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Hola a todas, no estaba segura de contar esta parte de mi vida, pero encontré esta pagina, y como a mi me gusta escribir, puedo descubrir que las cosas que viví no son del todo extrañas, y que hay más personas que han vivido cosas similares, por eso me voy animar a contar las experiencias que considero las más interesantes cuando ejercí de chica scort. Tengo que decir, que ya hoy en día no ejerzo, de eso va ya para casi 3 años. Me presentaría, pero ya tenéis mi perfil y fotos aquí y podéis ver como soy, así que ese paso me los salto. Todo empezó cuando inicié la universidad, soy hija única de madre viuda, mi padre falleció siendo yo muy joven de un fatídico cáncer. Si bien nunca me falto nada, también debo decir que nunca viví rodeada de lujos. Siempre había sido buena estudiante, por lo que siempre había querido seguir estudiando arquitectura en la universidad, por mis notas conseguí una beca en una buena universidad en Madrid. Esta cubría la matricula, pero todo lo demás, corría por mi cuenta, no las aburriré mas con esta parte, solo que logré superar los primeros semestres, pero ya para empezar el segundo año, los costos se hacían cada vez más altos, la mayoría de mis compañeras se movían en coche, ya sea de ellas o de sus padres, yo me movía en transporte público, tardaba mas de una hora en llegar a la universidad y otra en regresar al piso que tenia alquilado. La gran mayoría de mis compañeras, vivían una vida económicamente holgada, ya mas de alguna vez había considerado compaginar la universidad con trabajar, pero los horarios no estaban acoplados para tener un trabajo, pasaba prácticamente todo el día en la universidad. Un día, estando en la cafetería, estaba buscando monedas en la cartera para comprar un sándwich, cuando se acerco una chica y me dijo, "no te preocupes, yo pago". La mire y le dije "Hola, no no, no te preocupes". "No hay problema", me dijo, "Es un placer invitar a una chica tan guapa como tú". "Vale... está bien, gracias." Quien me hablo fue (vamos a llamarla) Andrea, una compañera con la cual había compartido algunas clases, no éramos amigas, solamente compañeras, me pareció un poco extraña su invitación, pero bueno, acepte. Como les decía anteriormente, estaba en la universidad gracias a una beca, mi madre me daba algo de dinero, ella trabajaba como limpiadora en una empresa, pero a veces no era suficiente. Ese día comimos, me contó un poco de su vida, que vivía con una amiga en un dormitorio cerca de la universidad, yo le conté que vivía lejos, pero que no tenía dinero para pagar un alquiler mas alto en las viviendas universitarias cercanas a la uni. Estuvimos charlando un poco mas y nos despedimos, ya que ambas teníamos clases. Coincidimos comúnmente en algunas clases, y en un par de ocasiones más me invito a comer. Un día sin mas, me preguntó por mi situación económica, antes me contó que ella también venia de una familia de clase baja, pero que tenia una "oportunidad" para mí. "Gracias, pero los horarios de la universidad no me dan tiempo para trabajar Andrea", le dije, ya que me parecía rara su propuesta. "No te preocupes por eso Laura, es en horarios fuera de clases, fines de semana y creo que tu serías perfecta". "Mmm no lo sé, parece muy bueno para ser verdad..." le respondí. "Vamos, se que necesitas ese dinero, te lo prometo es muy fácil de hacer, y lo ganaras muy bien, bueno me tengo que ir, si te interesa me dices, bye". Pase ese día intrigada, ya que no le pregunte a que trabajo se refería, si que necesitaba el dinero, pero me parecía una propuesta sospechosa. Al siguiente día llegue a la cafetería, buscaba a Andrea con la mirada, no la encontré, y cuando ya me iba, la vi llegar. "Andrea, hola, aquí estoy", le dije. "Hola Laura, me saludo, y nos dimos los dos besos de rigor. "Que te iba a decir, que... estuve pensándolo y... necesito el dinero Andrea, y... bueno, cuéntame de que trabajo se trata". "Ok", me dijo, "pero comamos primero". Almorzamos, ella volvió a pagar, estuvimos hablando de la universidad en general, hasta que... "Bueno, vamos, te cuento..." me dijo, "pero vamos a un lugar mas privado, donde nadie escuche nada". Me tomo del brazo y me llevo a un lugar alejado, de la uni y nos sentamos en una banca. "Antes que todo, aceptes o no aceptes, ¿me prometes que no se lo contaras a nadie?". "Jajaja", me reí, "De que se trata Andrea, no me asustes, ¿no tiene nada que ver con drogas verdad?", le pregunte mitad en broma, mitad en serio. "Nooo, no tiene nada que ver con eso, pero, ¿me prometes que no dirás nada?". "Mmm vale", le respondí dudando. "No, vale no, prométemelo de verdad". "Vale vale, lo prometo, lo prometo", le respondí porque me tenia intrigadísima. "Vale, primero, lo tienes todos para este trabajo, eres muy guapa, delgada, así que no tendrás problemas en conseguir clientas". Yo la miré con cara de dudas y le digo "Mmm vale, y a que tipo de clientas te refieres". Y me dice, "Bueno, seré directa, yo soy una chica scort, soy acompañante". Y le digo sorprendida, "¿scort?, osea, que eres una put...". "¿Puta?, si, si así lo quieres llamar", me dijo. Me paré diciendo que no con la cabeza, ella me detuvo tomándome del brazo. "Espera Laura, no has oído todo, no es cualquier clase de scort". "Como que no, ¿no cobras?", le dije en tono sarcástico. "Si, y muy bien, pero espera, ¿me vas a escuchar o no?", dijo poniéndose muy sería. "Vale, pero te digo que no me interesa...", le dije. "Bien, pero no es cualquier clase, yo solo atiendo clientas mujeres". "¿Eres lesbiana?", pregunté extrañada. "Nooo, no lo soy", me dijo riendo, "o bueno no o era, ya no lo sé, pero mira, nuestras clientas son exclusivas, la gran mayoría de dinero, algunas de mucho dinero, todo es muy confidencial". "Y que tienes que hacer...", ya me pico la curiosidad. "Pues... acostarte con ellas jajaja", dijo riéndose, "somos scorts o putas como me dijiste". "Perdón por decírtelo así, no fue mi intención", le dije. "Nada... no te preocupes, no me ofende, ¿pero entonces que... ¿qué piensas?". "No sé", le dije, "Nunca lo he hecho, bueno si he tenido sexo jaja, no soy virgen, pero con mujeres lo he hecho muy poco, (era esa época de mi vida que aun me estaba buscando a mi misma). "Pues, yo tenía dudas al principio, pero me lo paso muy bien Laura, y se gana buen dinero". "¿Cuánto?", le dije. "Jajaja", se rió, "Eso es al final lo que importa, ¿verdad?, pues puedes llegar a ganar entre 200 y 400 Euros por sesión, en una noche de viernes, o tarde de sábado, o hasta más con propinas, ya eso depende de ti y lo satisfecha que quede contigo la clienta. Me puse nerviosa en ese momento y le dije, "Bueno, déjame pensarlo Andrea, ¿vale?", le dije, "no es una decisión que tomas así de fácil". "Claro" me dijo, pero no tardes mucho, tenemos una plaza vacante y si no la quieres, pues... otra ocupara ese lugar". Ella se levanto, nos dimos un abrazo y nos despedimos. Ese día no pude pensar en nada más, me fui al piso, me costo dormir y... era obvio que necesitaba el dinero, y que tan malo podría ser, no estaría en la calle vestida con una minifalda esperando a que cualquier hombre parara a levantarme la mano... y era buen dinero, con eso podría hasta mudarme cerca de la uni, podría pagar los viajes que mis amigos hacían... En lo sexual, no me consideraba una mojigata, había tenido un par de aventuras tanto con hombres y mujeres, así que inexperta no era. Soy hija de una madre viuda, me tuvo muy joven, y siempre fue muy abierta conmigo respecto a lo sexual, siempre me habló con claridad y sin esconder las cosas, teníamos mucha confianza en ese aspecto, es más, cuando perdí mi virginidad, acudí a ella por consejo. Le escribí a Andrea, que querría hablar con ella, que nos juntáramos donde habíamos hablado el día anterior. La esperé unos minutos, cuando la vi llegar, estaba muy nerviosa. "Hola Laura, como estas", me dijo dándome un beso muy cerca de la boca, y un abrazo. "Hola", le dije. "Bien, dime, que has pensado amiga". "Pues... mira, que vale, lo intentaré Andrea", le dije muy nerviosa. "Eehh, muy bien amiga", me dio un gran abrazo, "le diré a la Madame que te haga la prueba". Claro, yo era nueva en esto y no conocía nada de este mundo, así que le dije, "¿Prueba?, como que prueba". "Claro, tienes que pasar una prueba, las clientas son exclusivas y exigentes, tienes que cumplir sus expectativas, tenemos que estar seguras de que puedes hacerlo". Así que le dije, "Vale...". Tras un silencio, Andrea me dijo, "Muy bien, yo te escribiré para darte el lugar y la hora de tu prueba, ¿vale Laura?, pues nada, bye amor, y bienvenida...", nos volvimos a dar los dos besos de rigor y nos despedimos. Pasó el martes, miércoles y el jueves iba ya casi a terminar el día, cuando recibí un menaje de Andrea que decía, "Te espero mañana en el "lugar tal", (llamémoslo así), "a las 17:00 de la tarde, trae ropa sexy para cambiarte". "vale, allí te veo", le respondí. "Muy bien, y no olvides traer el tanguita mas sexy que tengas, besos". Llegué ese día a tratar de buscar mi look, al final se me ocurrió llevar una falda de estampados bonita, una blusa blanca, y medias. Y llego el día, llevaba mi ropa en una maletita y llevaba puesto un tanguita blanco de encajes, creo que era lo más sexy que tenía, con un sujetador igual de encaje. Sentí el día pasar con lentitud, hasta que llegó la hora... me dirigí al lugar, llegué unos 15 minutos antes de la hora acordada. Estaba parada cuando vi a Andrea acercarse. "Hola Laura, vamos, rápido que tengo una cita con una de mis mejores clientas". "Vale, vamos", nos montamos en su coche, no hablamos mucho durante el viaje. Condujo como unos 20 minutos, llegamos a un apartamento, toco el claxon, se abrió un portón y entramos a un pequeño jardín. "Bien, llegamos", me dijo. Bajamos del coche, entramos a la casa, y estando en el rellano, me dijo, "espera aquí, ya vienen por a ti, yo me tengo que cambiar que ya vienen por mí, así que... bye y mucha suerte Laura, y no te olvides nunca de disfrutar", me dijo, y dándome un piquito en la boca se marcho. Ella subió por unas escaleras y le perdí la vista, yo me quede parada en aquel rellano, con un nudo en el estómago. No pasaron ni cinco minutos cuando salió una muchacha por una puerta. "Hola, ¿eres Laura?, me dijo preguntando. "Si, soy yo". "Ok, pues bienvenida, yo soy (vamos a llamarla) María Fernanda (no quiero dar nombres reales), pero puedes llamarme Mafer, acompáñame". Subimos por las mismas escaleras por que había subido Andrea, y llegamos a una pequeña sala al final de un largo pasillo. "Siéntate", me dijo señalándome una silla que estaba junto a una mesa, "¿Quieres algo de tomar?, Café, refresco, Agua...". "Agua está bien", le respondí. "Muy bien, ahora te la traigo", y se fue. Regreso al poco tiempo con agua en un jarra y un vaso y me dijo que espera un poco que ya vendrían a atenderme. Espere unos diez minutos, dando pequeños sorbos de agua, observando la sala en la que me encontraba, había fotos de muchachas, todas con una mujer de unos 45-50 años, cuando escuche que se acercaba alguien, venia hablando por teléfono, recuerdo que oí escuchar, "Que me alegra que te lo hayas pasado tan bien, ya sabes, estamos para servirte y complacerte siempre, estamos a tu disposición cuando quieras, te enviare el nuevo catálogo, un beso”. "Hola, buenas tardes", me dijo, con una voz fuerte. "Hola, buenas tardes", respondí apenas, mi corazón estaba a mil, mientras me paraba para saludar. "Eres Laura, ¿correcto?". "Si, soy Laura, mucho gusto", nos saludamos con los dos besos en la mejilla. "Bien, siéntate por favor, me presento, soy la Madame (vamos a llamarla) Rosa". "Mucho gusto Madame Rosa", dije mientras me sentaba. "Pero si quieres, puedes llamarme solo Madame... bien, ¿Qué edad tienes?". "19, y en un par de meses cumplo 20". "Ok, muy bien", me respondió, "no estés nerviosa, esto es solo para conocerte". Estuvimos hablando varios minutos, me preguntaba cosas de mi vida, que hacía, donde vivía, mi familia, y cosas así. Poco a poco me fui relajando y la conversación se hizo mas fluida, incluso llegamos a contarnos alguna que otra broma y nos reíamos. Pasaron los minutos hasta que me tomo de la mano y me dijo, "Muy bien Laura, me has caído muy bien, y creo que eres mas que apta para el trabajo, te contaré un poco, creo que Andrea ya te contó algo, ¿verdad?". "Eh... si, me comentó que era un servicio de acompañantes". "Correcto, pero no cualquiera", me dijo, "somos scorts que atendemos solo clientas exclusivas, de un nivel adquisitivo alto, damos un servicio exclusivo". "¿Pero solo mujeres?", pregunté. "Si, exclusivamente mujeres". ¿Y que tipo de servicios?", pregunte un poco ingenuamente. "Jajaja", rió... "pues sexuales, soy clara con mis posibles chicas, como tú, damos servicios sexuales, ¿cuáles?", se preguntó ella misma, "¡¡Pues todos!!", dijo fuertemente, "Lo que la clienta pida...". "¿Todos...?", dije con duda. "Si, todos", volvió a decir, "Te los describiré porque no me gusta que se diga que no soy honesta, pues todos, entre mujeres se puede hacer de todo, sexo oral, frotamientos, penetración con consoladores, con dedos, vaginal, anal... de todo". Me quede en silencio sin decir nada... "Y bien, que piensas", me dijo, "¿Crees que puedes?, yo creo que sí, tienes todas las características, eres muy guapa", me dijo mientras ponía su mano en mi mejilla, "Tienes un cuerpo muy sexy", su mano empezó a recorrer mi mejilla, bajo por uno de mis pechos hasta llegar a mi pierna, "y además eres muy agradable, en realidad lo tienes todo, creo que te iría muy bien aquí". "Y... bueno... ¿cuánto es lo que se gana?", pregunte. "Jajaja, siii, así me gusta, esa es la actitud Laura, pues se gana bien, depende de ti, de las clientas que logres hacer, nuestras citas son de mínimo una hora, no somos putas que trabajamos en la calle, que te follan y adiós, ¡¡¡nooo!!", dijo con voz contundente, "nosotras damos toda una experiencia... y esa experiencia cuesta, el valor mínimo de esa experiencia es 400 Euros, pero claro, una parte es para la empresa, vamos 60 40, 60 tu, 40 la empresa". "¿40 la empresa?", le dije con duda. "Si, 40, porque las clientas son nuestras, así como investigo a mis chicas, investigo a mis clientas, te vamos a dejar y traer de todas tus citas, y digamos, te brindamos seguridad que no te vas con cualquiera... por eso el 40 para la empresa". Hice cuentas rápido, era un poco mas de 200 para mi por una hora, era buen dinero. "Que piensas, te veo pensativa... ¿qué dices?", preguntó. Recuerdo que respiré profundo, cerré los ojos y le dije... "Vale, esta bien... acepto". "Pues muy bien", dijo aplaudiendo... "Bueno, si aceptas, antes de estar contratada, tienes que pasar la prueba...". "Si, eso me dijo Andrea, que hay una prueba... ¿de qué se trata?". "Pues mira, es sencilla, tienes que tener una cita de prueba... conmigo... yo misma califico a mis chicas". E ingenuamente, le pregunte, "¿Y cuándo sería esa prueba?. Ella miro su reloj y me dijo, "¿Cómo estás de tiempo ahora?, mientras ponía nuevamente su mano en mi pierna. "Si, tengo tiempo, solo que ya es algo tarde para regresar a mi piso". "Tu por eso no te preocupes Laura, que te llevamos a casa, entonces que... ¿hacemos la prueba?". "Está bien..." le respondí con más dudas que confianza. "Muy bien...", cogió su teléfono y llamó a Mafer que tras unos segundos llego a la sala rápidamente, "Dígame Madame", preguntó. "Le vamos hacer la prueba a Laura, por favor acompáñala a mi habitación". "Muy bien Madame", respondió Mafer, "por favor Laura, acompáñame", me dijo. Yo me levante de la silla y seguí a Mafer a una habitación cerca de la sala en la que me encontraba. Entramos a la habitación y Mafer dirigiéndose a mi, me dijo, "Bueno, ante que todo te quiero decir que estés tranquila, somos una empresa seria, si en cualquier momento te quieres ir, siéntete libre de hacerlo, nadie esta aquí a la fuerza, nuestro mayor compromiso es con la satisfacción de nuestras clientas, ¿vale?". "Muy bien", pude apenas responder mientras me sentaba en la cama. "Te diré lo que haremos hoy, como te dijo la Madame, te haremos una prueba, ¿traes otra ropa?", me pregunto. "Si, aquí en mi maletita la traigo". "Vale, pues cámbiate y ya vendrá la Madame", respondió. Mi corazón latía fuerte, estaba sudando y Mafer lo notó. "No estés tan nerviosa", me dijo, "solo déjate llevar, trata de complacerla, has todo lo que ella te diga, deja hacerte lo que ella te quiera hacer, relájate y disfruta... entendemos que es tu primera vez en una situación como esta, puedes cambiarte, ahí esta el baño y espera, estoy segura que lo harás muy bien", me dijo al final y salió de la habitación. Trate de calmarme, respiré profundo y me cambie, me quite los zapatos, la blusa, el pantalón y los doble, me puse las medias, mi falda de estampados, la cual doblé para que quedara más corta, y una blusa blanca, me dirigí al baño a darme un retoque de maquillaje y me senté en un sofá que había en la habitación a esperar, no puedo decir cuanto tiempo paso, pudieron ser 10 o 15 minutos, pero los sentí como horas, ya no sabia a donde mirar. La luz de la habitación era tenue, cuando de pronto se abrió la puerta. "¿Se puede?" me dijo la Madame muy amablemente. "Adelante", dije. "Hola de nuevo Laura", me dijo. Os la describo que no lo he hecho aún. Era una mujer madura, pero con un cuerpo muy bien conformado, iba vestida con una bata de seda rosa, que dejaba ver sus grandes pechos, un poco mas alta que yo (yo mido 1,65), pelo rubio, ojos claros y unos labios rojos hermosos. El traje que llevaba en la entrevista no dejaba de ver del todo lo bella mujer que era. Entró, cerró la puerta con cerrojo y se dirigió hacia mí. "Levántate, quiero verte mejor Laura... mmmm, chica joven y sexy, me gusta", mientras me tomó de la mano y me hizo dar una vuelta, "que rico hueles", me dijo acercándose a mi cuello y dándome un pequeño beso. "Andrea tenía razón, eres muy guapa Laura" y yo en ese momento pensé para mi, "eso seguro que se lo dirá a todas" jaja. "Gracias", le dije, "usted también es muy hermosa", le dije apenas susurrando. "Gracias Laura, pero relájate, no te va a pasar nada malo", dijo riendo, "ven aquí, quiero sentirte...". Se sentó en la cama, me jalo del brazo hacia ella y empezó a acariciarme, empezó recorriendo con sus manos desde mis pies, subiendo por todas mis piernas por debajo de mi falda, hasta llegar a mi culo, el cual apretó. "Mmm... un culo durito, así me gustan...". me dijo. Yo respire profundo, relájate me dije a mi misma, y déjate llevar y haz lo que creas que ella quiere, me dije para mi misma. "Que bueno que te guste", le dije, "son todas suyas para lo que quiera Madame...". "Mmm... así me gusta mi amor", me dijo. Se levantó de la cama, puso sus manos en mi cara y empezó a besarme. Sentí como su lengua empezaba a hacerse camino entre mis labios, hasta que venció la poca resistencia que puse, empecé a sentir como su lengua frotaba la mía, así que empecé a hacer lo mismo que ella. Puse mis manos en sus anchas caderas, y ella con una de sus manos, me cogió una de ellas y las llevo a su culo, mientras no dejaba de besarme. Estuvimos así un rato, besándonos y acariciándonos, cuando caminamos un poco y caímos sobre la cama, donde nuestras lenguas seguían acariciándose, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, y nuestras piernas empezaron a entrelazarse. Empecé realmente a excitarme, nunca creí que podría sentir eso con ella, pero estaba sucediendo y me deje llevar. Ya para ese punto, su bata estaba desatada y pude ver su cuerpo voluptuoso, apenas cubierto por un conjunto de encaje rosa que dejaba poco a la imaginación, mi ropa también estaba empezando a ceder, tenia la falda levantada y la blusa desabotonada. Estábamos así, besándonos y acariciándonos, como pude me quite la blusa, ella desabrocho mi sujetador, el cual salió con facilidad, mientras yo intentaba hacer lo mismo con el de ella, al quitárselo salieron esos enormes pechos, con una aureola enorme y unos pezones grandes. Instintivamente me dirigí hacia ellos y empecé a lamerlos, les daba pequeños besos y lengüetazos, ella sujetaba mi cabeza contra ellos, iba cambiando de teta, mientras con mi mano estimulaba la otra. "¿Has comido coño alguna vez?", me pregunto. "No", le dije con la cabeza mientras me quedé mirándola fijamente. (En verdad si, lo había echo solo un par de veces, pero en ese momento supe que si le decía que no, la pondría aun mas cachonda...). "¿Nooo?, pues hoy lo harás...", me dijo mientras esbozaba una sonrisa pícara. Se acostó boca arriba, se quitó el tanga y quedando totalmente desnuda y con las piernas abiertas me dijo... "vamos, hazlo". Y mirándola fijamente a los ojos mientras esbozaba una pequeña sonrisa y con voz sensual, le dije "Lo que usted diga madame...". "Mmm... así me gusta, que seas obediente...". Ella estaba abierta de piernas, frente a mi, tenía su coño depilado, con los labios un poco oscuros y grandes, me acerqué a ella y empecé a pasar mi lengua por él. "Así, así, vas bien", me decía, "Pasa la lengua, así Laura, asíii aahhh siii, asiii, sigue...". Yo pasaba mi lengua como me gustaría que a mi me lo hicieran, succionaba un poco, buscaba su clítoris con mi lengua, ella gemía y se notaba que disfrutaba. Instintivamente empecé a meter un dedo mientras seguía lamiendo, luego dos y empecé un mete saca de mis dedos. "Siiii, asíii aahh no pares...". Después de un rato de estar así, me separó, y se dio vuelta, quedando en cuatro, dejándome su hermoso, redondo y gran culo frente a mí, ella se abrió las nalgas con sus manos. "Vamos mi amor, chúpamelo todo...". Yo me quede quieta un momento, sin saber bien que hacer, "vamooosss, chúpame el culo, no me escuchasteeee", me grito. Reaccione y me acerque a su ano, empecé a pasar mi lengua, primero con un poco de asco la verdad, ella seguía gritando que se lo chupara, empecé a pasar mi lengua de arriba abajo, de abajo a arriba, y volví a introducir mis dedos en su vagina. Verla como se movía, oírla gemir y gritar, realmente me tenia excitada. "Ahh si mi amor, asii, dame más, no pares, aahahhh", gritaba y se aferraba a las sabanas. Yo seguía en mi faena, me excitaba verla disfrutar, estaba toda mojada, cuando ella empezó a contonearse, a gritar y explotó en una fuente de flujos que cayeron por mis dedos y mano. Ella cayó rendida y yo igual, nos quedamos calladas por un rato, luego se acercó a mí, empezó a lamerme los dedos y a besarme. "Que bien los haces Laura, estuvo muy bien". "Gracias Madame", le dije, "yo también lo disfruté mucho". Nos seguimos acariciando y besando un rato, yo creí que ya era todo. "Estuvo muy bien", le dije, "fue más fácil de lo que creí". "Pero que dices, aun no hemos terminado", me dijo, "quiero probarte más...". Me acostó boca arriba en la cama, empezó a lamerme los pechos, los acariciaba, lamía y mordía. Siguió bajando, paso por mi abdomen hasta llegar a mi coño, me quito el tanga, lo olió, se lo pasó por el cuerpo, luego se la restregó por su coño, y me lo tiro en la cara. "Bueno, bueno... vamos a probar este coñito rosadito a ver que tal está...", me dijo. Empezó a pasar su lengua por mi coño, la metía entre mis labios vaginales, era la primera vez en hacia bastantes meses que nadie me lo comía. "Aahh, siii, así Madame, asii", gritaba yo. "Sii mi zorrita, asiii, ¿te gusta eh?, eres una buena perrita...", me decía con la voz entrecortada mientras me lo chupaba todo. "Siii, no pares". Se levanto, en una de estas y tras una intensa y placentera comida, se levanto de la cama y se dirigió al armario, y saco una caja, en ella tenían varios consoladores de diferentes formas y tamaños, tomo uno de unos 15 cm, lo estuvo chupando y escupiéndole para lubricarlo, se acercó a mi vagina nuevamente y lo empezó a meter. "Aahh", grite dando un pequeño salto instintivo". "Vamos mi zorrita, estate quieta, tranquila". Empezó el mete saca mientras seguía lamiéndome el clítoris, el placer que estaba sintiendo era indescriptible, no se cuanto estuvimos así, hasta que empecé a sentir que iba a explotar. "¡¡Me vengo Madame, me vengo!!!", gritaba. "Si mi amor, dámelo todo mi zorrita, sii", me decía ella mientras seguía con el mete saca. De pronto exploté como nunca, creo que moje todas las sabanas y quede rendida en la cama. Reaccione a los minutos, la Madame estaba acostada a la par mía acariciándome, yo apenas estaba volviendo en sí. "Que... dime... ¿te ha gustado?, me pregunto. "Si, estuvo delicioso" le dije, mientras le daba un beso. "Y... yo... ¿como estuve Madame?", le pregunte. "Has estado muy bien Laura, muy muy bien". "Entonces... ¿he superado la prueba?", Pregunte. "Jajaja", rió, "pues claro Laura claro, ven vamos a limpiarnos". Nos dirigimos a la ducha, nos bañamos juntas, nos besamos mucho, por todos lados de nuevo, luego nos secamos y empezamos a vestirnos. Y mientras nos vestíamos vi que el tanga que yo llevaba, estaba empapado, y le dije a la Madame, "Tengo un problema, no traigo mas ropa interior y esta empapado". "Jaja, te tendrás que ir sin nada debajo", me dijo. "Primera lección, siempre llevar en el bolso un tanga extra", me dijo riendo. Eran ya alrededor de las 11 de la noche, me vestí, y bajamos a la sala. "Llamaré a Billy, el te llevara a tu casa, es nuestro piloto de confianza, nos lleva y trae siempre", me dijo. "De acuerdo", le dije, "y ahora que sigue", le pregunté. "Pues nada Laura, que estas dentro, prueba superada", me dijo mientras me daba otro beso, "Ven mañana, te tomaré algunas fotos para el catálogo y sé que lo harás muy bien". Estuvimos hablando un rato y cuando apareció Billy, un chico muy guapo, pero obviamente gay, que era su chofer de confianza, me llevo a mi piso. Apenas entre al piso, medio salude a mi compañera de piso y me dirigí a mi cuarto a dormir, caí rendida. Al otro día, alrededor de las 6 de la tarde, Billy vino a por mí y nos dirigimos nuevamente a la casa. Cuando llegamos estaba Andrea y otras chicas, me recibió nuevamente Mafer. Mafer me llevo a un salón, tenia un par de cambios de ropa, una era lencería, la otra una minifalda y un top y me tomo unas fotos. Al terminar salimos y me explico como funcionaba todo, las tarifas, los horarios y todo. "Bienvenida al equipo Laura, esperemos pronto tengas tu primera clienta", me dijo y me despedí. Y así se inició esta aventura que duro casi dos años. En los próximos días contare como fue mi primera clienta y algunas de las citas mas interesantes. Si has llegado hasta aquí, gracias por leerme. Nos vemos en la próxima.