Ya no recuerdo qué fecha era, solo recuerdo ese deseo que me invadió la espina y me heló la espalda.
En mi mundo heterosexual es sencillo expresarle a una chica tu deseo de estar con ella, a mí nunca me ha gustado un hombre ni me ha atraído ninguno en particular y aún así alguien tuvo esa osadía de expresarme su deseo por mí de una manera tan directa y explícita que, lo que comenzó siendo irá, terminó siendo un temblor en mis piernas cuando me envía ese sms.
Fue muy sencillo, de hecho, sólo me escribió que le había parecido atractivo y que le habían gustado mis fotos; que fantaseaba con hacérmelo, tenerme de espaldas sobre la cama, ser el dueño de mi cola y penetrarme hasta saciarse. No sé qué cosas le habrán pasado por la cabeza cuando decidió enviarme ese mensaje, a lo mejor esperan una respuesta hostil, pero yo estaba extasiado a lo que sólo le respondí con un "y que más...". No podía ocultar mi morbo de saber por qué le gustaba a otro hombre y precisamente de esa forma, a lo que me responde muy serio: "La verdad es que he fantaseado mucho con usted, de formas que no se imagina" y procede a enviarme una foto de su miembro erecto y con algo de líquido preseminal. Creo que es la primera vez que un pene se me ha antojado tanto, que de haberlo tenido en frente me hubiese arrodillado a sus pies a darle placer con mi boca. A lo que muy discretamente le respondí que qué lo detenía de hacerme todo eso y me responde muy a mi pesar: Estoy abordando el avión de vuelta a Chile...
Supe entonces que no era del todo heterosexual y que había en mi un lado pasivo que se exitaba mucho al saber que era la fantasía de alguien más y que mi fantasía era cumplir la suya.






