Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses y casi sin darnos cuenta ya habíamos estado juntas por 4 meses. Aunque yo ya había empezado la universidad y siempre estaba corriendo toda la semana, encontraba tiempo para ver a mi Vale, así fuera una hora, especialmente los fines de semana cuando me quedaba en su apartamento. Nuestra relación se transformó en un romance apasionado, donde disfrutábamos de la compañía mutua con citas, risas y momentos íntimos. Nuestra complicidad creció, y compartíamos experiencias que unieron más profundamente.

Un sábado, después de no habernos visto durante la semana porque yo había estado dedicada a entregar un proyecto de la u y ella había estado fuera de la ciudad por trabajo, fuimos a trotar para desestresarnos. Luego de una y media de deporte, regresamos a su apartamento y mientras bebíamos agua para refrescarnos, nos miramos.

—Estoy tan feliz de haberte conocido, Majo — me dijo Vale, acariciando suavemente la mejilla de Clara.

—Yo también, Vale. Me he haces sentir muy cómoda contigo —respondí, acercando mi rostro al suyo y comenzando a besarla suavemente al principio y luego con más y más pasión. Las manos de Valeria comenzaron a deslizarse por mi cuerpo, sintiendo mi piel caliente y sudada. Gemí suavemente, sintiendo las manos de Valeria en mi cuerpo, deseando más.

—Quiero hacerte el amor, Majo — me dijo, mirándome a los ojos con pasión.

—Sí, Vale, quiero que me hagas el amor —respondí. Pero duchémonos primero, estamos muy sudadadas y…

-Shhhh, no. Quiero hacértelo así, me excita tu olor natural, tu olor a deseo.

- Ohh, bueno, está bien.

Valeria comenzó a desvestirme, besando cada centímetro de mi piel. Me dejé llevar por el placer, sintiendo las caricias de Valeria en mi cuerpo. Besó mi cuello, y mis tetas, haciéndome gemir de placer. Luego, besó su vientre y mi pubis, acercando su rostro a mi vagina.

—Estás lista para mí, —dijo Valeria, mirándome a los ojos con pasión.

—Sí, Vale, estoy lista —respondí con voz suave y seductora, lo que encendió aún más su deseo

Valeria comenzó a lamer y a besar mi clítoris, haciéndome gemir de placer. Me retorcía de placer, sintiendo las caricias de Valeria en mi vagina. Valeria quiso meterme un dedo, pero se detuvo al notar que me incomodada así que lo cambió por su lengua húmeda y ardiente.

—¡Ah, Vale, sí, así, ¡así! —

Valeria comenzó a mover su lengua dentro de mi vagina, lo que me hizo casi gritar de placer. Besó y lamió mi clítoris hasta que estallé en un orgasmo mientras me retorcía en la cama. Casi sin dejarme descansar, Vale me besó y me dijo

—Quiero sentirte dentro de mí, Majo. Muéstrame lo mucho que me extrañaste esta semana que no nos vimos.

-Lo haré, vas a ver.

Se acostó y abrió sus piernas al máximo, lo que me hizo encender de nuevo. Me lancé a su vagina como si fuera mi última cena.

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh Majoooo, amor mioooo, asiiiiiiiiiiiii, asiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Cuanto te extrañé.

Chupé y lamí su vagina con mucha pasión, con toda la pasión contenida de los 7 días sin estar con ella. Me dediqué a chupar su clítoris con fuerza, hasta que se vino en mi boca. Sin embargo, aún no había terminado. Para su sorpresa, le pedí que se sentara en mi boca, lo que tanto le gustaba.

-Wow, veo que de verdad me extrañaste- me dijo

- Claro que sí, tonta. Y mucho, eres mi amor y quiero darte mucho placer

-Ohhh, que bella. Tú también eres mi amor y es justo que compartamos el placer

-¿Y cómo?

- A ver, respóndeme esto ¿cuánto es 68 más 1?

- 69 – le respondí sin entender

- Exactooooo

Y sin decirme nada más, pasó de estar sentada en mi cara a acomodarse su cuerpo sobre el mío, dejando su vagina cerca mi boca. “Así que esto se llama 69” pensé. Lo había visto en algunos videos de porno, pero no tenía ni idea de su nombre.

- Majo, amor. Nos vamos a lamer a chupar mutuamente

- Sí, he visto como lo hacen en los videos. Y también he visto que es difícil para algunas chicas mantener la concentración

- Bueno, vamos a intentarlo y si no lo consigues, no te preocupes

Vale entonces abrió mis piernas, puso sus brazos bajo mis muslos para evitar que las cerrara y tener toda mi vagina su disposición y yo hice lo mismo. Empezó a chupar y durante unos 20 segundos un pude reaccionar, cerré los ojos y me perdí en el placer su lengua. Cuando los abrí decidí que debía intentar ser reciproca y empecé a chupar y a lamer su vagina. Durante un momento fue difícil, pero el sentir su lengua caliente en mi clítoris y sus tetas deliciosas en mi vientre me hizo calentar mucho y me dediqué en cuerpo y alma a comerme su sexo delicioso.

-Ahhhhhh, ahhhhhh Majo, bebé deliciosaaaaaaa, asiiiiiii, asiiiiii hijueputaaaaaaaaaaaaaa

- Siiii amor, siiiiiiiiiiiiiiiii, no paressssss, nos paressssssssssssssssss

Debido a la intensidad con la que nos lamimos, no duramos mucho en alcanzar el orgasmo al mismo tiempo. Fue un orgasmo delicioso, pues sentimos al unísono como los nuestros jugos se derramaban y como el temblor invadía nuestros cuerpos.

Vale se levantó y se puso de nuevo sobre mi pero esta vez mirándome a los ojos y nos besamos sin parar. Me encantaba sentir su cuerpo sudoroso y ardiente sobre mío, sus tetas duras y calientes sobre las mías, su boca comiéndose la mía sin parar. Mis manos acariciaban su cuerpo y se aferraban a su culo hermoso para no dejarla ir. La pasión nos invadió de nuevo y Vale, sin decirme nada, se puso de rodillas sobre la cama, abrió mis piernas y puso su vagina sobre mía. Empezó a frotar la suya contra la mía como si quisiera entra en ella. Era una sensación deliciosa, sentía su clítoris contra el mío y empecé a moverme también y al notar que eso aumentaba el placer lo hice como poseída.

- Valeeeeeeee, amor, me vas a matar!!!!!, ahhhhhhhhhhhhh que ricoooooo

- Siiiii, muévete, Majoooooooo, muévete, ahhhhhhhhh jueputaaaaaaa, siiiiiii. Dame más

- Siiii, ahhhhhhh, todooo, ahhhhhh lo que ahhhhh quierassssss

Aunque estábamos muy mojadas, nuestras vaginas se mantenían en contacto. Era una sensación única, a la que poco a poco me fui volviendo “adicta” si se puede usar esa palabra. Mi clítoris duro rozaba sin parar con el de Vale hasta que tuvimos un orgasmo muy intenso que nos dejó empapadas. 

Vale se acostó junto a mí, respirando agitadamente sin decir nada. Yo tampoco podía hablar y trataba de recuperar el aliento. Luego de unos minutos por fin pudimos hablar.

- Vale, que intensidad, que lujuria te poseyó hoy

- Es que esta semana lejos de ti, lejos de cuerpo fue muy dura.

- También para mí, te extrañé mucho. Y no solo por el sexo, extrañé tus besos, tus caricias, tu aliento.

- Ay Majo, mi amor, que lindaaa. ¿Sabes algo? Te amo.

- También te amo, gracias por llegar a mi vida

- Gracias a ti por abrirme tu corazón

- Y mis piernas, ajajajajajaja

- Jajajajajaja, tonta. Vamos a ducharnos, estamos apestando a sudor del ejercicio

- Tú jamás apestas, ni aun así. Me encanta tu olor.

- Ay Majo, mi bebé. Siempre me dices cosas tan lindas

- Te las mereces

- Por cierto, eres muy buena en matemática y en costura, jajajajajaa

- Lo de la matemática lo entiendo, pero ¿en costura?

- Sí, eso último que hicimos, algunas le llaman la tijera

- Vaya, ¿cada pose tiene un nombre?

- No todas.

 - Oh, ok. Comprendo. Bueno, espero me enseñes mucho más. Ahora, vamos a la ducha. Quiero que estemos frescas y limpias para ir a cocinar.

- Bueno, vamos.

Nos metimos a la ducha y allí nos besamos y acariciamos, pero nada más. Salimos, nos secamos y cocinamos el almuerzo. Al terminar de comer, Vale me notó pensativa y algo distraída. Le dije que necesitaba hablar con ella de un par de cosas. Me pidió que me quedara todo el fin de semana y le dije que no podía, pero que, si todo salía como esperaba, pasaríamos juntas no solo todos los fines de semana. Me miro extrañada pero no dijo nada, la besé y me fui a casa.

Hasta aquí el tercer capítulo. Ojalá lo disfruten. Besos