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En una noche siendo aproximadamente la 1 de la madrugada me encontraba con mi mejor amiga en la calle caminando, no se asusten, pues era en un contexto de día de farra y salíamos de una aburrida discoteca, por las calles de la 33 en Medellín.
Es ese día ella llevaba el vestido más sexy que e visto que ella tiene, y sin saber ella guardaba un pequeño secreto debajo de aquel vestido.
Algo prendos por el alcohol, pero la verdad no tanto, acudimos al Farmatodo a buscar gaseosa y mecato, en ese punto de la noche hacia más aburrimiento, hambre y sed que ganas de farrear. En el Farmatodo ella me dice que si nos vamos a la casa de ella que está aburrida, cosa que acepte, afortunadamente era algo cerca de allí. En su casa ella se queda sin su vestido y el gran secreto que tenía era una muy hermosa lencería que me prendía mucho, mi pequeño fetiche son las lencerías, considero que no hay nada más sexy que ver a una hermosa mujer con una buena lencería.
Ella sin más solo me dice ven y masturbame méteme ya tus dedos, algo que me cogió un poco de sorpresa, así que procedí a meterle los dedos, lo curioso es que ella hacía que dividiera mi mano entre dos dedos y dos dedos, un par en su vagina y el otro par en su ano, así que seguí y seguí haciéndolo a un ritmo que ella la calentaba y le prendía.
Cuando ella ya estaba suficientemente mojada y caliente, me tira a la cama, me saca el fierro, se monta encima y se acomoda, poniendo su culo sobre mi verga para primero darle vaginal, el cual duro por relativamente poco tiempo, para que ella prosiguiera a levantarse y ponerlo en su otro agujero, es decir su ano.
Con mi pene en su ano ella solo saltaba y saltaba y saltaba y saltaba, yo dejé que ella fuera a su ritmo, pues ella lo hacía moviéndose muy rico y muy sexy, dejando que mi pene roce todas sus paredes anales, y así seguimos por un largo rato... Ella llegó un punto al que ya estaba más cansada que caliente así que me exigió que me viniera adentro de su ano, cosa que ella forzó con ciertos movimientos e hiciera que me viniera adentro de su ano, ella prosiguió a acomodarse su lencería, y sin ponerse pijama ni nada se tiró a dormir, totalmente llena de semen.
Por mi lado, fui al baño para después a dormir junto a ella.