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Hay momentos en la vida, que ciertas circunstancias nos desconciertan, hace apenas 17 años, cuando yo tenía apenas 22, estaba bautizando a Paola, mi ahijada, el tiempo pasó volando y hace una semana ya cumplió sus 18 años, convirtiéndose en una chica muy hermosa y de temperamento alegre y definido, la confianza y hasta complicidad que hubo siempre entre los dos, hacía que nuestra relación fuera muy abierta y relajada.
Aunque ella cumplió el viernes, la celebración fue el sábado, una semana antes, mientras la recogí en la universidad, al pasar por una tienda vio un vestido que le encantó, opté por dárselo de regalo y afortunadamente quedó encantada, la fiesta transcurrió muy bien, mis compadres madrugaban a viajar a una pequeña finca que compraron a unas horas de la ciudad, así que la reunión terminó a eso de las 2 de la madrugada, Paola decidido no viajar con ellos a esa hora y les alcanzaría más tarde, a eso de las 9 am, me llamó y me dijo que si tenía algo que hacer ese día, como estaba de descanso le dije que no, entonces me propuso que la llevara a la finca, me pareció un buen plan ya que el lunes era festivo, pasé a recogerla una hora más tarde, timbré en l casa y cuando salió a recibirme, HOOO … tremenda sorpresa, tenía puesto el vestido que le di de cumpleaños y la verdad se veía radiante, muy sensual, me saludo de abrazo y beso en la mejilla como siempre, solo que esta vez me abrazó más fuerte y durante varios segundos, luego del impacto, salimos y emprendimos el viaje, por primera vez, sentí que no podía evitar mirarla ya no como la niña de años anteriores, si no como la hermosa mujer que además lucía fantástica con ese vestido que dejaba ver claramente la belleza de su cuerpo.
Un par de horas después, paramos en un pueblo a comer algo, la verdad el clima estaba un poco nublado y hacia bastante frio, ya nos disponíamos a bajar del vehículo y ella se arrodilló en su asiento para traer del puesto trasero una maleta y sacar un abrigo, no sé si fue intencional, pero se agachó de tal manera que dejo al descubierto sus hermosas nalgas y un pequeño hilo blanco, un corrientazo estremeció todo mi cuerpo, realmente mi ahijada era toda una hermosa mujer, de una manera muy normal pero con una sonrisa algo pícara, se sentó y mientras se colocaba el abrigo, separó sus piernas lo suficiente para que quedara al descubierto su pequeño panti que dejaba notar su hermosa vagina.
Luego de almorzar y dar una vuelta por el lugar, seguimos el viaje, aún quedaba un poco más de dos horas para llegar a nuestro destino, al rato, el clima ya era más cálido, al pasar por un embalse, me detuve pues ella quería tomarse unas fotos, cuando se quitó el abrigo, volvió a colocarse de rodillas para guardarlo en la maleta, esta vez giró un poco sus caderas hacia mi dejándome ver claramente su hermoso culo, no pude evitar tener una erección que al volver a sentarse no supe como ocultar, ella lo notó pero no dijo nada, solo sonrió y con un toque de coquetería me dijo, bajamos padrino?, luego de las fotos llegamos a un pueblo y ella me dijo que quería ir a piscina, como hacia bastante calor, buscamos un balneario y fuimos a un almacén a comprar un traje de baño para ella y una pantaloneta para mí, ella no quiso que lo viera y cuando salió del Vestier a la piscina, uuuufff, mis ojos casi se salen de su sitio, mi ahijada lucía un pequeño bikini blanco que dejó con la boca abierta a más de uno, yo no fui al excepción, entramos al agua, estaba muy fresca, jugamos un rato siendo inevitables algunos roses que ponían la lívido en alerta.
Luego de aquello, proseguimos el viaje, vestía un short licrado que se ajustaba perfectamente a sus curvas y una camiseta corta, note que no usaba brasier y todo eso tenía mis sentidos y mi cuerpo al borde del colapso, ya entrando la noche, llegamos por fin al pueblo, la finca estaba a casi media hora por carretera veredal, Paola me dijo que la vía no estaba en muy buenas condiciones en unos tramos, tratamos de ubicar algún transporte apropiado para que nos llevara, ya que el automóvil podría sufrir averías por la regular visibilidad nocturna, entonces ella me dijo, padrino, yo creo que lo mejor es que nos quedemos en un hospedaje esta noche y en la mañana vamos para allá, la sugerencia era aceptable dadas las circunstancias, así que buscamos donde hospedarnos.
Por recomendación de unos habitantes del lugar, fuimos al hotel flor de loto, Ya en al hotel, ella se adelantó a reservar las habitaciones mientras yo parqueaba el vehículo, mi gran sorpresa fue cuando subimos al tercer piso y solo había reservado una habitación con cama doble, le pregunté, donde dormiría yo, ella sonriendo me rodeó el cuello con sus brazos y me dijo, padrino, ya no tiene sentido que sigamos intentando engañarnos, sabes que desde hace varios años, me gustas como hombre y sé que yo a ti como mujer, o crees que no me he dado cuenta de las muchas veces que se te ha puesto dura mientras me miras ligera de ropa?, en ese momento, sentí que las piernas me flaqueaban, no sabía que decir y entonces ella rompió el hielo de una manera abrupta pero indescriptible, me besó desaforadamente mientras pegaba por completo su sensual cuerpo al mío, entonces ella tomo mis manos y las colocó en su cintura, su piel era tibia y suave como terciopelo, de ninguna manera pude evitar una de mis más fuertes erecciones, ella estaba tan pegada a mí, que podía sentir a través del short el calor de su vagina sobre mi verga, su lengua jugaba con la mía, mientras sus labios carnosos me besaban con lujuriosa pasión, la situación ya no tenía reversa, los dos estábamos locos de deseo sexual y solo satisfacernos sería nuestra prioridad.
Luego de manosearnos y estimularnos por un rato, sin decirnos nada, simplemente nos desnudamos rápidamente, de nuevo me abrazó y nos besamos lujuriosamente, su cuerpo tibio y su piel mas suave que el mas fino peluche, hicieron que mi cuerpo y mis sentidos se estremecieran, mi verga estaba tan dura como nunca antes, su vagina abultadita e impecablemente rasurada, me producía un morbo inimaginable, era tal la empatía entre nosotros, que nos lanzamos sobre la cama a la vez, nos revolcamos en ella como animales salvajes, rebosantes del mas infinito deseo carnal, nuestras manos exploraban cada parte posible de nuestros cuerpos, acostada sobre mí, colocó mi verga entre sus muslos, iniciando una masturbación que me volvió loco de deseo, su vagina estaba muy mojada y pronto mi verga también con sus fluidos, sentía un deseo loco de penetrarla, pero ella no me lo permitía, de repente, una de sus manos tomó mi verga y mientras me masturbaba, su boca se deslizó lenta y muy sensualmente hacia mi abdomen, ella me miró y sus pupilas estaban muy dilatadas, su lengua jugaba libidinosamente en mi piel, haciendo que un fuerte corrientazo sacudiera mi cuerpo, a penas si podía aguantar el incontrolable deseo de ese sexo oral mágico y sublime que estaba por llegar y sin duda, a ella le sucedía lo mismo, pues estando su boca en mi ombligo, se movió rápidamente hacia abajo, posando sus rosados labios carnosos en mi verga, casi eyaculo de la emoción, controlarme era casi imposible, mis gemidos y respiración agitada parecían excitarla aún más, su boca inició una mamada frenética que me tenía completamente fuera de control, no podía razonar, como mi ahijada me estaba dando un placer sexual tan desaforado, pasaron varios minutos y sentí el impulso de tomar la iniciativa, me levanté un poco y tomándola por los brazos, hice girar nuestros cuerpos quedando ella debajo, con avidez, busque su lindas téticas, sus pezones rosaditos y muy erectos fueron de inmediato presa de mis labios, instintivamente coloqué una de mis piernas entre las suyas, mi muslo frotaba y presionaba su vagina caliente y muy mojada, ojalá pudiera describir lo que sentía en ese momento, después de recorrer su maravilloso cuerpo juvenil con mi boca, llegó la locura, con sus piernas abiertas, frente a mi estaba su divino sexo, podía sentir su calor en mi cara, su copiosa humedad me eclipsaba, sin poder controlarme un segundo más, inicie una desaforada mamada a su vagina, ella tomó mi cabeza con sus manos presionándola con fuerza, mientras retorcía su cuerpo entre gemidos y gritos de placer, intentar entender o describir lo que sentíamos era una fantasía, nunca en mi vida, tuve un sexo oral tan intenso y descontrolado, nuestros cuerpos y sentidos, estaban absolutamente poseídos por la mas incomprensible lujuria, al punto que si poder aguantar más, ella, aferrándose a mi cabeza, me llevó sobre sí, nos besamos salvajemente y en ese instante, ella rodeó mis caderas con sus maravillosas piernas, el momento supremo había llegado, su vagina estaba tan mojada que sin protocolo alguno, mi verga se hundió en ella totalmente, estaba tan caliente y apretada que tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para no venirme, nos abrazamos fuertemente y sin movernos, disfrutamos de esa penetración por varios segundos, entonces, su dulce voz susurró a mi oído, padrino, contrólate, no quiero que te vengas tan rápido, sus palabras fueron como un soplo de frescura que relajó mi cuerpo y apaciguó mis sentidos, comencé a moverme lenta pero eróticamente y ella a seguir mis movimientos, la coordinación que teníamos hacía parecer que tuviéramos una buena experiencia sexual de pareja, el fascinante morbo y la lujuria que yo sentía al estar entre las piernas de mi ahijada con mi verga moviéndose dentro de su vagina, era solo comparable con lo que ella sentía al entregarse a su padrino, nada parecía existir en torno a nosotros, la magia de nuestros sexo perfectamente compenetrados, solo nos permitía una cosa, SENTIR.
Conforme pasaban los minutos, ya mas controlados, la faena sexual se encaminó a darnos el mayor placer posible, no queríamos hacer el amor, queríamos culear desaforadamente y es lo que hicimos, cerca de las 4 de la madrugada y tras 4 maravillosos polvazos, terminamos rendidos, ella planificaba así que me permitió el maravilloso placer de venirme dentro un par de veces, las otras dos, una en su boca y la otra sobre sus hermosas téticas.
Fue tal el agotamiento, que despertamos casi al medio día, ella despertó primero y pegando su cuerpo al mío, me besó suavemente hasta lograr que despertara, sin duda ese fue el mas delicioso despertar de mi vida, abrazados, nos besamos suave pero apasionadamente por varios minutos, entonces ella se tendió bocarriba junto a mí, me quede mirándola extasiado y le dije, ahijada, eres una mujer demasiado hermosa y sensual, ella sonrió y respondió, tú también eres muy varonil y muy buen polvo, los dos reímos, no pude evitar fijar mi mirada en su vagina, sabía cómo estaba después de lo acontecido, como un resorte, salté sobre su cuerpo colocándome en posición de 69, chupamos nuestros sexos cada instante mas desaforadamente, el placer era supremo, el olor y sabor de su vagina me enloquecía, algo similar le ocurría a ella con mi verga, total, después de varios minutos desenfreno oral, exploté dentro de su boca, ella aferrándose de mis nalgas, metió mi verga hasta su garganta, ahogándose con mi semen, eso provocó que el ímpetu de mi mamada llegara a su nivel mas intenso y provoque en ella un majestuoso orgasmo que empapó mi boca.
Luego de ese maravilloso remate de placer, nos duchamos en medio de deliciosas caricias, besos y palabras eróticas, por fin después de casi una hora de viaje, llegamos a la finca, allí todo se desarrolló con normalidad, pero al regresar a la ciudad, 2 o 3 veces en la semana, la recogía al salir de la universidad, para ir a un motel y entregarnos a nuestras más bajas pasiones.
PD: en nuestro tercer encuentro, recibí un maravilloso premio adicional, la virginidad de su hermoso culo, aunque estuvo algo traumático al comienzo, todo terminó muy bien y ahora en cada encuentro, ella me ofrece los 3 deliciosos agujerito de su precioso cuerpo, para el máximo placer de mi verga.