Necesaria introducción, los escritos corresponden a experiencias ajenas pero conocidas de primera mano, propias y mezcla 80 y 20 entre ficción y realidad, además ubicadas en una región, porque ha decir verdad, generalmente, aunque guía es nacional y también internacional, la interacción de sus seguidores para salir de sus fronteras, por tiempo, dinero u otras razones es mínima.
Esto ha ocurrido con el SW en Ibagué en los últimos 20 años.
Nos situaremos en un periodo entre 2004 y el presente, Yoel para algunos Geovany fue el ícono, y el padrino de este despertar, tuvo la valentía de salir al público, es un tributo para él, en cercanías a lo que era Pepe Rumba y después en la 42 los primeros eventos.
Sobre esto seguiremos contando, y refiriéndonos a ese arranque, la reunión que dio a inicio a las actividades fue en una discoteca cerca a la calle 42.
Esa noche llegaron muchos motivados por una revista llamada “guía Club” presentada en un papel económico a blanco y negro, pero para la época el valor eran los contactos, pocos reales muchos inventados.
En medio de la música y el trago apareció una pareja, el esposo supimos tenia un negocio muy tradicional en Ibagué y ella totalmente trasformada por los mejores cirujanos de la época exhibía enormes tetas, redondas, apetecibles, tanto que varias señoras al momento en que Flor así la llamaremos (después supimos que era modelo de una marca también de mucha difusión con aparición en afiches, prensa y la televisión) se tendió como una “diva” en una playa, pero esta vez en una colchoneta preparada para quienes quisieran darle rienda suelta a sus deseos, y ella era una de esas mujeres con mente abierta y muchas ganas, y sabía a qué iba y que quería, por eso cada dama que se acercaba con el pretexto de mirar, resultaban en un abrazo, besos, caricias lésbicas que pusieron arrechos a todos los que mirábamos el espectáculo, que llevaron a muchas pajas de los asistentes, algo que calentó el ambiente, pues algunas mujeres empezaron a cogerle el miembro a varios que no eran sus esposos hasta hacerles botar en las sillas.
Para Flor fue como un reto se acostó e invito a los hombres a descargarse, masturbarse cerca a ella y derramar su semen en la sus piernas, su hermosa y bien maquillada cara, el vientre, y sus lindas tetas, de los asistentes varones unos 20, la mitad tuvo el permiso de sus esposas para ir a depositar su hombría, otros se quedaron por tímidos y fue media docena la que se motivó ante semejante hembra y le llenaron el cuerpo de leche, pero aunque su esposo no estaba de acuerdo, pudo más el placer del momento y selecciono dos ricas vergas, las chupo, las lamio, pasando por sus huevos una lengua larga y delicada y finalmente se tomó el líquido de nosotros porque una de las vergas que chupo mamo con maestría fue la mía, dejando un lindo rostro de satisfacción y a la vez cubierto de semen.
Historias que tendrán continuidad.
