Guía Cereza

Una tarde ordeñando hombres en una cabina de internet y una noche con un negro de 22 cm

por: Chastityboy Publicado hace 1 mes Categoría: Gay 1K Vistas
Compartir en:

Hola a todos, soy Leo y vengo a contarles esta historia que ocurrió hace unos dos años.

Para que entren un poco más en contexto con mi historia, les diré que desde mis inicios en la sexualidad era un chico activo hasta que debido a ciertas experiencias terminé convirtiéndome en un pasivo sumiso insaciable y hambriento de verga. En la actualidad tengo 30 años y esta historia ocurrió hace apenas dos años cuando salí de vacaciones a la ciudad de Santa Marta en épocas de mi cumpleaños.

Normalmente no me gustan mucho los sitios tan concurridos, y por lo general suelo viajar solo a diferentes destinos en épocas que no sean turísticas. Había trabajado y ahorrado lo suficiente para darme un viaje a la ciudad de Santa Marta con todas las comodidades, y gracias a un amigo que trabaja con cosas de toures pude usarlo para conseguir un par de descuentos y programar algunas visitas a lugares turísticos de la zona. Siempre me ha gustado viajar solo porque me da la comodidad de hacer lo que quiera, lo cual suele ser principalmente ir a putear, aunque han habido algunas excepciones.

Para el viaje me llevé la camioneta de mi padre y partí a eso de las 8 de la noche y conduje casi 10 horas hasta llegar a mi destino haciendo algunas paradas para comer algo en paradas de camioneros abiertas las 24 horas e intentar buscar algo de acción pero no hubo suerte. Tras llegar a la ciudad fui directo hacia el hotel que había reservado. El lugar consistía en una sala de estar con un par de muebles, y una habitación con una cama doble con aire acondicionado. Luego de tomar una ducha, ponerme ropa acorde al lugar (una pantaloneta sin ropa interior, una camiseta, tenis y gafas de sol) decidí ir primero a desayunar al buffet del hotel. Al terminar, puse rumbo hacia la playa admirando el lugar. La playa no quedaba muy lejos, solo a un par de calles y mientras caminaba iba revisando las apps de putería (Grindr, Recon, Manhunt, MachoBB, etc) para ver qué había por la zona. La mayoría de los perfiles eran aburridos así que preferí enfocarme en explorar el lugar.

Las actividades que tenía programadas eran para los días siguientes así que ese día era libre. Pasé la mañana entre bronceándome en la playa y bañándome en el mar obviamente disfrutando de la vista de los hombres que pasaban por allí. Se sentía agradable tener la playa casi para mí solo debido a la época en la que había ido. Al medio día fui a almorzar a un kiosko mientras respondía algunos mensajes de tipos que no salían con nada. Ese día solo hubieron dos mensajes interesantes. El primero, era de un chico de 20 años de 22 cm de salchichón negro. Me envió varias fotos suyas tanto de rostro como de cuerpo y herramienta y se veía muy bien. A él también le gustó lo que le envié y aunque me dijo que estaba ocupado en la tarde por la universidad, quedamos para coger en mi hotel en la noche. No estaba seguro si saldría con algo, pero no perdía nada. Le dije que me escribiera cuando pudiera para confirmar. El segundo mensaje era de un lugar de cabinas privadas de internet con glory holes y me llamó bastante la atención. Al responder el mensaje me enviaron la dirección y al comprobarla en el mapa no quedaba tan lejos, así que a eso de las dos de la tarde decidí emprender camino hacia las cabinas esperando tener algo de suerte.

Después de caminar durante un rato llegué al lugar, se encontraba en una zona casi residencial donde habían un par de negocios que se encontraban cerrados, tal vez por el día o la hora, a muchos les gusta echarse una siesta. El sitio de las cabinas tenía un portón grande con un pequeño letrero y una puerta a su lado. Pude ver que un hombre maduro y calvo con una barriga prominente entró y yo lo hice casi detrás de él. No era mi primera vez en un sitio como este, en mi ciudad ya había ido a varios lugares de cabinas y pasado buenos ratos. Cuando entré no había rastro del hombre maduro, al venir de la calle con el fuerte sol tuve que esperar un momento para que mi vista se ajustara al oscuro lugar. Junto a la entrada había un hombre de unos 30 años aproximadamente que me miró de pies a cabeza y me preguntó si quería servicio de cabinas, al decirle que sí me dio una manilla y me indicó que pasara y me pusiera cómodo donde quisiera.

Al pasar por un pasillo de unos tres o cuatro metros llegué a una zona más amplia que se dividía en dos caminos, tomé el de la derecha y entré en una cabina que estaba en medio de otras dos, siempre elijo las de en medio porque es más probable que tengas los agujeros del glory hole y esta no fue la excepción. Al entrar lo primero que hice fue asegurar el pestillo de la puerta e inspeccionar un poco. Me senté en la silla e inspeccioné el pc, al abrir el navegador lo primero que se abrió fue la página de Pornhub gay, era claro que alguien antes de mí la estuvo usando. Inspeccioné por los dos agujeros de la cabina y vi que ambas estaban vacías. Al inclinar la cabeza hacia el suelo, pude ver que habían dos personas en una de las cabinas del fondo y vi otro par de zapatos en una cabina de la esquina, el cual supuse era el hombre que había entrado antes. Levanté la cabeza un poco decepcionado y me puse a tontear un poco en el pc. Uno o dos minutos después sentí que alguien intentaba abrir la puerta pero por el pestillo no pudo y luego escuché que abrió la puerta de la cabina de al lado. Através del agujero vi que se trataba del maduro panzón de antes el cual se inclinó para verme por el agujero y de inmediato se bajó el pantalón sacándose la verga. La acercó al agujero y empezó a meterla, al principio no era muy grande pero creció en un instante.

No llevaba un metro o una regla pero podía decir que ese miembro viril debía medir unos 15 o 16 cm y más que gustoso me dispuse a complacerlo. Su pene era blanco y cabezón, y al pasarle la lengua podía sentir como se hundía por su agujero para mear (el meato urinario) y el tipo soltaba un pequeño gemido de placer. Se la estuve chupando como por unos 5 minutos hasta que soltó un chorro que me dio directo en la garganta. Se sentía que era una leche bastante espesa y abundante y su sabor me gustó, tanto que seguí chupando hasta dejarla completamente limpia. Después de sacarla de la boca el maduro se retiró y escuché cómo se subía los pantalones y se iba. Al girarme en el asiento para mi sorpresa había otro ojo mirando por el agujero de la otra cabina y al ver que lo vi se levantó y puso su verga metiéndola por el hueco. No pude distinguir bien si se trataba de un jovencito o de un señor pero su verga era morena y larga que apuntaba hacia el cielo, creo que era de unos 18 o 19 cm. No tuve que pensármelo dos veces para comenzar a mamar. Al igual que la anterior esta también era uncut, y al bajar suavemente el prepucio con los labios pude detectar un sabor salado de orina y eso me excitó aún más. Mamé desde la base hasta la cabeza y podía escuchar sus leves gemidos. Iba intercalando entre la lengua, la garganta y la sacaba por momentos para darme vergazos en la cara hasta que tras unos minutos repitiendo el proceso, justo cuando la saqué de la boca soltó un fuerte chorro caliente que me dio en un ojo pero eso no impidió que me tragara el resto hasta dejarla limpia. Su semen sabía distinto, era un poco más amargo pero aún así no dejé ni una gota y al soltar su verga la retiró del agujero y salió de la cabina.

Habían pasado como veinte minutos desde que entré y no me había ido tan mal, aunque sentía que aún no estaba satisfecho. Volví a inclinar la cabeza hacia el suelo para ver si quedaba más gente en las cabinas y para mi sorpresa vi varios pares de pies en cabinas que antes estaban vacías. Pasé un buen rato esperando que alguien entrara en las cabinas que estaban a mi lado pero nadie lo hizo, y cuando me dispuse a salir y buscar otra escuché que alguien abrió la de al lado y tras poner el ojo en el agujero vi a un hombre de unos 25 a 30 años, usaba jean y traía una chaqueta de motero con un casco. Puso el casco sobre la mesa al lado del pc y al darse cuenta que lo veía me sonrió y se desabrochó el pantalón sacando una verga de unos 17-18 cm. No superaba a la que me acababa de comer, pero la suya era un poco más gruesa y no apuntaba al cielo sino que era de esas torcidas que apuntan hacia abajo. Al verla se me hizo agua la boca y puse la boca en el agujero a lo que el tipo rápidamente se acercó y empezó a puntearme la boca con la cabeza hasta que entró toda en mi garganta y empezó a embestir. Se sentía muy bien. Después de unos minutos así, la agarré con la mano y masturbé hasta que escuché levemente que se iba a correr y no dudé en apuntarla directo a la boca para probar su esperma. De las tres leches esa era la más dulce de todas y me la tragué con mucho gusto repitiendo el proceso de dejarla limpia y antes de que saliera de la cabina pude escuchar un leve: "Gracias".

Sentía que ya estaba satisfecho pero por morbo quise quedarme un rato más y después de un rato esperando mientras veía un video de una orgía en la pantalla, volví a sentir que alguien intentaba abrir la puerta. Al girarme pude ver a través de la rendija un ojo que me miraba y una voz que me decía que abriera. Al abrir, un hombre entró rápidamente mirándome. Tenía una piel trigueña algo quemada por el sol y vestía una camisa de manga larga con un pantalón de tela. Tenía un rostro muy atractivo pero algunos signos de calvicie temprana. Debía tener unos 35 años más o menos. Mientras me miraba sin decir nada, puse mi mano sobre su pantalón y empecé a acariciarlo. Su expresión seria cambió y comenzó a soltar la correa para bajarse los pantalones. Sus manos eran grandes con las uñas perfectamente cuidadas y los nudillos muy peludos, y lo que más se notaba era un anillo dorado en su dedo. Era un hombre casado para sorpresa de nadie. Cuando se sacó la verga, esta parecía una morcilla gorda. Estaba dormida y se veía enorme. La tenía rodeada por una espesa mata de pelo, cosa que me dio bastante morbo y con mi mano comencé a acariciarla hasta que la bestia creció. A diferencia de las anteriores, esta era completamente cortada y la cabeza era alargada como la punta de una flecha. Era de esas vergas que son de cabeza delgada y larga pero luego se engordan hasta llegar a la base. Me la restregué por la cara porque me encantaba la sensación de sentir esos pelos y verga sudada.

Me pegué a esa verga como ternero recién nacido y entre medias de la mamada él la sacaba de mi boca para darme vergazos en la cara, cosa que por cierto, me encanta. Mientras se lo chupaba, pudimos escuchar unos gemidos en otra cabina, parece que no era el único que la estaba pasando bien. No lo he dicho pero su verga debía medir unos 16-17, pero tal vez fuera más debido a que muchas veces los pelos hacen ver la verga más pequeña de lo que es. Mientras mamaba con ganas, por uno de los agujeros de las cabinas contiguas metieron una verga y rápidamente el hombre que estaba conmigo tomó mi cabeza y guio mi boca hasta esa nueva verga. La nueva era de unos 15cm y apuntaba al cielo. El hombre empujaba mi cara contra esa verga mientras la suya se restregaba por mi cara llenándome de precum. Con una mano agarré su verga y con la otra la del nuevo invitado y fui alternando entre ambas. En un momento junté ambas vergas y froté las cabezas entre ellas cosa que excitó mucho al hombre que estaba conmigo y no faltó mucho para que se corriera en abundancia por mi cara. Me tragué una parte que fue directo a mi boca y la otra el hombre usó la verga del gloryhole para pasarla por los lugares de mi cara que aún tenían semen y guiarlo hasta mi boca. Después de hacerlo se puso los pantalones y me dio una palmadita en la cabeza como diciendo: "Buen chico" y salió, dejando la puerta entre abierta, pero no me di cuenta de ello ya que seguía chupando la verga del gloryhole y al minuto después soltó un chorro al aire que cayó sobre la mesa y sobre mi camisa. Para los demás chorros la apunte hacia mi boca y me lo tragué todo.

Cuando el chico salió yo me seguía saboreando y limpiando los restos de mi cara y fue cuando noté que la puerta estaba entreabierta y vi al hombre que acababa de ordeñar, era un chico que no parecía tener más de 18 añitos, tal ves incluso podía ser menor, pero no me importó. Para ese momento ya estaba más que satisfecho y me levanté para irme, pero al salir de la cabina apareció un hombre maduro de cabello blanco con un porte bastante agradable que me miró y me preguntó amablemente si ya me iba. Le dije que sí por cortesía pero hizo un gesto de tristeza y de inmediato le dije que me podía quedar un rato más para ayudarle, y vi una sonrisa en su cara. Pasó por mi lado y entró en la cabina del fondo haciéndome una seña para ir tras él. Al entrar con él quedé bajo la luz de la lámpara y vio en mi camiseta restos de semen y dijo que parecía que la había estado pasando bien, pero que esperaba que aún tuviera espacio para más, y dijo todo eso mientras se agarraba el bulto sobre el pantalón. Aquel hombre debía tener unos 50 o 60 años pero se conservaba muy bien. Su pantalón era corto y no le costó nada sacarse la verga que le rebotó. Era grande y gorda, diría que era la ganadora de la tarde con unos 20 cm de carne de primera. Era blanca, poco vello, uncut y de grosor medio. Me agarré con fuerza a sus muslos mientras empezaba a olfatear, lamer y mamar su verga. Después de un rato de estarle dando placer, tomó mi cabeza y empezó a violarme la boca hasta el orgasmo. Chorro tras chorro inundó mi garganta y estuve a punto de toser, pero como buena perra que soy me lo tragué todo. Y aún con algunos restos escurriéndome por la boca, el señor maduro me hizo poner de pie y me besó metiéndome la lengua hasta la garganta. Fue muy excitante.

Acto seguido, me dijo que iba a salir y que esperara un poco para hacerlo. Esperé dos minutos y salí de la cabina, estaba vez ya me iba definitivamente. Recorrí el pasillo y escuché unos leves gemidos. Al llegar con el hombre de la entrada le entregué la manilla y me cobró tres horas de servicio. Me sorprendí bastante y saqué mi teléfono para ver la hora, efectivamente, eran más de las cinco. No sé en qué momento pasó tanto tiempo, pero al menos no lo desperdicié, jeje. Tras pagarle salí y me fui caminando con calma, por el camino me salieron un par de eructos de toda la leche que me tragué. Iba con la camisa manchada y la pantaloneta mojada de todo lo que había lubricado, pero no me importó que la gente viera. Lo que sí notaba, era que mi cara y mis manos olían demasiado a verga, olor que me encanta y camino al hotel me la pasé oliendo mis manos con ese embriagador aroma.

Al llegar al hotel estaba bastante cansado porque no había dormido, recuerden que me vine conduciendo desde la noche anterior. Al entrar en la habitación fui directo al baño y luego a la cama. Revisé el teléfono y contesté varios mensajes hasta que me quedé dormido del cansancio. Me desperté un par de horas después con una llamada, y era el chico de Grindr con quien había hablado a medio día. Al contestar no sabía bien quién era debido a que me había despertado algo confundido, pero al hablar un poco caí en que era él, y me dijo que si al fin estaba disponible para aquello y le dije que sí.

Eran cerca de las 8.30 cuando sonó el teléfono de la habitación indicándome que el chico estaba allí. Había tenido tiempo suficiente para prepararme y cuando abrí la puerta allí estaba. Normalmente no soy muy fan de los rostros de los hombres negros, pero este chico era bastante atractivo, tenía ojos color miel, una linda sonrisa, labios carnosos y unas proporciones que lo hacían ver muy masculino, y todo eso sin contar los 22 cm que se cargaba. Aunque era delgado se le notaban un poco los abdominales. Al entrar el chico me observó de pies a cabeza. Iba en toalla porque acababa de salir del baño. El chico me siguió hasta los muebles de la pequeña sala y nos sentamos. Nos presentamos y hablamos durante unos minutos y pasamos a darle prioridad a otra cosa. Me dijo que llevaba una semana sin culiar y yo le dije que también (cosa obviamente falsa), y de inmediato se quitó la camisilla y se abalanzó sobre mí, besándome y acariciándome. La toalla no me duró mucho y me vi encima de él besándolo, pasando mi lengua por su cuerpo, oliendo y lamiendo sus axilas peludas, mordiendo sus pezones rosados, hasta llegar a su miembro. Con facilidad le quité la pantaloneta y sus sandalias salieron volando. No traía calzoncillos y su verga negra rebotó. Creo que era fácilmente la salchicha más negra que había visto, era uncut y al jalar la piel se asomó una cabeza rosadita que soltaba un par de gotas de alegría. Su olor era realmente embriagador y el peso de sus testículos sobre mi cara me hizo sentir en el paraíso. Su vello púbico estaba recortado casi en su totalidad y esa verga ya dura se veía como el asta de una bandera que apuntaba al cielo. Sin pensarlo mucho, me la metí hasta la garganta lo más que pude hasta una arcada me hizo sacarla de golpe, y repetí el proceso un par de veces hasta que pude aguantar más tiempo. Suerte que no había comido nada o seguro habría vomitado.

Tras eso, el chico se levantó y me hizo ponerme de cabeza en el sofá, dejando mi cara a la altura del asiento para seguirme violando la boca. Sentía sus bolas golpeando contra mi mentón mientras embestía mi cara. Y mientras hacía eso, sentía como sus dedos empezaban a hurgar en agujero, primero uno, luego, dos, tres y no sé si más. Después de un rato me hizo levantar y esta vez el se acostó en el sofá y me hizo sentarme en su cara. Me pegó una mamada de culo increíble. Su lengua entraba hasta lo más profundo de mis entrañas y hacía movimientos envolventes que me hacían retorcerme de placer. En un momento perdí el control y me caí sobre su verga pasando a hacer un delicioso sesenta y nuevo. Seguí chupando su verga mientras él me chupaba el culo. Después de un rato ya no quería seguir sintiendo su lengua o sus dedos, mi agujero rogaba sentir algo más grande y duro. Esa sensación se apoderó de mí y mis instintos más salvajes surgieron. Me levanté de golpe y fui directo a la cama poniéndome a cuatro patas y girando la cabeza para decirle que me venga a coger, que ya no aguanto más. En silencio, el chico se acercó y me la enterró de golpe haciéndome gemir de placer. Aclaro que ya habíamos acordado el coger a pelo ya que ambos estamos en PrEp y todo eso. Acto seguido me agarró por el cabello haciéndome voltear la cabeza hacia el frente y comenzó a embestirme mientras me decía toda clase de cosas denigrantes con su acento costeño. Entre lo que pude escuchar decía que era una perra buscando macho, que paraba el culo como una hembra, que me iba a preñar y hacerme muchos bebés y todo eso me puso más perra de lo normal.

Después de varios minutos dándome como a cajón que no cierra, me la sacó y se acostó boca arriba sobre la cama ordenándome que lo cabalgara y ni corto ni perezoso me tiré encima dándole la espalda y empalándome yo solito y comenzando a cabalgar a esa bestia. Mientras lo hacía, él me daba cachetadas en las nalgas. Al rato, él se inclinó y me tomó de los muslos haciéndome caer sobre su abdomen levantó mis piernas y al tener mi agujero completamente expuesto empezó a violarlo sin piedad haciéndome gemir como una perra en celo. Al estar mi cabeza junto a la suya empezó a morderme la oreja mientras seguía con sus guarradas de que me iba a hacer varios hijos. Cuando se cansó, mis piernas cayeron y él me hizo a un lado para quedar en posición de cucharita y ahí siguió dándome más suave mientras me mordía la oreja. Yo levanté la pierna para que me entrara mejor y así estuvo hasta que empezó a gemir diciendo que se iba a correr, y lo hizo. Me inundó las entrañas con su leche, era tanta que se escurría y manchaba las sábanas. Era cierto eso de que llevaba tiempo sin correrse.

Me miré la verga y aunque estaba medio dura, noté que salía un líquido espeso como semen y supe que me había corrido. Mis piernas temblaban y tuvimos que quedarnos unos minutos ahí tumbados para recuperarnos. El chico jadeaba bastante mientras recuperaba el aliento.

Un par de minutos luego el chico se levantó y fue al baño. Intenté levantarme y mis piernas aún temblaban y mi entrepierna estaba pegajosa. La sábana de la cama que era blanca ahora estaba totalmente manchada. Cuando lo seguí al baño el chico estaba a punto de comenzar a orinar y al verlo en mi mente hizo conexión mi parte más cerda y lo frené en seco. Le dije que si quería mear me meara encima y fui hasta la zona de la ducha y me senté. Pude ver el fuego en sus ojos y rápidamente me apuntó salpicándome toda la cara con lujuria. Me bañó en su orina de pies a cabeza, hasta bebí un poco y no sabía nada mal. Estando todo meado, él me extendió la mano y me ayudó a levantarme, abrazándome y untándose de orina. Restregó su cuerpo contra el mío y nos comenzamos a besar. Rápidamente noté que su chorizo negro volvió a la vida y aunque me sentía cansado, quería más.

Sin limpiarnos ni nada, seguimos besándonos camino hasta la cama manchándola aún más con orina. Él cayó sobre la cama y yo sobre él. Nos besamos intensamente mientras sus manos recorrían mi cuerpo hasta llegar a mi agujero que no dejaba de escurrir. Como no necesitaba lubricante me la metió de nuevo en seco y gemí con fuerza. Lo tenía abrazado y comencé nuevamente a cabalgar con las pocas fuerzas que me quedaban. Cuando me cansaba él seguía embistiendo y cuando él se cansaba yo cabalgaba. Estuvimos un buen rato así hasta que me hizo ponerme en cuatro otra vez y dijo que me iba a batir la leche hasta hacerla espuma. Me empezó a clavar sin piedad y el sonido de sus bolas chocando contra mis nalgas me tenía extasiado. Luego de unos minutos cambiamos de posición y esta vez me acostó boca arriba junto al borde de la cama con las piernas abiertas. Mis pies reposaron sobre sus hombros y se metió uno de mis dedos del pie en la boca al mismo tiempo que me metía la verga. Me chupó cada uno de los dedos de los pies mientras me embestía con fuerza. Lo único que podía hacer era gemir y retorcerme de placer. Me estaba dando tan rico que su verga apuñaló mi vejiga y comencé a mearme encima, cosa que lo excitó y me dio aún más duro. Y ya cuando no aguantó más, me dijo que esta vez me iba a preñar la boca y rápidamente me hizo darme la vuelta. Cuando le vi la verga, ya no era negra sino blanca de toda la espuma del semen que batió, y procedió a violarme la garganta cuando empezó a liberar la leche que le quedaba. Por un momento sentí que me iba a ahogar pero aguanté y sentí que tragué bastante leche. No pensé que aún le quedara tanta después de la preñada de antes.

Y así ambos volvimos a caer sobre la cama con las sábanas llenas de semen y orina. Estuvimos un rato hablando mientras nos recuperábamos y cuando miré el teléfono era casi media noche. Me moría de hambre y de cansancio, y él igual. Me dijo que a un par de calles había un sitio que vendía comidas rápidas muy buenas y atendían hasta las 2 am. Totalmente exhaustos nos vestimos y fuimos hasta el lugar. Era algo rústico pero no mentía, la comida estaba buenísima, y le invité a él como pago por la culiada tan buena que me pegó, jeje.

Iban a ser las 2 am cuando terminamos de comer y el lugar empezaba a cerrar. El chico me acompañó hasta el hotel porque me dijo que había dejado la moto en el parqueadero de invitados. Cuando se montó en la moto se aseguró de que no hubiera nadie mirando y me pegó un beso con lengua como despedida.

Con un 1% de energía en el teléfono y en el cuerpo, subí hasta la habitación y caí en coma del cansancio, pero muy feliz por todo lo que pasó ese día.

En esa semana de vacaciones tuve un par de encuentros más, aunque no tan impresionantes como los del primer día, pero la pasé muy bien.

Espero que les haya gustado el relato, no esperaba que fuera tan largo y de hecho no pensaba agregar lo que pasó con el chico de la noche, pero la lujuria me pudo y tuve que recordar ese grandioso momento.

Publica tu Experiencia

🍒 Pregunta Cereza

📸 ¿Crees que las fotos de los perfiles de la Comunidad deberían ser más atrevidas?