
Compartir en:
¿Está lista?, baja... Eran sus palabras cada vez que venía a mi encuentro para disfrutar de una noche que solo los dos podíamos sentir... Iríamos a quel lugar que poco a poco se nos hacía costumbre. Aquella habitación, de cama grande y sabanas blancas, era nuestro sitio para disfrutar de nuestros deseos. Llegábamos, colocabas tus cosas en la mesa y elegías cuidadosamente la playlist, no sin antes preguntarme que quería escuchar, a lo cuál respondía que era tu elección, sabía de tus buenos gustos para esos momentos. Te sentabas en el borde de la cama a modo de descanso. Pero mis deseos eran tantos, que me ponía de rodillas detrás de tu espalda para acariciarte, te quitaba la camisa, y con la yema de mis dedos rozaba tus brazos empezando el camino hacia tu espalda, hacia tu pecho. Al mismo tiempo que con mis labios te daba dulces y delicados besos en tu cuello, besos que empezaban en tu oreja y que iba posando suavemente hacia tu espalda, haciendo un camino de besos. Sentía como iba creciendo tu deseo, aquella respiración entre cortada y la fuerza en tus manos para tocar mis piernas, me hacian sentir que me deseabas. Pero ahí paraba, quería hacer de la noche más excitante, me fuí al baño y entre mis cosas saque mis medias de mallas y mi lencería negra que tanto me gustaba. Y con pasos ligeros volví hacia tí... pero tú con un jalón de tus brazos me en volviste y empezaste a besarme sin benevolencia... pare nuestros besos y aproveché la canción que sonaba "Call out My name" de The Weeknd y te senté en frente del espejo, abrí tus piernas y me puse en medio y así como tú también estabas, me puse enfrente y empecé a bailar sensual y delicadamente, mientras con tus manos acariciabas mis senos, y mirabas mis gestos a través del espejo...era demasiado excitante estar encima de ti bailando... Con una de tus manos bajaste a acariciar mi vagina y metiste tus dedos y empezaste a moverlos ... Me hacía estremecer, era delicioso sentir como me masturbabas, y sin pensar más te desabrochaste tus pantalones y sacaste tu grueso y duro pene y me lo metiste mmmmm deliciosa sensación, no pensaba más sino en cómo mi vagina disfrutaba de cada embestida, una y otra y otra vez, mientras me chorreaba de lo mojada que estaba. Me pusiste de rodilla te quitaste todo y de pie hacía mí me agarraste del cabello y metiste tu pene en mi boca y como ya lo deseaba, empecé a lamerlo desde la punta hacía lo mas profundo de tu interior, con mi mano te acariciaba, pero me comía tu pene con tantas ganas, lo lamía, lo chupaba, lo escupía, era toda una delicia... Me perdía en tí. Sin pensar más me tiraste en la cama abriste mis piernas corriste la tanga y empezaste con tu lengua ese delicioso juego con mi clítoris... Lamer chupar acariciar... Me hacías gritar de placer a la vez que me corría en tu boca.. qué deliciosa sensación. No obstante , te pusiste encima y con tu pene empezaste a acariciar mi clítoris, no podía más, te suplicaba que me lo metieras ... "Dame más" "mételo por favor" eran mis palabras de súplica y después de un rato de verme rogando, lo metiste con esa fuerza, esa fuerza que me encantaba, me agarrabas las caderas clavando tus uñas en ella, debido a la intensidad de tus embestidas. Sentirte palpitando en mi era lo mejor que podía vivir. Colocaste mis piernas en tus hombros y doblandome empezaste a moverte, mientras me corría una y otra vez... Me voy a correr fueron tus palabras para decirme que ya no podías resistir más... Y mirándote fijamente acentuaba con mi cabeza para darte la indicación de perdernos en nuestros placeres....¿dónde lo quieres? era la pregunta que me hacías pero ya sabías que era lo que yo quería .... Lo sacaste y dirigiendo tu pene hacia mi rostro te regaste, saque mi lengua y empecé a lamerlo en medio de tanto semen que me brindabas. Llenos de sudor y pasión terminamos nuestro primer encuentro para descansar y seguir en nuestra noche de ensueño.