
Compartir en:
Esta mañana fui a su apartamento, habíamos discutido y sólo estaba allí para cumplir con prestarle algo que necesitaba para viajar.
Tenía clase ese día, así que acepté un café mientras me conectaba y el profesor tomaba la asistencia para comenzar la clase.
Mientras estás triviales cosas sucedían no podía evitar sentir su olor, siempre tiene un aroma muy masculino que combina bien con su presencia, me gusta que es muy grande y que en sus brazos son diminuta. En eso pensaba mientras me hacía la indiferente y miraba de reojo que llevaba sólo una pantalonera, quizás sin nada por debajo.
Su mano rozó la mía cuando me entregó el café, miró mis sandalias, sé que le encantan mis pies, se quedó viéndome y yo también lo hice, le dije que lo odiaba y que pronto me iría todavía más lejos para no tener que verlo.
Me agarró de la muñeca y me dijo que eso sería después, pero que ahora estaba allí y había decidido venir y que él sabía para qué.
Con su otra mano tomó la taza y la puso sobre la mesa, me jaló hacia él y me abrazó, no me resistí... solo dejé que me abarcara, que me oliera el cabello y el cuello, que me dijera cosas al oido, que metiera su mano entre mis cabellos y me tirara mientras me besaba la boca y el cuello.
Me agarró de las nalgas y me llevó a la cama, yo usaba un vestido largo y ancho, con tirantes que se caían constantemente.
Se sentó en la cama conmigo y se bajó la pantaloneta confirmando lo que ya intuía.
Él lidiaba con mi vestido desesperadamente, sus manos buscaban mi cuerpo entre tanta tela mientras besaba mi pecho que se entregaba fácilmente a su boca.
¿Ya les he dicho que me acaricia la vagina mejor que yo misma? Pues sí. Cuando sus dedos me tocan, yo quiero reventar de placer.
Ahora separa los pliegues de mi vagina y me toca mientras me dice que jamás entenderá como puedo estar tan húmeda desde el comienzo (él no sabe que mi mente viaja en el tiempo y ya se ha imaginado todo lo que sentiré en unos minutos).
No puedo esperar, corro mi tanga y me monto en su pene, él emite un gemido, respira profundo, pone sus manos sobre la cama y yo me aferro a su cuello y comienzo a moverme.
Se recuesta y aprovecho para apoyar mis manos sobre su pecho mientras dejo que mi vestido cubra sus piernas y que se caiga de mi hombro para dejar al descubierto mis senos, me dice que soy la mujer más sensual y descarada, así que para hacer honor a ese título, me pongo en cuclillas y me muevo con un buen ritmo, hasta que me agarra de las caderas, me pega a su cuerpo y me pide que me detenga...
¿Me detengo?