Guía Cereza
por: luca2014 Publicado hace 4 días Categoría: Hetero: Infidelidad 319 Vistas
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Salimos a las 10 pm del Pub de la zona rosa, en medio de la decepción de la derrota de Colombia frente a Argentina. Esta vez cogimos un taxi, que nos llevó al Hotel Boutique Quinta Camacho, donde alquilamos una habitación doble y otra personal, para no levantar sospechas.


No alcanzamos en el trayecto comentarle a José Antonio todo lo conversado entre Tatiana y Yo, y el porqué de esa invitación, pero su intuición le decía que habría algún tipo de aceptación como para explorar un intercambio afectivo entre los tres.

 José Antonio había ido con un jean roto en la rodilla, bien ajustado, que exponía toda su simetría varonil, una camiseta muy delgada, con brillos, y chaqueta de cuero color café. Note que estaba algo acomplejado, por el tipo de ambiente del sitio a donde decidimos ir. Tanto Tatiana como Yo lo notamos, y ayudamos a que elevara su autoestima. En verdad todo trascurrió con absoluta normalidad y discreción.


Antes de subir a las habitaciones, ordene al chico de recepción un servicio a la habitación de coctel de frutas, entremés y una botella de vino tinto.

Apenas nos instalamos, fui a buscar a José Antonio a su habitación, que quedaba al otro lado del pasillo, mientras Tamara se acomodaba en la habitación principal. Aproveche para actualizarlo en dos minutos de lo acontecido, y darle confianza de que todo estaría bien, y que lo importante era que Tamara, de manera sorpresiva, había tomado la iniciativa. Me dio un beso, fugaz, y me dijo que confiaba en mí, que yo llevara la iniciativa, porque a el le gustaba tanto Tamara como Yo, y nunca había experimentado una situación si, que por separados lo disfruto al máximo, y se vería que hacer, y me acaro que él era bisex, pero activo. Antes de salir para encontrarnos con Tamara, me le acerque a su cuello, y le pregunte que perfume era ese, y me dijo de manera ingenua que no recordaba su nombre, pero que Tamara se lo había regalado hacia un tiempo, confirmando que ella también tenia sus secretos conmigo.  


Casi al entrar, tocaron a la puerta, con el servicio solicitado. El chico, que no era el mismo de recepción, muy cortes se brindó  a que cualquier otra solicitud, a la orden, era solo marcar, que estaría toda la noche hasta las 6 am. Me dio la impresión de que le había llamado la atención el estar los tres allí, pero me anticipe a comentar que éramos amigos y estábamos de celebración. Cuando quedamos solos, Tamara dijo aprovechar para darse una ducha caliente. Y que empezáramos a comer…. lo que habían llevado.


Descorche el vino tinto, para servir en los vasos, mientras José ponía la TV, con un canal de música, y se sentaba en la esquina de la cama. Al acercarme, brindamos por la salud, y también me senté a su lado. El adonis se paró y comenzó a desabotonarme la camisa, mientras acariciaba mi pecho, reafirmándome que él me gustaba, que era la persona que invadía cada noche mis reprimidos sueños. Aquellos segundos fueron como un flashback en mi memoria y me remonté al pasado, precisamente al día en que lo conocí. Me cogió la mano y la llevo a su bulto, ya marcado y angustiado por la desesperación de estar oprimido en ese jean. No alcance a desabotonarlo, porque en se momento salía la afrodita, apenas con una toalla cubriendo sus senos, y desnuda hacia abajo, con el mínimo bello pubis que adornaba su escultural cuerpo.


Con desenfado, nos miro y dijo, seré de los dos, quiero que disfrutemos sin tapujos, sin cuestionar nada. Y caía la toalla para mostrase como vino al mundo. Dame un vaso con vino, y brindemos con la expresión “lo que pasa en Las vegas, se queda en Las Vegas”. Prometámonos absoluta discreción y verdadera amistad. Se alzaron en simultaneo los tres vasos y las dos vergas.


Quiero que lo primero que hagamos sea mamarle las verga juntas, sentirlas mías, y que sea mi boca la que una esa dos vergotas de mis machos preferidos. Parados cual dos estatuas romanas, con los pantalones y bóxer sobre los zapatos, nos apretamos cual plata de los Andes, para facilitar que Tamara pudiera ponerse en cuchillas, como ella quería, y llevarse los dos trozos de carne magra a su palpitante boca, que aun conservaba un poco de vino, que lubricaba las cabezas esbeltas, la blanca y la morena. Estuvo varios minutos succionando, a veces ambas, a veces turnándoselas, y en alguna ocasión frotándose el coño con un dedo, que ya comenzaba a humedecerse por el voltaje. No desaprovecho José para pasarme su brazo varonil por mi espalda y bajar a mis nalgas, que temblaban levemente cual conejo atrapado por un podenco. No lo dije allí, pero hoy lo digo, que esa magia de que me estuviera mamando la verga mi hembra, y acariciando mis nalgas mi macho, fue equivalente, supongo, a las peores de las trabas de los mariguanos, un éxtasis de placer, que la vida me regalaba.


Nos acabamos de desnudar, pensando en ducharnos cada uno, pero nos dijo que ahora no, que quería oler, saborear, el sudor de sus dos machos. Nos fuimos los tres a la cama, yo baje a su húmedo pozo, mientras el, parado, se dejaba mamar plácidamente, hasta que cambiamos.

Quiso que ambos en simultaneo les diéramos lenga en su vagina y su culo. Fue difícil, pero se hizo magia, a tal punto que estallo de delirio, que tuvimos que acallar para no incomodar en el hotel.


Eligio primero a José para que la penetrara, considerando su descomunal falo, y con su juventud, era fácil la afluencia de sangre que permite que al terminar la copula, la erección permanece más allá de sus propios fines, convidando a veces a una masturbación. Asumimos una pose, sugerida por ella, en que estaba yo acostado dándole lengua a su vulva, mientras era penetrada por José, pero esa postura permitía el doble propósito inducido de que mi lengua no solo diera placer a ella sino que se alcanzaba a poder dar lengua a los testículos y pene de el,  al entrar y salir de sus entrañas. Esa sospecha de que ella quería ir relajando el ambiente se confirmó, cuando de inmediato me dijo que sin pena le mamara la verga a él, y saboreara el fluido de su coño, mezclado con el de su verga, que era también mío.


Mientras fue por más vino, para los tres, nos dejo disfrutar de ese momento de placer mutuo, que parecía estar degustando un helado de chocolate. Se regreso con el vino, tomo un sorbo y mientras estaba mamándole el prepucio tipo hongo gigante, se puso por detrás de mí y me abrió las nalgas y trato de darme lengua, por primera vez, en mi cerrado circulo de cobre, que se resistía a las embestidas de su morbosa lengua. Me llego el turno de penetrarla, ella con las piernas levantadas tipo pollo asado, mientras que José fue por vino, y a lavarse su verga.


Yo concentrado en darle y darnos placer, hasta que al regreso, José se puso por detrás de mi , y se  abalanzó sobre mí,  su miembro acariciaba mis nalgas, subiendo y bajando la intensidad. Intente protestar, por dignidad y por malestar, pero Tamara fue quien replico, déjate llevar, se siente rico que me penetres y que el juegue contigo. Era un sándwiches saltarín, entre mi hembra y mi macho. Alcanzo a bordearme mi circulo de cobre con su exuberante cabeza, que era mucho mayor en diámetro, y me molestaba, aunque el dijera como consuelo, la frase de cajón, la puntica nada más. Esos roces me excitaban más, que me llevo a derramar el litro de leche entera de alquería, y de manera inmediata el ocupo mi lugar, batiendo mi fluido con el fluido uterino de ella, que estallaba en placer. Era un acto simbólico que los tres fluidos coincidirán en ella, cual pacto de complicidad.


Yo fui a ducharme mientras se consumaba la embestida de José, que tardo un rato. No había terminado de ducharme cuando llego el, con el chimbo erecto y embarrado. Me miro y dijo, es tuyo, saborearlo si lo deseas. Entro a la ducha, y baje a saborear lo que desde ya era un trofeo compartido.


La noche fue más larga…(continuara)

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🍒 Pregunta Cereza

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  • hace 4 días
    La lectura se hace entretenida excitante imaginar el momento la adrenalina a 100 los alcoholes la complicidades y sobre todo disfrutar el placer de la dama que busca placer de dos falos efectos pasa su disfrute con el plus de sentir el doble placer de penetrar y ser penetrado. Estoy atento al siguiente relato. Saludos.
    • hace 4 días
      Gracias. Intento reproducir el momento, con la difícil tarea de evidenciar en lo posible las emociones. Recuerda que esa historia tiene tres años, y dos de no vernos, por estar en paises diferentes. No perdemos la esperanza. Te recomiendo, en ese contexto escuchar esa cancion: Historia de un Amor | Gaby Moreno | Total Environment Music Foundation

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