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Hoy les traigo una historia diferente a las anteriores, hasta ahora solo se subido relatos de tríos pero esta vez la haré de una orgía HHHM, y agregaría a su esposo pero lo dejamos apartado viendo y grabando todo.
Entonces era un fin de semana y me encontraba con un amigo jugando al FIFA, a este primer amigo lo llamaré Juan, pasadas las horas nos escribe otro amigo en común que lleva mucho tiempo en estos asuntos swinger, a este amigo lo llamaré Pedro, y nos dice que nos tiene la última, un esposo que quiere que su esposa sea follada por tres hombres, no sabemos cómo el consigue ese contacto pero la cosa es que lo consiguió y nos apuntamos, cuadramos todo y el mayor problema es que quedaban en una vereda de la ciudad de Medellín, está vereda siempre se encuentra lejos de la ciudad, impresionante que Pedro se encontraba ese día de pura casualidad en esa vereda, pero Juan y yo no. Con todo organizado, Juan y yo decidimos dividir labores, yo iba a poner la gasolina para el vehículo y el iba a poner los condones y la cerveza y lo que haga falta.
Acudimos a la casa-finca en la vereda, una casa que la estaban remodelando para ese momento, nos encontramos con Pedro y con la pareja de esposos, la esposa nos saluda a Juan y a mi de beso en la boca y el esposo de un apretón de manos, total que ya sabíamos a que iba el asunto. Nos quedamos un rato conversando y haciendo ambiente tomando cerveza, menos yo pues era el conductor elegido, y ahí íbamos hablando de todo, le permitimos más a la esposa a que hablara de sus gustos y de sus cosas, como para ir conociendo que le gusta. A los tres nos sorprendió que eran una pareja que llevaban más de 15 años en estos temas, pues Pedro que era el que más tiempo llevaba de nosotros a duras penas llevaba apenas 2 años, todos los tres nos miramos con cara de impresión y con alguna sensación de que debíamos estar a la altura de sus espectativas, los cuales suponíamos que eran altas. Previamente conocimos fotos de ella desnuda, sin dar detalles sólo diré 10/10 y una absoluta delicia.
Un momento en la noche llega el esposo y dice bueno muchachos a lo que vinimos, entonces vamos a un cuarto de la casa (especialmente pequeño para ser sinceros, a duras penas cabía la cama doble, un armario y una repisa con el TV), la esposa se va quitando la bata que lleva y deja ver su lencería, una de color rojo, y nos dice una condición: "no venirse en su cara o cabeza" porque ese día se había realizado un planchado en el cabello, cosa que aceptamos pues no queríamos arruinar el ambiente.
Antes de empezar el esposo pregunta si podía grabar que es algo que a él le gusta, cosa que dijimos que si, y empezamos a besar a la esposa en todo el cuello, en toda la cara, en toda la boca, a manosearla y más, todo mientras su esposo veía y grababa, ella era siguiendo el juego, el ambiente y dejando que nosotros hagamos todo lo que quisiéramos. Nos quitaba los boxer para chupar el pene de cada uno, nos tocaba todo y nos besaba con mucha pasión, demasiado complaciente para ser sinceros.
Procedimos a quitarle la lencería y casi que nos dividimos el trabajo como si fuéramos expertos, Juan le hacía oral, yo le chupaba todas las tetas que tenía, que por cierto estaban operadas, y Pedro besaba sus labios, al rato hacíamos cambios en esas posiciones, pasado el tiempo y las posiciones procedimos a penetrarla, empezamos suave con posiciones como el perrito o el 69, y pasamos también a la doble penetración con oral incluido, en pocas palabras, aprovechamos todos y cada uno de sus huecos.
Llevada más o menos la hora ella decide que quiere descansar, así que ella solo se pone su bata y salimos otra vez al patio, a seguir charlando y a respirar un momento, la esposa estaba encantada. Sin más dilación en el descanso volvimos a la acción, en donde continuamos con todas las posiciones y todos sus huecos, dándole vaginal, anal y oral al mismo tiempo, una absoluta delicia.
Cuando ya se nos acabó todo el tiempo y todo el asunto procedimos a venirnos con ella, recordando su condición inicial, mi amigo Juan decidió venirse en sus tetas, mi amigo Pedro decidió venirse en su ano, y yo decidí venirme dentro de su vagina. Como esto curioso, cuando Juan se vino tuvo tan buena puntería que hizo que cayera una gota de su semen sobre el pie izquierdo de Pedro, un pequeño momento gracioso.
Con la esposa llena de semen, procede a darnos un beso a cada uno para irse después al baño, el esposo se despide de nosotros todo feliz, humillado y sumiso, y nosotros tres procedimos a regresar a Medellín.