Compartir en:
Ese jueves en la mañana, mi esposa mu coqueta me dijo antes de salir al trabajo, amorcito, prepárate porque esta noche vamos a jugar bien rico, eso me excitó, pues ella es muy fogosa y sé que, en esos jueguitos, (que no son muy frecuentes), siempre su juguete termina dejando mi culito muy abierto y adolorido, pero, no puedo negar que me encanta.
Esa tarde, para hacer mas erótico el momento, me vestí con algo de su lencería y encima un jean y una camiseta, que su novio me había regalado una semana antes para mi cumpleaños, esas prendas por ser algo elásticas y un poco ceñidas, me daban una sensación de sensualidad, además que me hacían ver algo mariquita, y creo que con esa intensión él las compró así, desde luego, con la complicidad de mi esposa, para completar la personificación, me aplique un toquecito de un perfume de ella que sé, le encanta, total, todo estaba listo para unas horas fantasías sexuales, como a eso de las 6 de la tarde, ella me llama y me dice, amor, tendremos que posponer nuestro jueguito, mi hombre me va a llevar a la fiesta de despedida de soltero de su mejor amigo, voy a ser la chica del pastel, te imaginas?, yo callé por unos segundos y tomando aire le dije, ah bueno amor, no te preocupes, ve y pásala rico, nos vemos en la mañana.
Después de ese baldado de agua fría, me sentí aburrido y como a las 8, decidí salir a dar una vuelta por el centro comercial, había poca gente y al final, terminé haciendo una mediana fila en un cinema, habían unas 10 personas y mi expresión de aburrimiento parecía ser notada por algunos de ellos, cuando ya estaba por llegar a la taquilla, se me acercó un joven de unos 25 años y me pidió el favor de comprarle un tiket, desde luego accedí, entramos a la sala y la verdad solo éramos como 15 personas, el caso es que el joven cuyo nombre era Cristian, se sentó junto a mi y comenzamos a charlar, al rato, me confesó que estaba triste, porque se había enterado que su novia le era infiel, hasta me mostró unas fotos de ella saliendo de un motel con otro hombre, la chica sin duda eran bien linda, ¿porqué le fue infiel?, .. ella lo sabrá, pues Cristian era un joven varonil y atractivo, pero así son las cosas, cerca de las 9, la película dio inicio, el haber conversado ese rato, nos relajó bastante alejándonos de nuestras frustraciones.
El tiempo transcurría y la película se tornaba un poco monótona, era más de contenido literario que de acción, lo que motivaba que nuestra conversación fuera el centro del momento, tal vez por la escasa cantidad de personas, el frio comenzó a sentirse con algo de intensidad, mi camiseta no me ofrecía mayor protección y comencé a temblar un poco, Cristian lo notó y me dijo, ¿tienes frio?, sí, un poco, le dije, la verdad no pensé estar por acá a esta hora y salí así, entonces el se quitó el gaban que traía y me lo ofreció, eso me sorprendió y le dije que no era necesario, que además el iba a sentir frio, entonces me dijo muy relajado, tranquilo, es suficiente para ambos, la verdad es que no insistí en rechazar el ofrecimiento, pues me estaba congelando, luego de unos minutos, todo estaba mucho mejor, entonces noté que el estaba algo inquieto, sin duda quería decirme algo pero no se atrevía, así que le pregunté, que es lo que quieres decirme, no te preocupes, di lo que sea, luego de suspirar profundo sonrió algo nervioso y me dijo, es que …. Bueno, ese perfume que usas, es muy especial, yo me sorprendí un poco y le pregunté, ¿por qué?, después de titubear un poco me dijo, mi novia lo usaba cuando íbamos a estar a solas y la verdad me encanta, solo que no lo había percibido en un hombre, en ese momento, mis mejillas se sonrojaron y no supe que decir, al final de respondí, si, mi esposa también lo usa y cuando me abrazó me dejo impregnado, el sonrió y dijo, mira que deliciosa coincidencia, un silencio algo tenso llegó tras esas palabras, eran casi las 10 y la verdad la película estaba bastante aburridora, cuando hice el comentario, Cristian dijo, huy si, no estuvo buena la elección, entonces le propuse que más bien saliéramos a comer algo antes de ir a nuestras casas, salimos y aunque caminamos un poco, la mayoría de establecimientos ya estaban cerrados, le pregunté donde vivía, me contestó que a unas cuadras de allí, le comenté que igual yo vivía cerca, entonces le dije, pues si quieres vamos a mi casa y preparamos algo de comer, total mi esposa regresa hasta mañana y la verdad un poco de compañía estaría muy bien, el aceptó sin reparos.
Ya en casa, le pregunté si deseaba una bebida caliente o un brandy, el opto por el brandy, el frio de la calle me tenía la piel erizada, y aunque el tenía el gaban, su rostro y manos estaban igualmente frías, tomamos un par de copas sentados en el sofá de la sala, conversamos algunas trivialidades mientras mirábamos algo de televisión, tuve que cubrirme con una cobija que mi esposa suele tener en la sala, para protegerse del frio de la noche mientras vemos algún programa en la televisión, Cristian se quitó el gaban pues estaba algo acalorado, todo lo contrario a mí, tras conversar un rato, sobre todo de nuestras situaciones de pareja, terminé confesándole que mi esposa tenía novio y estaba con el esa noche en una fiesta, eso lo asombró un poco y comenzó a preguntarme cosas, tal vez por el efecto de casi media botella de brandy que habíamos bebido hasta ese momento, me fui sincerando al igual que él y terminé comentándole lo que ella había planeado para esa noche y porqué termine en el centro comercial, él un poco sorprendido dijo, uuummm, con razón el perfume y tu ropa, en ese momento de nuevo me sonrojé, Cristian sonriendo me dijo, tranquilo, la verdad es que te ves muy bien, tienes buen cuerpo y te vestiste muy adecuadamente para lo que iban a hacer, yo algo nervioso le contesté, en serio?, si, respondió él, de nuevo noté que quería decir algo y le pregunté, ahora que es lo que quieres decirme?, el titubeó y contestó, no, pues…. Es que me preguntaba si querrías mostrarme como actuarias si yo fuera tu esposa, solo por curiosidad, esas palabras me desconcertaron y le respondí titubeando, no, como se te ocurre, eso me daría mucha vergüenza, el sonriendo murmuró, no pero porque, ya tuvimos la confianza de contarnos nuestras intimidades de pareja, no pasa nada, sería hasta divertido, no crees?, respiré profundo y le dije, es que con ella jugamos como te dije, cambiando los roles y pues con ella es normal pero…. En ese momento me interrumpió y dijo, pero nada, relájate y muéstrame, yo trataré de asumir el roll de ella, así te sentirás más cómodo, por qué no empiezas por un desfile sexy, luego de respirar profundo, me quité la cobija y con una considerable dosis de indecisión me puse de pie, él me miró de arriba abajo y comento con voz suave, en verdad el novio de tu esposa supo elegir muy bien esa ropa, te ves muy sensual, yo estaba ruborizado y casi paralizado, en ese momento él dijo, hagamos una cosa, imagina que estas con tu esposa y su novio y que vas a jugar con ellos vale?, respiré profundo, mordí mis labios y con un leve temblor en mis piernas caminé frente a él, entonces me dijo sonriendo, así desfilarías para ellos?, yo titubeando respondí,…no…, el me sirvió un trago grande de brandy y me dijo, tómatelo todo y desfila como tú sabes, algo tímido, comencé a desfilar y cuanto más lo hacía él me decía cosas como, huy que bien lo haces, te mueves muy rico, esa palabras aunque me hacían sentir algo extraño, a la vez me daban confianza y fui relajándome más cada momento, mis movimientos por petición de Cristian se hicieron más sensuales, más eróticos y para mi sorpresa, noté que algo comenzó a crecer entre sus piernas, entonces él me preguntó, que haría el novio de tu esposa al mirarte desfilar así?, yo respondí, seguro se acariciaría, en ese momento, Cristian comenzó a frotar su bulto y a darse apretones en la verga que se veía muy erecta, al momento me preguntó, así?, yo mordí mis labios y susurrando le conteste si, seguramente así, en ese instante me dijo, bájate un poco el pantalón y tranquilo, yo se que tienes algo pequeño y muy sexy debajo, hazlo con sensualidad, de nuevo un temblorcito recorrió mi cuerpo, pero ya a esas alturas, las cosas estaban bastante claras y lo mejor era dejar que fluyeran, así que comencé a bajarlo lentamente mientras contoneaba mis caderas, el no podía disimular la excitación que eso le producía, al punto se bajó el pantalón y el bóxer casi hasta las rodillas y comenzó a masturbarse, eso me impactó fuertemente, su verga era realmente hermosa, rosadita redonda de unos 16 centímetros y esa cabecita parecía un bombón, entonces me dijo lujuriosamente, que rico culo tienes y esas piernotas tan femeninas, Uuufff, mi respiración se agitó, sentía que mi cuerpo temblaba, pero a la vez me invadía una deliciosa sensación de sensualidad, no podía parar de mirar su verga y la forma morbosa en que se la acariciaba exhibiéndomela, verlo así, me tenía con los sentidos desbordados, esa feminidad que normalmente permanecía oculta en mí, estaba aflorando compulsivamente, no podía evitar sentir un fuerte deseo de tomar su verga entre mis manos y chupársela desaforadamente, entonces, mirándome con lascivia me dijo, quítate ese pantalón y la camiseta, mi respiración se detuvo por unos segundos, mi cuerpo se quedó quieto y él mordiendo sus labios sensualmente, me hizo un guiño que terminó dándome la confianza que necesitaba para hacerlo, casi a la vez, el se desnudó completamente, me dijo, hace frio verdad?, si, le respondí entonces me tomó de la mano y llevándome al sofá, se sentó, sentándome a la vez en sus piernas y cubriéndonos con la cobija, mi cuerpo se estremeció violentamente al sentir como su verga quedó entre mis muslos, estaba tan dura y tibia, instintivamente apreté mis piernas y el comenzó a mover su pelvis frotando su delicioso miembro entre ellas, sentí que mi masculinidad había desaparecido y como una dócil perrita me recosté en su pecho, sentí sus manos deslizarse por mis caderas llegando a mis nalgas, eso me puso a mil, los apretones que me daba, sacaron de mi unos profundos gemidos que a su vez, intensificaron su deseo sexual, mi mente estaba loca, no sabía si portarme como una nena o una mariquita, su verga rosaba mi verguita que a pesar de la fuerte excitación que me invadía, no se puso dura, por el contrario, estaba muy flácida, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo con una sensualidad morbosa que me puso a temblar, sus labios besaban mis hombros, cuello y orejas, su lengua era demasiado erotizante, sus caricias en mis piernas, en mi pecho, me feminizaban deliciosamente, entonces susurrándome al oído me preguntó, como te sientes?, vacilé unos segundos y tenuemente respondí, no sé, de nuevo, el me susurró al oído, yo si se, te siente toda una mujercita en brazos de su hombre, o me equivoco?, yo callé unos segundos y con mi voz ahogada dije, no, entonces separó mis piernas y llevando mi mano izquierda entre ellas, hizo que tomara su verga y la masturbara, eso me electrizó, se sentía increíblemente erótico, sexual, no pasó mucho tiempo cuando me dijo, ya es hora que me demuestres que sabes hacer con esa boquita, sin mas preámbulos, me puso de rodillas al lado del sofá y se acostó bocarriba, desde ese momento, el hombre desapareció de mi y me convertí en una puta ardiendo en deseos de ser poseída por ese varonil muchacho, el tiempo parecía haberse detenido, el placer que me daba lo que sucedía simplemente no podía describirse y lo que tenía que suceder llegó, Cristian me colocó bocabajo en el sofá y luego de besar lujuriosamente mis nalgas y empapar con saliva todo en medio de ellas, se acostó sobre mi y con moderada intensidad, comenzó a penetrarme mientras sus gemidos y respiración agitada rondaban mis oídos, el intenso dolor que su verga me producía, era atenuado por la enorme excitación que me invadía, por alguna razón, ese chico me daba una confianza y un deseo enorme de satisfacerlo y ser satisfecha.
Quien iba a imaginar, que las cosas sucedieran de esa manera, lo que inicialmente sería un juego de esposa y cornudo, terminó en una noche de sexo maravilloso, con un desconocido que supo llevarme hasta las nubes y ver el cielo en toda su plenitud.
Ahora tengo un amante que casi a diario, me vuelve loca de placer en la cama y que me ha dado unas experiencias sexuales tan intensas, que jamás siquiera imaginé.
cada encuentro, es un cúmulo de sensaciones y deseos muy intensos, nos invade una motivación desenfrenada de hacer cosas nuevas, de satisfacer nuestras más lujuriosas fantasías y si a eso le sumamos la plena complicidad de mi esposa y su novio, la afloración plena de mi feminidad y la actitud de macho morboso y dominante de Cristian, el resultado solo puede ser, una sexualidad desaforada que cada vez acentúa mas el roll de cada uno.