Empezamos a escribirnos por Whatsapp, y nuestras conversaciones eran cada vez más intensas y sensuales,pronto descubrí que ella se sentía insatisfecha en la cama. Me confesó que se masturbaba para satisfacerse, y yo le propuse ayudarla a encontrar el placer que buscaba. Mi lengua era el centro de atención, y ella no podía parar de pensar en cómo me la imaginaba.
Un día, me invitó a su casa para arreglar un problema con su computadora. Fue allí donde nuestros labios se encontraron por primera vez, y sentí una conexión intensa. Me dijo que le encantaban mis labios, y que había pensando que yo sabia hacer cosas ricas con ellos. Le dije que me defendía muy bien con mi lengua, y ella me pidió que se la probara.
Fue un momento mágico. Mi lengua la hizo sentir cosas que nunca había sentido antes, y ella se abandonó a mis caricias. A partir de ese día, nos convertimos en amantes, pero con una condición: solo sexo oral. Ella había descubierto que disfrutaba mucho más de mi lengua que de cualquier otra cosa.
Me encanta verla sonreír y sentirse libre. Me dice que mi lengua es mágica, y que nunca había sentido algo así. Yo también disfrute ese tipo de relación, y me siento feliz de poder hacerla sentir así.
Pero nuestra relación era secreta, y sabíamos que no podía durar para siempre. Un día, Sandra me dijo que tenía que viajar a Europa por trabajo. Me sentí triste, pero sabía que tenía que dejarla ir.
Antes de irse, nos encontramos una última vez. Mi lengua la hizo sentir cosas increíbles, y ella se corría una y otra vez. Me dijo que nunca olvidaría mis caricias, y que siempre me recordaría como el hombre que la hizo sentir viva.
Ahora, ella está en Europa, y yo estoy aquí, pensando en ella. Mi lengua está lista para encontrar a una nueva mujer que quiera sentir su magia. ¿Serás tú?"
Escribeme, y descubre el placer que he descubierto con Sandra. Mi lengua está lista para hacerte sentir cosas increíbles..."
Julio