Guía Cereza
por: luca2014 Publicado hace 3 días Categoría: Hetero: Infidelidad 162 Vistas
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Fui el primero en abrir los ojos, en esa cama King en que amanecimos los tres. La denudes de Tamara, José Antonio y mía se ocultaba en las cobijas. El roto de mi ombligo le daba a la espalda de José, mientras sus brazos cubrían los pechos de la diosa.

Increíblemente eran las 8.20 am, y entraban destellos de un sol de domingo Bogotano, de esas comunes mañanas frías pero soleadas.

De la manera más sigilosa posible, me levante a orinar, y ducharme. Treinta minutos tardé en disfrutar de la bañera con espumas, que no siempre tenia esa oportunidad. Al salir con la toalla envuelta en mi cintura, mire hacia la cama, y parecía una casa de campaña, con dos cuerpos debajo resguardándose del frio, con el calor de leña encendida. Se sentía sonrisa, complicidad, disfrute.

Dando unas palmadas, dije: ¡!! Hey ¡!! que pasa? De inmediato ambos destaparon las cobijas, con unas carcajadas, expresando el momento de felicidad, e invitando a que me incorporara de nuevo con ellos. Queee? Sigan acostados que mejor bajo a averiguar por el desayuno.

Buenos días, dijo con amable sonrisa la chica que estaba en recepción. E inmediatamente me oriento sobre el desayuno, tipo mesa buffet. Hable con el chico del restaurante, y le pedí que si podía llevar el desayuno de tres huésped a la habitación 302, que accedió a ofrecer el servicio, y tardaría unos  minutos. De manera discreta le pregunte si había cerca algún comercio abierto, y me indico un recién DolarCity, que permitió comprar algunas cosas de aseo, chocolatinas, tres camisetas, una de dama y dos de hombres. No tarde mas que 15 mtos, y me regrese.

Al subir, ya estaba el chico del restaurante con su carrito de room service, con exuberante desayuno con frutas, jugos, huevos, tostadas, tinto. Abri la puerta, y le invite a entrar. Gracias que no estaban Tamara y José Antonio en la cama, aunque se sentía un leve ruido del disfrute sexual que provenía del baño. El chico, serio, pero sonrojado, alcanzo a darme una mirada ingenua que pedía explicarse que estaba aconteciendo. Nos miramos, convencidos que ambos sabíamos, pero no paso mas que eso. Cerré la puerta.

Llegue… dije en voz alta. O no escucharon o no me hicieron caso. Tuve que ir al baño. Me regrese a buscar una butaca, para disfrutar, no los videos porno de Xvideos, muchas veces sobreactuados, sino la tremenda culeada que José le estaba dando a Tamara. La embestía cual potro salvaje, con una habilidad especial para enterrar su verga, tanto en la cuca como en su culo, que la hacía gemir, bajo el agua que caía de la bañera.  Ese movimiento simultaneo de verga y nalgas de José, sus tatuajes en el torso y brazo, invitó a desnudarme, y empezar a manosear mi verga, que subía como merengue batido. Ellos seguían y me miraban con placer, como un aliciente para comerse con más ganas.

Fui y busque mi celular, y active la cámara de video, para perpetuar ese momento mágico. Nunca lo había hecho, y hoy agradezco tener ese recuerdo, solo compartido con ella.

José, sin mediar palabras, salió de la bañera, y se arrodillo a mamar mi verga, como nunca alguien lo había realizado. Después supe que fue ella quien le dijo me lo hiciera, que me lo merecía. Le puse las manos en su cabeza, de pelo corto cobrizo, y esa boca danzaba en mi verga mis huevos, con deleite real. Tuve que contenerme para ni derramarme dentro de su garganta. Se la saque y el se paro y fue mi turno de placer. Ya no recuerdo como fue, si me dijiste o te dije, que importa, solo recuerdo que lo nuestro fue una locura. Tamara se quedo en la intimidad de una ducha caliente, mientras que José em cogió, fuerte, por un brazo, y me llevo a la cama.

Me fue indicando, acuéstate boca arriba, y me cogió las piernas, las subió en sus hombros y empezó a meter su lengua, que se sentía como un cucharon para servir frijoles. Su saliva abundante me dilato mi anillo de cobre, y me erizaba todo, empezó a simultanear mamadas en mi verga y mi culo. No es fácil describir esa sensación, más viniendo de un hombre masculino como yo. ¿Te penetro? Me pregunto, le dije titubeante que me dolería, que me daba pena con Tamara. Me seguía preguntando ¿quieres o no? Si, pero no se. Eso due para ambos una sola respuesta. SI. Le dije que era mi primera vez, me prometió: la puntica no más…. y unos segundos después parecía una máquina de coser. Mis gemimos fueron aplacados con los besos de Tamara, y la seguridad de su cómplice consentimiento. Una inexplicable sensación de dolor y placer. No fue arrogante, no era demostración de virilidad, humillación, sino verdadera entrega de ambos. Aun parolo, la saco de mis entrañas, y me dio un beso que casi llega hasta el lunes. Le dijo a Tamara: cuida a este hombre, es muy especial, como tú.

De vuelta a la ducha, esta vez mas rápida, igual que José.

Desayunamos, por segunda vez.

Ya pasada la 1pm, ya dispuestos a irnos del hotel, Tamara nos dijo:

Lucas, despertaste nueva vida en mí, para ser faro de mi querer, y hoy me tienes medio loca al alumbrar mi ilusión. Espontáneamente acercamos nuestros corazones desde hace más de cuatro años. Te quiero más que a mí.  Y quisiera que esta nueva experiencia no genere desconfianza y problemas en nuestra relación, basada en la decisión que ambos tomamos de una relación abierta, pero responsable, al incluir a José Antonio en nuestra relación. Sabemos todos que me gusta José, pero también les digo que no te dejaría por nadie. Al verte a ti, siento en mi alma la alegría de saber que mis besos son parte de tu vida.

Y tú, José Antonio, eres una sensación que desnuda mi corazón, ternura de azar, eres la belleza echa hombre, tus ojos no dejan de brillar. Eres amante, amigo. Agradezco haberte conocido, y que hagamos los tres una amistad cómplice, que solo sepamos nosotros. Alla afuera, solo amigos. Dame un beso, que esta boca desespera.

Hoy la vida me ha ofrecido una lejana fantasía, y tenerlos a los dos, y haber roto los prejuicios. Lucas, no tienes que avergonzarte en que por primera vez disfrutes una verga, que cual mejor que la misma que me da placer. Eso no te aminora tu hombría, y a mi me produce placer disfrutarnos en simultaneo.

El tímido golpe, con los nudillos de los dedos, del chico del hotel, no recordaba que ya esa aventura de hoy había acabado y habría que entregar la(s) habitación(es). Abrí, y el chico nos miro a los tres, con cierta picardía: le dije que lo acompañaba a entregar la otra habitación, que estaba tal y como la había entregado el día anterior, que por si explicaba sin palabras lo acontecido. El chico sonriente, trago saliva. Con voz baja, agradeció la estadía, e invitación a volver cuando lo desearan. Por cortesía le di 50 mil de propina, que no quería aceptar, pero lo convencí de que era merecedor de esa pequeña contribución.

Al salir, solo escribo una palabra en el libro de registro del hotel: Felices los tres.  (continuara)

 

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🍒 Pregunta Cereza

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  • hace 3 días
    Una experiencia fenomenal. Una fantasía que algun día sueño cumplir.
    • hace 3 días
      Muchas gracias por tus palabras. La verdad, esta experiencia nunca fue ni por mucho imaginada. Pero la vida puso en nuestros caminos esa posibilidad, y créeme que la disfrutamos. No agregue nada fantasioso, mas bien quedaron cosas por relatar lero que no alcanzo a explicar con palabras. Te deseo suerte y hagas realidad esa fantasía.
  • hace 3 días
    Ufff que rico de verdad disfrutas esto tanto como yo

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