Nos contactamos en un app. Ellos casados, uno vers mas act y el otro vers mas pas y buscando alguien para pasar un buen rato. Quedamos de vernos en su casa, tomar algo y ver qué pasaba.
Yo, versátil y arrecho, esperaba que pasara mucho.
Llegué y me recibieron 2 hombres alrededor de 10 años mayores que yo, atractivos y muy amables. Me invitaron a la sala, me ofrecieron algo de beber y se sentaron uno a cada lado mío. Conversamos de cosas sin importancia por unos minutos hasta que uno de ellos, Camilo, me pidió que me parara y me dio un beso en la boca, mientras el otro, Marcelo, me agarró por detrás y me empezó a besar el cuello. Sentir las barbas de esos dos hombres me puso a mil.
Camilo, que era el más act, me metió la mano al pantalón y me agarró la verga.
"Que grande. Ahora quiero que se la metas toda a Marcelo. Quieres?"
"Yo vine dispuesto a todo"
Marcelo se turnaban entre manosearme las nalgas y las tetillas, mientras seguía dándome besos en el cuello y las orejas. Yo ya estaba completamente duro.
Cuando menos me di cuenta ya estaba con los pantalones y la ropa interior abajo, medio desnudo. Camilo se arrodilló y empezó a chuparme la verga, lenta pero profundamente. Yo intenté agarrarle la verga a Marcelo, pero me quito la mano y me dijo.
"Déjate hacer"
Marcelo le hizo una seña a Camilo y se retiró de la habitación, mientras Camilo seguía dándome una mamada deliciosa. Yo le agarre la cabeza para tratar de follarmelo, pero me detuvo y me dijo.
"Con calma!", y se metió mi vergón hasta las bolas.
Al rato Camilo se levantó y me dio un beso lleno de saliva y sabor a mi polla. Qué rico. Poco a poco, y mientras nos besábamos me dirigió a otra habitación, el completamente vestido y yo desnudo de la cintura hacia abajo.
En la habitación contigua a la sala había una cama y sobre ella estaba Marcelo, ya completamente desnudo y acostado de espaldas, con las piernas abiertas. Su puso lubricante en la mano y empezo a darse dedo.
Camilo y yo nos acercamos a la cama mientras nos seguíamos besando y él me dijo:
*Cómete a mi esposo*
Yo sin dudarlo me monté a la cama y reemplacé los dedos de Marcelo con los míos mientras lo masturbaba con la otra mano. Los gemidos de Marcelo me tenían durísimo.
Camilo se sento en una silla al lado de la cama y nos miraba mientras se sobaba la verga y las tetillas por encima de la ropa. Se notaba que le gustaba ver cómo me disfrutaba a su esposo.
Después de tener a Marcelo bien abierto saque mis dedos de su culo, me recosté sobre el, pecho sobre pecho y lo bese, mientras restregaba mi verga sobre la suya. Poco a poco fui cambiando de posición hasta que le daba con mi verga en la entrada de su culo. Marcelo cruzó sus piernas alrededor de mi cintura y me apretó contra el, haciendo que poco a poco la cabeza fuera entrando en su culo.
Yo empecé a coger ritmo hasta que mi verga le entró hasta el fondo, mis huevos contra sus nalgas. Tras, tras, tras. Marcelo soltaba gemidos de placer entre los besos profundos que nos estábamos dando.
En esas note que Camilo se empezó a desvestir hasta dejar a la vista una verga gorda y muy erecta. Se montó a la cama y puso su verga a la altura de la cara de Marcelo y yo, que empezamos a turnarnos mamándola.
Después de unos minutos Camilo agarró el lubricante, y mientras seguía dándonos de mamar se puso un poco en la mano y me lo restregó en el culo. Después de un buen masaje me metió uno, dos tres dedos.
-Ahhhhh! Ojo que me vengo.
-No, aguante que todavía falta lo mejor.
Me saco los dedos del culo y cambio de posición, poniéndose detrás mío.
Yo seguía con mi verga enterrada hasta las bolas en el culo de Marcelo. Tas, tras, tas. Empecé a sentir presión en la entrada de mi culo, y yo mismo con los movimientos de la culeada que le estaba dando a Marcelo me empecé a enterrar la verga de Camilo.
Cuando la verga me entró hasta el fondo Camilo no se movía, sino que me dejó a mi controlar la follada. Que rico. Pero no aguante más y en un instante empece a correrme. Aaaaahhhhhh.
Camilo me saco la verga y en el instante que yo saqué la mia me remplazó en el culo de Marcelo. Yo me sente en una silla a ver a esos dos culear. Primero en misionero, luego Marcelo cabalgando encima de Camilo y despues en cuatro.
Despues descansar y ver a el show que me daban esos dos, mi verga ya estaba otra vez dura como una piedra. Me acerque a Camilo y mientras se comía a Marcelo, empece a darle lengua en el culo. Se notaba que lo estaba disfrutando porque me paraba el culo para darme mejor acceso. Cuando lo tuve bien abierto, igual que me hizo el a mi, le puse la cabeza de mi verga en la entrada del culo y deje que el mismo se fuera empalando.
Camilo aumentó el ritmo de la culeada y los tres empezamos a gemir de placer hasta que nos vinimos casi simultáneamente
Que faena!
Me mostraron donde quedaba la ducha y fui a bañarme. Cuando salí Camilo estaba comiéndose a Marcelo otra vez, acostados, de lado. Que aguante. Yo me despedí y salí de su casa.
