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Hola para los que tuvieron la oportunidad de leer el primer relato sobre mi primera experiencia , les voy a contar mi segunda experiencia que fue con el mismo masajista. Tengo 38 años, para ese entonces tenía 30, debo aclarar que al día de hoy llevo una vida heterosexual.
Cómo ya les había contado en el relato anterior nunca había tenido la oportunidad de vivir una experiencia sexual con un hombre y tenía un deseo inmenso por sentir un pene en mis manos, en mis nalgas, de sentirme desnudo frente a otro hombre y que este me tocara, por eso decidí ir donde un masajista como les hable anteriormente. Pero debo decirles que después de ese primer masaje ese deseo que sentía dejo de ser deseo para convertirse en una necesidad, estaba loco de ganas de regresar donde este masajista que me hizo sentir cosas indescriptibles, pero está vez quería más, está vez estaba decidido a dejar que me penetrara, quería sentir esa verga deliciosa dentro de mi, me moría por sentir esa sensación aunque me diera algo de miedo porque nunca antes lo había hecho, después de unos días de masturbarme y eyacular intensamente recordando el masaje e imaginando lo que seguiría me decidí a llamarlo de nuevo, le dije que quería regresar y le dejé claro lo que quería no sin antes recordarle que debía tratarme como quinceañera porque apesar de lo atrevido que me había vuelto aún sentia un miedo terrible. Llegó el día, mejor dicho la noche, salí del trabajo a las 7 pm y me dirigí directo a su apartamento, cuando me hizo pasar a su habitación y tenía la luz apagada y solo la iluminaba la luz del televisor en el que reproducía ya película de porno gay ese ambiente me hizo sentir cómodo, aunque para ese entonces no acostumbraba a ver ese tipo de películas. Le dije que me quería dar una ducha ya que todo el día estuve trabajando, me desnudé, entre a la ducha y me duche con ansiedad porque deseaba con desesperación estar desnudo, dispuesto e indefenso ante este hombre para que hiciera lo que quisiera conmigo, lo que iba a cambiar en esta experiencia es que está vez no habría masaje, me acosté a su lado desnudo en la cama a ver la película mientras cruzamos algunas palabras para calmar el susto, él estaba en ropa interior y comencé a tocar su verga sobre la tela que la cubría, debo confesar que al igual que la vez anterior tenía la sensación de que no me podía dejar tocar mucho mi verga porque las ganas eran tantas que me vendría inmediatamente pero esto el parecía saberlo a la perfección y debo decirles que esto el ya parecía saberlo, acostado a mi lado se puso de costado y comenzó a acariciar mi entrepierna, flexionando mis rodillas comenzó a bajar desde mis piernas hasta llegar a pasar sus dedos por el ano, tengo que decirles que sentir esos dedos en ese lugar me enloquecía, me hacía volar y lo único que quería sentir es que algo entrara ahí, lo que fuera, una verga, un juguete, o en este caso su dedo. Me preguntó si quería que metiera su dedo y sin dudarlo le dije que si, se paró de la cama y trajo una crema, se quitó la ropa interior y se acostó nuevamente a mi lado.puso crema en sus dedos y comenzó a hacer círculos con sus dedos en mi ano, me hacía presión con el dedo mientras hacía esto, cuando él notó que me tenía a punto comenzó a meter un dedo lentamente, por fin alguien me estaba penetrando así fuera con un dedo, eso es algo con lo que me había masturbado infinidad de veces y al fin lo estaba viviendo, se arrodilló mientras seguía introduciendo su dedo y podía ver esa verga grande deliciosa frente a mí mientras me tenía poseido con su dedo, está escena era de película para mí, a el también se le notaban las ganas que tenía, tanto que sin preguntarme si quería, sin pedir permiso me dijo "correte para el borde de la cama y levanta las piernas" él mandaba en ese momento, no podía decir que no, puse mi culo en el borde de la cama y el se paró en el suelo frente a mí, con sus manos levanto mis piernas y con sus dedos nuevamente me puso crema en el ano, no sin antes ponerse un preservativo, yo estaba incrédulo de lo que iba a pasar, un hombre que toda su vida vivió loco por las mujeres ahora estaba desnudo, acostado en una cama con las piernas arriba, el culo lleno de crema y una verga gigante a punto de penetrarlo, no sabía cómo iba a entrar una verga tan grande en mi culo que nadie había penetrado antes pero de un momento a otro comienzo a sentir esa presión en mi culo, comenzó a doler bastante, lo hacía con fuerza pero despacio, él trataba de que fuera entrando de a poco, el dolor me hizo pedirle que lo sacará y así lo hizo pero la sensación en ese momento que lo sacó fue exageradamente deliciosa, me encantó, me dejó descansar unos segundos y comenzó a meterlo de nuevo yo estaba loco de placer me encantaba como tomaba mis tobillos con sus manos mientras su verga entraba, nuevamente lo saco y otra vez esa sensación me enloqueció, quería venirme y tome mi verga para masturbarme, el rápidamente me quitó la mano y me dijo que no me viniera todavía , en ese momento me di cuenta que el lo estaba disfrutando igual que yo, pero el desespero que yo tenía esa mucho y no pudo controlarme, cuando mandé mi mano otra vez para comenzar a masturbarme ya me estaba viniendo, no pude controlarlo, ese hombre con verga deliciosa me había hecho suyo y era exactamente lo que yo había deseado por años. Después de venirme no podía sacar de mi mente esa sensación de arrepentimiento, de que pensaría mi familia o círculo social si se enteran, pero a la vez de satisfacción por no reprimir sensaciones tan deliciosas que al fin y al cabo es lo que nos hace disfrutar la vida.