que manejaba en mi cargo, además de reservas para transportes y viajes. Ese mismo día volví a su lugar de trabajo para pedirle me pasara la correspondencia acumulada en mi ausencia a lo que ella muy amablemente me colaboró preguntando mi nombre, por lo que hacía y haciéndome entender que en sus pocos días en el puesto, justo las dos semanas que no estuve, se preguntaba por quien era ese fulano que recibía tantas cosas y que no reclamaba, al día siguiente volví a buscarla, esta vez tuve que preguntar por un paquete muy importante del que me había confirmado la entrega pero que el día anterior no me entregó, esperé al siguiente día y ella no logró encontrar es dicho paquete y así pasaron unos días más en los que me miraba con sonrisa de pena por no encontrar el paquete que aparecía en la empresa de mensajería con su firma de recibido. Nunca tuve intensión de presionarla pero veía su angustia al saludarme por no encontrar el envío así que empecé a hablar con ella para decirle que frente a ciertas cosas en la vida pues solo se puede decir "son cosas que pasan", yo podía solucionar la situación con quien me envío el paquete por más que se alterara un poco mi trabajo, y así fue, desde ahí los saludos eran mucho más cordiales y llenos de sonrisas, una mujer realmente linda con una sonrisa cautivadora, trece años menor que yo, a la que veía como sufría con las insinuaciones de todos y cada uno de los hombres que pasaban por esa puerta, teniendo en cuenta que es una empresa con planta de producción y algo más de 1000 empleados, en su gran mayoría hombres.

Pasaron algunas semanas en los que, en realidad, mantuve un trato serio y sin ninguna insinuación sobre ella, hasta que algún día me ayudó con un favor laboral de última hora por el que estando muy agradecido le dije de forma graciosa "te mereces un dulce" a lo que ella respondió con la mirada más picara que he visto en mi vida "uhmm, dulces no, pero puedes invitarme a algo más, prefiero comer de sal", en ese momento mi cuerpo y mente explotaron, esa mujer por la que todos, hasta el gerente y CEO de la compañía hacían ojos me habló de esa forma.... caí, por supuesto que si, dentro de mi sorpresa le pregunté ¿cuándo? a lo que me dijo, "cualquier día que puedas", ahí suena un pito sordo como cuando en las películas el monitor cardiaco deja de registrar los latidos, ella debe haber visto mi sorpresa y se adelanto con un "mañana no voy a la U".... otro momento de perplejidad a lo que respondí con un monumental "si".

Al día siguiente estaba sentado frente a ella en un pequeño lugar llevamos dos cervezas, conversamos con total tranquilidad y cada vez que nos reímos nos acercamos más hasta que pongo mi mano sobre la suya, ella me mira con seguridad, se acerca de esa forma en la que entiendes que la puerta se abrió de sus labios se abrieron para mi, nos besamos lento, húmedo, largo, pocos besos de esos en la vida, y los repetimos, mientras las manos que empezaron por sus mejillas ahora recorren la espalda, traspasan sus brazos y contornean sus senos, siento como cada beso me conecta con ella y todo al rededor se diluye, deja de existir la mundo al rededor, ni el sonido de la musica se siente. "¿y ahora?" con esa misma mirada llena de picardía y seguridad me responde "todo lo que quieras", mi mente vuelve a volar "vamos" le dije con seguridad y salimos del lugar, con algunas cervezas en la cabeza y mucho deseo en la sangre, caminamos entre besos y manoseos hasta el lugar en el que nos escondimos, verla entrar a la habitación acompañada de una de las mejores sonrisas que me han brindado en la vida me hizo saber que todo iba a ser fenomenal, y sin duda así fue. Había media luz, sus besos se hicieron más profundos y húmedos, su piel cargada de calor y electricidad se desnudaba para mi, el olor de su cuerpo lleno mi aliento mientras recorrí cada rincón de su espléndido cuerpo del que quería conocer todo y todo recorrí, llené mi boca con su humedad al mismo tiempo que se estremecía, me encontré con sus largas y torneadas piernas rodeándome y empujando hacia ella para introducirme cada vez más en su ser, sentí su aliento, cada jadeo que compartimos, el sudor que nos empezó a llenar y mezclar con cada embestida de mi ser y de su ser, saliva, sudor, olor, aliento, calor, palabras, deseo, nada faltó... Fue tanto, fue todo y lo volvimos a hacer, hasta que el recuerdo de nuestras almas de placer se quedó grabado para siempre en cada partícula de nuestro ser.

Felipe_Bog

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