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Hola, he leído infinidad de relatos, relatos en los que se narra historias deliciosas y al leerlas me hace recordar que he vivido experiencias igualmente exitantes, es por eso que decidí compartir por primera vez una de mis tantas experiencias.
Siempre he llevado una vida heterosexual, las mujeres me fascinan y nunca he considerado tener una relación sentimental con un hombre, pero en algún momento de mi vida me comenzo a invadir un sentimiento enorme de deseo por tener sexo con hombres, nadie en particular, solo era un deseo enorme de tener una verga en mi mano, en mis nalgas, de sentirme desnudo frente a otro hombre. Desafortunadamente en mi entorno no tenía a alguien con quién experimentar está fantasía que me estaba comiendo por dentro, por lo que tuve que quedarme varios años con este deseo reprimido, lo imaginaba una y otra vez mientras me masturbaba. Se me ocurrió la idea de buscar en internet anuncios sobre masajistas, hasta que encontré uno a un precio razonable y un lugar cómodo para mí, llegué al lugar, era un apartamento ubicado cerca a mi sitio de trabajo, me recibió un hombre de cuerpo atlético, de apariencia agradable, entre al apartamento y me hizo seguir a la habitación en la que habia una cama, tengo que confesar que estaba demasiado nervioso porque nunca antes me había tocado un hombre, pero estaba desesperado de ganas porque así fuera. Me pidió que me quitará la ropa y apesar que ya me había dicho que el masaje era desnudo me quedé en boxer por el mismo miedo que tenía, hasta que el me dijo que me quitará también la ropa interior y me acostara boca abajo en la cama, mientras yo me desnudaba el hacía lo mismo, eso no me lo esperaba. Me acosté boca abajo en la cama y la sola sensación de estar desnudo ante ese hombre me tenía con el corazón acelerado, eran tanto el susto que el masajista se dió cuenta y me preguntó porque estaba nervioso por lo que le conté que que era la primera vez que me iba a tocar un hombre además que me preocupaba el tema de la discreción, total que cruzamos unas palabras sobre el tema y me relajé. Me acosté boca abajo y sin mucho preámbulo se arrodilló en la cama comenzando a masajearme los pies cosa que me encanta, luego me separo las piernas y siguió con el masaje subiendo desde los pies cada vez más hasta llegar a mis glúteos, no pasó mucho tiempo así y de un momento a otro se sento sobre mis nalgas para masajearme la espalda y cuello, esa senti como su verga caliente se pasaba entre mis nalgas, esa nueva sensación fue indescriptible, nunca había sentido una verga y menos en mi culo, no quería que se quitara de ahi, me masajeaba con sus manos en el cuello y espalda mientras empujaba con su pelvis como queriéndome penetrar, así paso un rato y me pidió que me volteara, cuando lo hice pude ver su verga totalmente dura, mucho más grande que la mía, supongo que vio con las ganas que la miraba porque se arrodilló en la cama y me pidió que se la tocara, se sintió deliciosa, me dieron ganas de metermela a la boca pero me contuve. Siguió con el masaje por el frente, tengo que confesar que estaba a punto de venirme solo con sentir que pasaba sus dedos por mi verga, normalmente no me vengo rápido pero este tipo de situaciones me descontrolan, le tuve que decir en varias ocasiones que para porque no quería venirme todavía, pero el no podía dejar sus manos quietas y comenzó a jugar con mi verga, yo en ese momento estaba entregado a lo que quisiera hacer conmigo, pero no aguante y en poco tiempo saco toda mi leche con sus manos, fue una sensación única, aunque tengo que contarles que no pasó mucho tiempo y comencé a sentir una sensación de arrepentimiento, pero a la vez de satisfacción por haber vivido esta experiencia que tanto deseaba, lo que no sabía era que esa sensación de arrepentimiento pronto se iría quitando para dar rienda suelta a una segunda cita con mi masajista y muchas más experiencias que luego les estaré contando.