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ISA
Cuando ella entra en mi es como abrazar a alguien que amo y odio al mismo tiempo, porque ella con su oscuridad, a pesar que roba partes de mi luz, me da una inyección de vida que no puedo ni quiero despreciar, porque en cierta parte la disfruto.
Cuando ella entra en mí, me da sed y hambre de algo que mi alma pura aborrecería. De repente quiero herir, poseer, hechizar a cierto ser; de repente no me importa entrar en peligro. De repente no tengo moral ni decencia y no me preocupa cualquier daño colateral; sencillamente nada ni nadie más importa.
Cuando ella entra en mí, soy solo placer, soy solo poder, y siento que todo lo que quiera lo puedo hacer. Me hace sentir sensual, angelical y perversa, me hace experta en saberte provocar, me hace hipnotizarte para indagar en tu sótano mental y proyectarte todo eso que ocultas y deseas; con ella puedo ser tu más dulce sueño o tu más secreta fantasía.
Si está ella, planeamos juntas el crimen perfecto, donde sacio todas las ideas malignas que aguardan dentro de mí, porque sí, hasta el ser más puro las puede tener. Las mías son siempre con fin de castigar al malvado, al que hizo daño… ideas malignas para castigar al maligno…lo justo
No estoy segura si es una idea o solo un recuerdo. El día que me hizo hechizar a un hombre, le hice tocar el cielo y el infierno; con mis ojos lo atrapé, con mi boca lo sede, con mi sexo lo envenené, y es que lo merecía… Era tan culpable, de provocarme, de incitarme, de calentarme; en mi defensa, él era culpable.
Si te dicen que baile como bruja en aquelarre, créeles.
Si te dicen que monte al hombre hasta hacerlo enloquecer, créeles
Si te dicen que le lamía partes de su cuerpo, créeles.
Si te dicen que me dañó y en venganza yo lo até y torturé, créeles.
Si te dicen que le sane un mal mortal con mis manos, créeles, también.
Pero si te dicen que están seguros que era yo, no les creas.
No era yo… Era ISA.