Compartir en:
Hace unos años antes de pandemia trabajaba en un call y un sábado estaba en el turno de la mañana. Como el sábado no iba mucha gente en mi línea me hice en unos puestos que quedarán un poco lejos de los demás para poder estar tranquilo e incluso en el cel, ya que el trabajo me rendía y me solía quedar mucho tiempo. Al lado mío se hizo una compañera con la que antes había hablado, pero que no éramos muy cercanos, pero ese día estuvimos conversando mucho al punto de hablar de parejas y le dije que al finalizar el turno esperaba salir con otra compañera del call. Seguimos hablando normalmente hasta que en un momento me soltó de la nada una pregunta fuera del contexto se lo que estábamos hablando. Me pregunto que por qué sería que el sexo anal aveces duele y a veces no.
Esta pregunta me sorprendió y le contesté intentando mantener la calma que me acababa de perturbar pero ya que había dado pie a ello la conversación se giró en torno a temas más sexuales.
Aquí debo aclarar que si bien no le había puesto atención antes a la compañera en ese momento no pude dejar de observarla, ojos grandes como de peluche, labios delgados, como dirían un poco trozuda, trasero más o menos y unas tetotas enormes que a pesar del buzo tapado que tenía se podían intuir el tamaño monumental de estas.
Finalizando el turno decidí arriesgarme y dejar plantada a la persona con la que iba a salir y proponerle a ella ir por unas cervezas, a lo cual acepto. Salimos y como vivía entre comillas cerca de mi casa decidimos ir por ese sitio y nos metimos en una tienda a tomar cerveza. Allí entre botella y botella, empezaron los juegos y las apuestas y le saque los picos y ya luego la convenci de ir al apto.
En el apto apenas llegamos lo primero que hice fue sacarle el buzo y la camiseta para ver lo que ya imaginaba, el más precioso y enorme par de tetas que había visto. Me peque a ellas como poseso y se las chupe todo lo que pude mientras le metía mano entre el pantalón y le tocaba esa cuca pelada y húmeda ya.
Le desabroché el pantalón y se lo quite para dejarla en tanga solamente. La acosté en la cama y me le pegué a esos labios entre las piernas solamente corriendole la tanga para un ladito, hasta que ella misma me dijo que también quería chupar y me tiró a la cama se puso encima mío para un 69. A este punto yo ya estaba desnudo y con una erección durísima pero me aún no la quería penetrar asi que me deje y me dedique a disfrutar del oral mutuo que ofrece el 69. Sentir su boca en mi pene fue exquisito, lo mamaba con tantas ganas que al menos dos veces estuve a punto de correrme en su boca. Después de un rato la levanté y me acomode encima de ella y mientras la besaba fui acomodandoselo en la entrada de cuca. Cuando estuvo en posición se lo envié todo se una, con tanto oral y tanto manoseo, estaba tan húmeda que se fue hasta el fondo resbaladito y sencillo. Gimió tan rico cuando la sintió adentro que me provocó una sonrisa picarona escucharla. Ya allí le di todo lo que pude en varias posiciónes hasta que ella se hizo encima mío. Se movía exquisito. Estuvimos culiando buen rato intercambiado de posición pasando de la penetración al oral varias veces para evitar correrme hasta que al final no pude más y me le corrí encima de esas enormes tetas. Pero fue como una corrida pequeña, como interrumpida así que ella me lo mamo de nuevo y se me montó encima, al poco de ella estar cabalgando sentí d nuevo que me corría y esta vez si fue sentí que me iba con la corrida. Fue delicioso llenarla.
Descansamos un momento y después nos cambiamos y la acompañe a coger un taxi ya que dijo no podía quedarse conmigo esa noche. El motivo lo sabría más adelante.(Tenía marido). Desde ese día nos volvimos follamigos y quedamos varias veces más. Pero esos pueden ser nuevos relatos.