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Siempre he sido delgado, varonil y simpático. Hago ejercicio desde adolescente y me mantengo en forma, un poco marcado.
Cuando recién cumplía los 18 años, tuve que asistir a una cita médica por el sector del CAN en Bogotá. Al salir de la cita, salí rumbo hacia la calle 26 o avenida el dorado, buscando la ruta de bus para regresar a casa, vivía en ese tiempo en el tunal. Ese día, cómo raro en Bogotá 😊, empezó a llover de repente y al cruzar una calle iba saliendo un campero samurai blanco, el conductor me hizo la seña que si quería me subiera para que no me mojara y yo, no sé por qué, simplemente me subí, así, de una sin pensarlo dos veces.
En el momento que me subí al carro, mi corazón me palpitaba a mil de los nervios y la adrenalina supongo.
El señor me dijo
- gracias por confiar, a dónde te acerco. Le respondí
- me puedes dejar en la avenida 68 por favor, allí pasa el bus que me sirve.
El conductor del campero, era un señor maduro, alrededor de los 50 años, moreno y grande. En el trayecto a la avenida 68, el señor de repente me cogió mi mano y la puso en su verga, me dice que si acepte subirme al carro es porque también me gusta el "cuento" y honestamente para esa edad ya jugaba con mi culito y fantaseaba con cosas gay pero no había tenido experiencias.
Me deje llevar, él empezo a tocarme también y mi verga estaba súper dura, él dijo - si ves que te gusta. Toda esa situación me estaba excitando demasiado.
Cambiamos de ruta y ahora nos dirigíamos por toda la calle 26, hacia la circunvalar, cómo para ir a Monserrate. En un tramo del recorrido el señor se abrió totalmente el pantalón y dejo salir su verga algo velluda pero muy bonita y aseada. Tal vez le media unos 18 a 19 cm, me dijo
- La quieres probar? Dale un besito.
Yo estaba como hechizado y simplemente, me fui acercando hasta tocarla con mis labios. Lentamente fui abriendo mi boca y senti deseos de mamar esa verga. Fue la primera vez que mamaba una verga y me parecio muy rico.
Llegamos en un momento hasta la entrada de los teleféricos para subir a Monserrate, el señor me dijo que fueramos a un lugar más privado pero me daba mucho miedo, la combinación de la persona que era yo en ese instante, joven, inexperto y virgen, no me favorecia para tomar una sabía decisión.
Por tal razón, preferí bajarme del vehículo y no ir más allá con un señor completamente desconocido.
Ahora estaba más lejos de la ruta que me sirve para regresar a casa, pero ya no estaba lloviendo