Estaba viviendo solo en una ciudad a la que me había mudado recientemente. Me separé de mi esposa por lo que estaba viviendo solo.

Mi hermana de 18 años, guapísima, morena flaca, de pocas tetas pero de unas nalgas increíbles. Nosotros hemos tenido mucha confianza desde niños.

Ya habíamos tenido besos desde que éramos niños pero no había pasado nada más allá de eso.

Una ocasión que ella estaba de vacaciones me dijo que me iba a ir a visitar. Yo estaba muy feliz por eso y como tenía tiempo que no nos veíamos pues estaba muy nervioso.

Llegó la fecha y fui a recogerla al ADO muy temprano y nos fuimos a mi departamento.

La consentida desde que llegó. La invité a desayunar y a dar la vuelta por la ciudad, le compré un perfume que tanto le gusta y ropa.

En la noche decidimos tomarnos unas cervezas por el momento de felicidad que estábamos viviendo.

Mi hermana siempre ha sido muy sensual y en ese tiempo usaba muchos vestidos pegados y es amante. De usar tangas.

Ya estábamos algo tomados y ella quería ir a visitar a su novio que estaba en otra ciudad algo retirado.

Le dije que si la llevaría pero primero quería que nos divirtiéramos y la pasáramos súper bien.

Ya pasada la media noche me dijo que nos fuéramos a dormir y me dijo que le ayudará a desvestirse.

La acosté en la cama y le quite los zapatos, ella tenía un pantalón y blusa por lo que comencé a quitarle la blusa y también le quite el sostén, para que estuviera cómoda, luego desabroché su pantalón y se lo quité, ví que solo estaba con una tanga hermosa de color blanco y decidí también quitarle la tanga y la acosté completamente en la cama, posteriormente la tapé con mi sábana porque además dormiríamos en la misma cama. Yo mientras fui a bañarme y a lavarme los dientes. Cuando llegué a la cama, como de costumbre yo duermo desnudo por comodidad. Me acosté a lado de ella y la jalé hacia mi para abrazarla y ella empezó a besarme. A los pocos segundos escuché que venía y eso me hizo calentarme al 100 y bajé mi mano para tocarla y estaba súper mojada. Me encanta el oral y baje para tragarme sus jugos. Mi sorpresa fue que ella me sorprendió haciéndome un 69. Me hizo el oral más rico que he sentido en mi vida. Era virgen y tuvimos sexo sin condón. Me pidió que no me viniera dentro de ella así que me vine en su cara. Al día siguiente no nos hablamos por algún rato porque ambos amanecimos desnudos en la cama y teníamos algo de pena por lo sucedido. Pero para mí fue una de las mejores experiencias de mi vida.