Guía Cereza

Pasando el puente festivo culiando en una cabaña con un daddy activo casado

Publicado hace 3 semanas Categoría: Gay 3K Vistas
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Hola a todos, soy Leo nuevamente con otra historia. En esta ocasión les traigo una historia recién salida del horno que ocurrió hace un par de días.

Como saben, esta semana tuvimos un lunes festivo, por lo que un daddy maduro y yo decidimos hacer un pequeño viaje para estar juntos.

Tengo 30 años, soy pasivo en ocasiones sumiso, y en otras dominante, mido 1.82 mts, 75kg, contextura atlética, trigueño, barbado, cabello corto, velludo, buen culo y verga enjaulada en castidad. En mi época de activo y versátil (hace ya muchos años me medía 17-18cm), pero desde hace un par de años acepté mi rol como pasivo y no tengo necesidad alguna de usar el pene. Mi principal órgano sexual es el culo.

El daddy tiene 55 años, de piel blanca, 1.85 metros de altura, unos 90 kilos, con un cuerpo robusto y pancita cubierto de pelo, con cabello corto y sin signos de calvicie. Es un hombre tipo oso, con barba y pelos por todas partes (justo como me gusta), con 17 cm de dotación y bastante gruesa, parece un salchichón cervecero jaja. Es un hombre muy agradable, ingeniero de petróleos de profesión, de rol 100% activo con gustos particulares, casado con una esposa y dos hijos varones de 24 y 28 años.

La historia comenzó el miércoles de la semana pasada, cuando me escribió al WhatsApp, debo aclarar que ya nos conocíamos pues habíamos cogido un par de veces en moteles cuando se escapaba de su esposa. Me habló como siempre lo hacía, con un saludo cordial seguido de una obscenidad muy bien recibida. Tras la charla me comentó que su esposa tenía pensado ir a visitar a su familia que vive en un municipio a unas 5 o 6 horas de distancia en compañía de él y de su hijo menor, sin embargo, éste encontró la forma de zafarse de ese viaje alegando que tendría que trabajar e ir hasta Barranca para revisar un par de cosas. Por lo que al final su esposa se iría solo con su hijo mayor a aquel pueblito. Y por si se lo preguntan, su hijo mayor vive, trabaja y estudia en otra ciudad, por lo que el daddy maduro estaría solo todo el fin de semana. Obviamente lo de que tenía que trabajar era un mentira. Así que tras contarme toda esa historia, me preguntó si estaba disponible para organizar un buen plan y así lo hicimos.

Verán, hace un par de meses, durante un trabajo que tuve, con mi jefe y un compañero de trabajo estuvimos viajando fuera de la ciudad y pasamos por un lugar que me gustó mucho, era casi como una reserva natural, pero muy discreta, en su zona principal fungía como restaurante y contaba con zonas alejadas en medio del bosque donde habían hermosas cabañas de dos pisos con piscina y bastante alejadas entre sí, por lo que en mi mente surgió la idea de alguna vez venir con un hombre a pasar un par de días en medio de la naturaleza, y bueno, le comenté sobre esto a mi daddy y estuvo encantado con la idea. Así que tras comunicarme con el sitio me dieron los precios (nada barato) y el daddy insistió en pagar la totalidad, después de todo, el dinero nunca ha sido problema para él. Así que el lugar, con la cabaña más apartada y lujosa sería nuestro por tres días (sábado, domingo y lunes festivo).

Los días siguientes coordinamos algunas cosas del viaje y el día sábado a las 8 am él pasó a recogerme en su camioneta. Me subí con una maleta y emprendimos viaje. El lugar quedaba a unas 3 horas en carretera, pero decidimos llegar allí hasta la tarde, por lo que pasamos la mañana viajando y parando en distintos lugares para probar distintas comidas o disfrutar de la vista mientras teníamos una agradable charla que rozaba todo tipo de temas como el trabajo, la familia, música, películas, series, etc, y con algún que otro beso de por medio. Almorzamos casi a las 2 pm en un restaurante con una vista espectacular a todo el valle, y era tiempo de dirigirnos a la cabaña, puesto que no saldríamos más en los próximos días. Tras una hora de viaje por fin llegamos. El lugar estaba a las afueras de un pequeño municipio pero parecía estar en un mundo completamente diferente. La vegetación era extensa y los árboles tan altos que tapaban el sol dando esa sensación de un bosque encantado. Al llegar aparcamos la camioneta en un estacionamiento grande que tenían, pero cada lugar estaba adornado con madera y hiedra, por lo que casi todos los autos allí parqueados quedaban tapados por las plantas, luego caminamos un par de minutos hasta la recepción donde nos recibió una mujer muy agradable. Junto a la recepción había una zona amplia llena de mesas donde se servían las comidas, el lugar se veía elegante pero al mismo tiempo rústico combinado con la vegetación.

Al decirle nuestros nombres reaccionó ante la reservación y nos pidió seguirla para llevarnos hasta nuestra cabaña.

Caminamos unos 10 minutos hasta la cabaña. El camino era en piedra y de forma serpenteante, girando por todas partes para evitar los árboles. Solo se podía escuchar el ruido de las aves y al fluir del agua. A lo lejos pude ver algunas de las cabañas repartidas por el lugar. La nuestra era la más alejada. En el camino la señora nos contó algunas cosas sobre el lugar, y nos dijo que dentro había un teléfono para comunicarnos con la recepción por si necesitábamos algo. En la pasadía que reservamos se incluían las tres comidas que se servían a determinadas horas, y debíamos informar si iríamos al restaurante a comer o si queríamos que nos la llevaran a la cabaña. Cuando estábamos por llegar, solo se podían aprecia el segundo piso de la cabaña debido que unas enormes rocas tapaban casi toda la vista, pero al llegar, lo que había tras las rocas era una hermosa piscina semi-natural elaborada en rocas más pequeñas de la zona y con agua bombeada directamente del río que caía desde el cielo mediante mangueras, por lo que el agua de la piscina siempre estaba fresca y se iba renovando. La piscina estaba llena y el agua que se salía se dirigía por gravedad hacia las plantas y árboles, lo que explicaba el por qué ese lugar era tan frondoso.

Tras darnos las indicaciones la mujer se fue y nos quedamos solos en medio de aquel lugar, el daddy por instinto me agarró contra las rocas y me besó apasionadamente. Pude sentir que se puso duro al instante. Tras calmarlo un poco, nos encaminamos a la cabaña para ver su interior y era bastante bonito. El primer piso consistía de una pequeña sala con una cocina al fondo y un pequeño refrigerador, a mano derecha había un pequeño baño con solo inodoro y lavamanos, y junto a la cocina una escalera en forma de caracol para subir al segundo piso. El lugar consistía en una cama tamaño Queen en la mitad de la habitación, un pequeño balcón que daba vista a la piscina y al bosque, y un baño grande con inodoro, lavamanos, ducha y un jacuzzi para dos personas. Dejamos todas nuestras cosas en el closet, y algunas que trajimos en la nevera. El daddy se quitó toda la ropa y me pidió hacer lo mismo y acompañarlo a la piscina para refrescarnos. Antes de ello fui al baño, sabía lo que me esperaba y debía hacerme una limpieza adecuada. Tras uno minutos salí completamente desnudo (excepto por mi jaula de castidad) y salté a la piscina con él. Me sumergí y al salir él me atrapó y me envolvió entre sus brazos. Me excité al instante en que sentí su cuerpo peludo. Nos besamos y acariciamos con intensidad. Su erección palpitaba sobre el agua y quise intentar algo que había visto en películas porno. Inhalé todo el aire que pude y me hundí frente a él para meterme su verga en la boca con cuidado de no dejar salir mucho aire. Fue un poco extraño pero se la chupé estando bajo el agua y salí en cuanto me quedé sin oxígeno. Lo intenté un par de veces más hasta que me tomó por el cuello y haciéndome salir, me guió hasta unas rocas que formaban una escalera. Allí se sentó y su verga quedó fuera del agua. Yo seguía acostado en la piscina y ahora podía enfocarme en dar una mejor mamada.

Su verga era hermosa, era uncut, y bajar la piel para exponer el prepucio era un deleite. Metía la lengua entre su piel para lamerlo y eso lo excitaba. Sus bolas eran grandes, gordas y peludas, solo con una de ellas sentía la boca llena. Me gustaba sentir su peso sobre mi cara para saber lo cargadas que estaban de leche para darme. Me dijo que llevaba sin correrse desde la semana pasada. Con su esposa no coge hace meses. La mamada continuó por varios minutos, mientras chupaba, o debería decir, mientras me ahogaba con su verga, mis manos no paraba de frotar sus piernas peludas, es una sensación que siempre me ha gustado. El daddy a veces tomaba el control de la situación sacándomela de la boca y golpeándome la cara (cosa que sabe que me encanta), hasta que empieza a violarme la boca con fuerza, sintiendo su cabeza hasta la garganta. Unos minutos así y la sacó de golpe, apuntándome a la cara mientras yo abría la boca a más no poder. Varios chorros salieron y entraron directo a mi boca, mientras que otros me cayeron sobre el cabello y hasta en un ojo. Tras lamer y tragarme todo el semen restante, limpié su verga y luego me levantó para seguirnos besando. Tras recuperar el aliento salimos de la piscina y juntamos dos de las cuatro sillas playeras que habían cerca, allí nos acostamos juntos bajo los pocos rayos de sol que se filtraban de entre los árboles. Recosté mi cabeza sobre su pecho peludo mientras él me acariciaba la espalda hasta llegar al culo. Allí mismo nos quedamos dormidos en una siesta que duró casi dos horas. Al despertar seguimos ahí acostados besándonos mientras los sonidos de las aves y el agua que caía del cielo se iba apagando a medida que la oscuridad invadía el lugar.

Algunas luces se encendieron a lo lejos, eran de algunas farolas puestas a lo largo del camino de piedra. La señora nos dijo que las luces de la piscina y nuestra zona se encendían manualmente. El daddy se puso de pie y las encendió en un interruptor junto a la piscina. Varias luces surgieron sobre los árboles apuntando a la piscina y a la zona de las sillas con una luz tenue. Al ver su culo peludo no pude resistirme a tocarlo y sentir el vello sobre mis manos. Fue genial, pero rápidamente él me dio la vuelta quedando detrás de mí y acariciándome las nalgas, y aunque mi culo tiene algo de vello, no se podía comparar con el suyo. Me guió hasta la silla en la que estábamos acostados y me hizo ponerme en cuatro patas. Luego hundió su cara en mi culo y comenzó a chupar con intensidad. No era la primera vez que él me chupaba el culo y eso me volvía loco. Su enorme lengua intentaba entrar por mi agujero y con la ayuda de sus dedos se fue abriendo paso. Mientras me comía el culo me daba nalgadas con sus grandes manos que me hacían soltar un fuerte gemido en ese silencioso lugar. Su lengua entraba seguida de uno, dos y hasta tres dedos, lo que se sentía muy bien. Mi agujero empezó a ponerse baboso y el daddy no paró de cogerme con sus dedos haciéndome gemir muy rico. Luego me hizo darme la vuelta y quedar acostado sobre la silla. Sus dedos siguieron entrando y saliendo hasta que metió un cuarto dedo que me hizo exaltarme. Mientras lo hacía me miraba directo a los ojos y eso lo ponía aún más caliente. Unos minutos después sacó sus dedos y posicionándose sobre mí, me pasó los dedos por la cara, untándome de un pegajoso líquido anal que probé cuando me los metió a la boca, era un poco salado.

Al estar sobre mí, no tenía ningún control. Posicionó su verga semi-dura sobre la mía enjaulada y se regocijó con los tamaños. En ese momento llevaba puesta una jaula de metal de 4 cm. La cabeza de su verga golpeó mis testículos haciéndome gemir de dolor y luego me agarró de la verga por la jaula mientras se llenaba de poder ante mi sumisión. Mientras comparaba tamaños decía que sólo podía haber una verga y era la suya. Solo podía asentir y darle la razón. Me pregunto qué hubiera pasado si no tuviera la jaula y pudiera ver mis 18 cm en acción. Sin duda la mía era más larga que la suya, aunque claramente él me ganaba en grosor, pero como a los activos les gusta creer que su verga es la más grande, le seguí el juego para incrementar su ego. Después de un rato de frotar su verga contra mi jaula y darme golpecitos en las bolas, subió un poco más para lamer y morder mis pezones, cosa que me excitó demasiado. Entre sus mordidas subía ocasionalmente a mi boca para meterme la lengua hasta la garganta y volvía a bajar para morder. Unos minutos después tomé por un momento el control y me zafé haciéndolo acostar sobre la silla playera. Allí lo tenía todo para mi disposición. Hice lo mismo que él, lo besé con locura, y fui bajando poco a poco por su cuerpo peludo. Levanté sus brazos y lamí sus axilas, su olor era fresco y un poco salado por el sudor, seguí bajando lamiendo todo su pelo hasta su estómago y luego pasé de largo ignorando su verga. Lamí sus piernas y me detuve en sus pies, unos pies grandes talla 42 con dedos gruesos y uñas bien formadas y limpias. Lamí cada dedo de cada pie, incluso llegué a meterme uno de sus pies por completo en la boca y tras toser un poco volví a subir por su cuerpo hasta su miembro. Sentí su olor y su palpitar sobre mi cara, lo tomé con las manos y empecé a lamer y chupar hasta que volvió a retomar su firmeza.

Su verga estaba lista y mi culo también. Escupí en mi mano y me lubriqué un poco más el agujero. Su verga apuntaba al cielo y mi agujero empezó a bajar hasta sentarme sobre ella en su totalidad. Se sentía increíble, y a pesar de que era grande me la comí de golpe gracias a su previa cogida de dedos. Y allí, como si fuera el mejor jinete empecé a cabalgarlo. Estuve así unos cinco minutos, hasta que empecé a darme la vuelta sin sacarme su verga y mientras lo montaba empezó a darme nalgadas hasta dejarme el culo rojo. Nuestras manos se entrelazaron mientras lo cabalgaba y unos minutos después se levantó sin sacarme la verga. Estábamos de pie mientras yo seguía empalado. Me fue guiando con cuidado hacia la piscina y bajamos por las escaleras hasta estar dentro. Allí, en medio del agua empezó a embestirme con fuerza. El único sonido que se oía aparte de mis gemidos era el del sonido del agua chocando. Se sentía increíble. Su verga me frotaba la próstata y me llenaba de placer. Unos minutos después me hizo darme la vuelta recostándome sobre las escaleras sumergidas y me continuó embistiendo. Cuando se cansó, me impulsé hacia él abrazándolo sin que su verga se me saliera. Y gracias al agua, pudo soportar sin problema mi peso y empezamos a besarnos mientras continuaba lentamente con la penetración. En el momento en que no pudo más me volvió a llevar hasta las escaleras y me embistió un par de veces más antes de correrse como una erupción. Varios chorros entraron en mi culo dejándome bien preñado. (Sí, nosotros cogemos a pelo), mientras que los demás chorros cayeron sobre mi jaula y mi estómago. Cuando terminó de correrse se desplomó a mi lado, pero aún no terminaba, recogió todo el semen que había sobre mi cuerpo juntándolo en sus dedos y lo metió dentro de mi culo volviéndome a penetrar con sus dedos, moviéndolos dentro de una forma que alcanzaba a rozar mi próstata logrando que me llegara a correr sobre mi jaula. Un fuerte chorro golpeó contra las paredes de la jaula y se acumuló cayendo sobre pelvis, el cual él aprovechó y con su otra mano lo recogió para hacérmelo tragar. Estaba tan lleno de éxtasis por el orgasmo anal tan intenso que acababa de tener que mis piernas no respondían y cuando él intentó levantarme, no pudo. Así que nos quedamos unos minutos sobre las escaleras mientras recuperábamos el aliento y yo mi movilidad.

Tras un rato nos levantamos con la poca fuerza que nos quedaba y nuestros estómagos rugían. Habíamos gastado toda nuestra energía y era hora de reponerla. El daddy usó el teléfono de la cabaña y cuando regresó dijo que la comida llegaría en unos veinte minutos. Estaba tan cansado que no me podía levantar de la silla. El daddy regresó a la cabaña y se puso una pantaloneta y trajo una para mí, puesto que no quería que nos vieran desnudos cuando llegara la comida. Se acostó en la silla a mi lado hasta que llegó la comida. La señora sirvió todo sobre la mesa y se fue dándonos las buenas noches. Supongo que fue por el cansancio pero la cena estuvo deliciosa y nos ayudó a recuperarnos. Después de cenar y reposar un rato, ya eran cerca de las 9 pm, y decidimos irnos a la cabaña. Frente a la cama había un televisor bastante grande, y aunque tenía muchos canales, no había ninguno para adultos, aunque por suerte, estaba conectado a internet y pude buscar una página porno donde suelo ver videos que me gustan y nos quedamos allí viendo a un chico siendo meado por varios hombres para terminar siendo cogido por ellos en todas posiciones posibles hasta ser usado como depósito de esperma. Nos calentamos bastante pero seguíamos cansados por el viaje y las cogidas de antes, pero para irnos a acostar tranquilos teníamos que hacer algo, así que me pidió acostarme en el jacuzzi y empezó a mearme de pies a cabeza. Abrí un poco la boca y bebí unas gotas de su orina, normalmente no la bebo pero estuvo bastante bien. Cuando ya estuve empapado se acostó sobre mí y nuestros cuerpos se pegaron entre sí. Nos quedamos así abrazados durante un buen rato hasta que nos levantamos y fuimos a la ducha. Tras limpiarnos la orina me agaché para chuparle la verga y cuando se puso duro me dio la vuelta, aplicó un poco de jabón líquido y me la metió de golpe embistiéndome contra la pared de la ducha. No duró más de cinco minutos y me volvió a preñar. Tras eso se agachó y me pidió pujar para expulsarlo. Pero me sorprendí al sentir sus labios extrayendo todo el semen que salía de mi culo. Cuando salió todo se puso de pie y me besó pasando a mi boca todo ese semen de su preñada. Es lo que llaman el beso arcoíris. No esperaba que hiciera eso pero me gustó y me tragué todo el semen. Terminamos de bañarnos, y nos tomamos unas píldoras que habíamos traído para recuperarnos (vitaminas y todo eso) y estar al 100% al día siguiente. Nos subimos a la cama y nos quedamos dormidos en brazos del otro. Es de las pocas veces que he dormido con un hombre, ya que normalmente es solo sexo.

La mañana del domingo me desperté casi a las 10 am con el sonido del teléfono de la cabaña. Me levanté de la cama y el daddy aún dormía. Contesté el teléfono y era la señora informándonos del desayuno. Le pedí que nos lo trajera y mientras tanto me arreglé un poco. No desperté al daddy hasta que llegó el desayuno. Salimos en pantaloneta a comer, el desayuno era jugo de naranja, café en leche, huevos revueltos (con tomate y cebolla), tiras de tocineta y un pan dulce esponjoso, junto con un tazón de frutas picadas entre las que había piña, papaya, manzana, pera, uvas, kiwi y granola. La señora amablemente nos indicó un camino que al seguirlo nos podía llevar directo al río a una zona tipo playa por si queríamos ir, le agradecimos y pedimos que nos trajera el almuerzo a las 2 pm. Tras desayunar nos quedamos en las sillas un rato mientras revisábamos nuestros teléfonos y respondíamos mensajes. Una hora después (11.30am) decidimos ir a esa playa a ver qué tal. Preparamos algunas cosas en la mochila y nos dirigimos allí. Fueron unos 15 minutos caminando. A mitad de camino el propio camino en piedra desaparecía y quedaba un sendero en tierra hasta llegar al lugar. Era bastante bonito, el río daba una curva sobre la montaña y la zona quedaba como una playa con bahía. Miramos a todos los alrededores pero no se veía ninguna construcción humana. El daddy entró primero al río para comprobar la profundidad y yo me quedé un rato sobre la arena de la playa. Cuando entré el agua estaba helada y nos divertimos como niños jugando con el agua. El daddy encontró una roca grande para hacer clavados y se tiró varias veces. Era buen nadador. Tras un rato volvimos a la playa y nos tiramos sobre la arena. Nos quitamos la pantaloneta y comenzamos a besarnos, pero esta vez sin mirar a los alrededores en caso de que hubiera alguien. No nos importaba que nos vieran y si alguien quería unirse mejor aún jaja. Los besos rápidamente pasaron a manoseo con lamidas y chupadas. Chupé sus pezones como si él fuera una madre alimentando a su bebé, le chupé la verga y él me chupó el culo a pesar de que tenía arena. En un instante ya estaba de piernas abiertas recibiendo su verga mientras me embestía con fuerza y gemía igual de fuerte. El ruido del río ahogaba mis gritos de intenso placer. Hicimos un poco de todo. Cambiamos de posición varias veces, él se sentó en mi cara, yo me senté en la suya, él jugó con mi jaula, le chupé los pies, las axilas, me chupó los pezones, y hasta nos meamos encima mutuamente. Después de un rato que seguro fueron dos horas, nos corrimos. Él se corrió en mi interior y al igual que el día anterior, con sus dedos frotó mi próstata hasta hacerme correr sobre la jaula y hacerme tragar mi semen, solo que esta vez me besó mientras tenía el semen en la boca, y así compartimos fluidos. Tras un buen descanso y otro chapuzón más, decidimos regresar a la cabaña, y como dato curioso, en el camino de regreso nos topamos con un grupo de dos hombres y una mujer que iban hacia el río donde estábamos, claramente se notaba que eran extranjeros y les dimos indicaciones. Me pregunto qué hubiera pasado si llegaban antes y nos veían cogiendo. Aunque me gusta pensar que los dos chicos seguro se nos hubieran unido, puesto que estaban bastante atractivos, y para que se hagan una idea, eran rubios, de ojos azules cuerpos atléticos, tal vez alemanes o noruegos, no lo sé.

Cuando llegamos a la cabaña eran las 3.30pm, sobre la mesa junto a la piscina habían varias bandejas con el almuerzo cubierto. Y por supuesto estaba frío, ya que lo habían traído a las 2pm como pedimos, pero no importaba, a pesar de estar frío tenía muy buen sabor. Él comió un cabro con pepitoria y ensalada, mientras que lo mío era una pechuga con curry y vegetales al vapor con una bebida frutal de mango con menta y un postre de limón. Después de almorzar regresamos a la cama para dormir la siesta y nos despertamos nuevamente a las 8 pm con la llamada del teléfono para preguntarnos si nos traían la cena. Nuevamente nos pusimos ropa y fuimos a cenar. Tras reposar la cena nos quedamos allí sentados en las sillas playeras hablando de nuestras vidas y de la grandiosa experiencia que estábamos teniendo. Debo decir que las primeras veces que tuvimos sexo él siempre fue bastante hermético, pero a medida que nos conocimos se abrió bastante conmigo. En parte porque lo escuchaba y no lo juzgaba, y en parte porque también era como él en el sentido de tener gustos y perversiones difíciles de satisfacer. Tal vez a algunos les sorprenda lo que voy a decir, tal vez a otros les asquee y a otros los excite, pero me confesó que desde hace mucho tiempo él ha fantaseado con estar con sus dos hijos. Como dije antes, ellos actualmente tienen 24 y 28 años, y según él, desde que eran adolescentes ha fantaseado con ellos. Sin embargo por temas éticos y legales nunca se atrevió a tocarlos ni hacer nada que los pudiera alertar sobre él. Y es algo que nunca le ha contado a nadie, y por si acaso, él estuvo de acuerdo conque dijera esto en este relato, quería que nuestra pequeña aventura se contara y también su secreto. No soy quién para juzgar, pero sí lo puedo llegar a entender, puesto que en mi caso, desde que era un adolescente, también llegué a tener esa atracción desesperada hacia mi propio padre. Yo crecí solo con él, mi madre nos abandonó cuando era pequeño, ni siquiera la recuerdo, y mi padre siempre fue bueno conmigo, sin mencionar el buen cuerpo y lo atractivo que es. Recuerdo todas las pajas que me hice pensando en él mientras olía sus calzoncillos sucios. Pero por supuesto, jamás tuve el valor de arriesgarme a hacer algo con él, ya sea debido al rechazo por su parte o por cualquier otra razón. Para él fue igual, tuvo cientos de fantasías con cada uno de sus hijos pero por respeto hacia ellos nunca intentó nada, y en parte eso hizo que en su vida sexual buscara jovencitos para tratar de suplir y satisfacer esa fantasía aunque fuera a medias. Pasamos horas hablando del tema, me comentó sobre las pajas que se hacía oliendo la ropa interior de sus hijos y lo mucho que le había dolido cuando su hijo mayor (que según él era todo un semental con un cuerpazo) se había ido a vivir a otra ciudad. Siempre tuvo la esperanza de que alguno de sus hijos resultara ser gay como él y por alguna mágica razón pudieran llegar a tener algo, pero solo es una fantasía. Las horas pasaron y las luces del sendero se apagaron después de las 10 pm. Solo quedaba nuestra luz que daba a la piscina y a las sillas.

Era casi media noche y aún no nos queríamos ir a dormir, era momento de pasar nuevamente a la acción. Fui a la habitación, me hice limpieza y de mi maleta saqué un consolador que había llevado para el viaje junto con un pequeño vibrador, lubricante y una crema. Al regresar con el daddy éste me esperaba acostado en la silla playera mientras se masturbaba fogosamente. Puse las cosas sobre la mesa y me tiré sobre él para besarlo y sentir por milésima vez su espectacular cuerpo peludo. Nos besamos, nos lamimos y manoseamos, después de un rato, nos levantamos y me comió el culo como hizo el día anterior, pero ésta vez me apliqué un poco de crema Mero Macho sobre el ano, y a él le apliqué en la cabeza de la verga, según una experiencia pasada, esa crema tuvo un efecto increíble sobre nuestros cuerpos y por eso la traje a nuestra aventura. La crema hizo que me picara el ano, no en el mal sentido sino que quería sentir algo dentro fuera como fuera. Él aplicó lubricante sobre el pequeño vibrador y me lo introdujo con suavidad, con el control lo hizo vibrar dentro de mí y se sintió muy bien. Apoyó al pequeño juguete junto con sus dedos, y cuando lo sacó ya había preparado el terreno para algo más grande. El consolador era negro y tenía 18 cm insertables. Lo presionó contra mi ano y sin casi esfuerzo se deslizó hasta el fondo. El daddy empezó a jugar con él metiéndolo y sacándolo a la vez que se masturbaba frenéticamente debido al efecto de la crema. Al principio el mete y saca era lento y constante pero fue aumentando el ritmo, él siguió aplicando lubricante a medida que veía que se secaba hasta que se empezó a formar espuma, sentía que estaba en éxtasis. La crema me tenía muy caliente y el consolador no era suficiente. Necesitaba carne de verdad. Le rogué e imploré que me la metiera, y mis deseos se cumplieron. Sacó el consolador y lo reemplazó con su verga. El cambio era notorio. El calor de su miembro me invadía junto con su grosor. Me embistió con fuerza estando a cuatro patas, cambiamos varias veces de posición mientras rogaba por su verga. Él no paraba de darme verga y me sentía agradecido por ello. Después de unos minutos se corrió pero no se detuvo, siguió dándome hasta batir la leche que se mezcló con la espuma del lubricante. El único ruido en aquel espeso bosque era el de su pelvis chocando contra mi culo. No me importaba si alguien venía y nos veía. Cerré los ojos mientras trataba de asimilar el inmenso placer que sentía, hasta que de la nada me sentí más lleno que nunca. El daddy había tomado el consolador y lo metía a la par de su verga. Por un momento creí que me iba a romper pero cuando entró todo me sorprendió lo fácil que fue, no sabía que estaba en esa liga de la DP.

El daddy seguía con su embestida mientras metía y sacaba el consolador a su propio ritmo, se sentía bien. Tal sensación me llevó a perder la cabeza decir locuras como que imaginara que era su hijo menor y que su papi y hermano mayor le estaban haciendo la doble penetración, y para mi suerte, eso no le molestó sino que lo excitó aún más. Empezó a llamarme hijito y por su nombre (no lo diré por seguridad), y le seguí el juego diciéndole papi, que se apresurara antes de que mamá llegara y nos descubriera, y ese tipo de cosas. El hombre pegó un fuerte gritó y se volvió a correr, pero esta vez cayendo desplomado a mi lado. Me dijo: "Hijo, no puedo más", pero a pesar de eso, su verga aún seguía dura. "¿Por qué no me haces un pequeño show con tu hermano mientras papi recupera el aliento?", y sin pensarlo, tomé el consolador y lo puse sobre una de las sillas playeras respondiéndole que sí, mientras me metía a la boca el consolador y le decía a papi lo rico que sabía la verga de mi hermano mayor. El daddy parecía estar en otro mundo, en su propia fantasía, y después de un rato me pidió cabalgar la verga de mi hermano mayor. Tomé el dildo y me senté sobre él, cabalgando con fuerza. Mi jaula de castidad rebotaba de arriba a abajo mientras no paraba de gotear líquido preseminal. Cabalgué el dildo en varias posiciones y el daddy seguía acostado sobre la silla masturbándose con fuerza, su brazo era lo único que podía mover del cansancio que sentía. Después de unos minutos de cabalgar empecé a orinarme por toda la silla salpicando todo y gimiendo como una verdadera perra en celo. No mucho después llegué al orgasmo anal y mis piernas temblaban como espaguetis, mientras de la jaula salía un espeso chorro de semen que caía sobre la silla. Rápidamente pasé la mano y recogí todo el semen mezclado con orina que pude y me lo restregué por la cara saboreando la mayor parte. El daddy estaba a punto de explotar y me dijo: "Ven por la leche de papi que ya va a salir". Mis piernas no respondían y literalmente tuve que arrastrarme hasta estar lo suficientemente cerca de su verga para abrir la boca y saborear el dulce néctar que estaba por darme. Un fuerte grito hizo que estallara y un par de chorros salieron disparados. Uno me dio de lleno en el ojo y el otro en la boca, lo demás fueron gotas saliendo de su glande. Era de esperarse, se había corrido tres veces en poco tiempo, y cuatro si contamos la corrida de la tarde. Aunque no era mucho, saboreé y disfruté de su semen tanto como pude. Cuando me pidió acercarme más para besarlo ya me lo había tragado, pero aún así nos fundimos en un beso y nos quedamos allí abrazados por un buen rato. No quería nada más en el mundo y me quedé dormido. Me desperté un rato después cuando el daddy me intentó levantar entre sus brazos para llevarme a la cama. Con la poca fuerza que le quedaba me puso sobre la cama y se acostó a mi lado en posición de cucharita, abrazándome con mucho cariño, y antes de volver a quedarme dormido, escuché que me susurró... "gracias por todo, hijo".

Al despertar la mañana siguiente estaba solo, al levantarme de la cama y mirar por el balcón lo vi sentado sobre una de las sillas hablando por celular. Revisé la hora en mi teléfono y eran las 11 am, me bañé la boca, hice mis necesidades y fui con él. Al caminar era inevitable no sentir que me dolía el culo, lo cual era normal debido a la nochecita que tuvimos. Cuando llegué él seguía hablando y me dispuse a desayunar mientras terminaba. Pude oír que hablaba con su mujer y le contaba cosas sobre el "trabajo" que hizo este fin de semana. Le dijo que iba a terminar unas cosas, almorzar y se devolvía para la ciudad en la tarde. Eso me hizo dar cuenta de que nuestra pequeña aventura estaba por llegar a su fin y me sentí un poco triste. Cuando colgó, se acercó a mí y me saludó con un lindo beso. Le contesté: "Buenos días, papi.", cosa que lo hizo sonreír de forma tierna. Se sentó a mi lado y me contó todo sobre su llamada y todas las cosas aburridas que estuvo haciendo su esposa con la familia. Seguimos hablando mientras terminaba de comer y quedamos en irnos a eso de las 3 pm. No nos quedaba mucho tiempo. También me dijo que casi se muere de vergüenza porque cuando la señora vino con el desayuno, había un consolador sobre una de las sillas y ella lo vio pero no dijo nada por respeto. En ese momento caí en cuenta que me había desplomado de cansancio la noche anterior y no habíamos recogido las cosas. El daddy guardó el consolador, el lubricante, el vibrador y la crema en mi mochila.

Nos quedamos un rato en las sillas mientras rememoramos todo lo que hicimos anoche y la calentura fluyó nuevamente por nuestros cuerpos y los besos no se dieron a esperar. Nos manoseamos, exploramos cada centímetro del cuerpo del otro. Por primera vez me dejó chuparle el culo y casi me muero de placer... y de ahogamiento por tanto pelo jajaja... pero valió la pena, su culo era gordo y peludo, pero más allá había un dulce ano rosado que intenté violar con mi lengua aunque no fue posible. Incluso él se animó a chuparme el pene con la jaula de castidad puesta. Al ser una jaula tan pequeña era bastante fácil metérsela a la boca, y aunque no sentí nada con aquella mamada, fingí un par de gemidos para demostrarle que me había gustado. Paramos durante un momento para ir a hacerme un lavado a la par que él se metió a la piscina a darse un chapuzón. Salí a los diez minutos y antes de entrar a la piscina con él le ordené que me mirara y solté un chorro de orina sobre él, reaccionando con una sonrisa pervertida y disfrutando del chorro caliente sobre su cuerpo. Después salté a la piscina y me atrapó entre sus brazos. Lo abracé y nos besamos mientras mis piernas se enroscaban en su torso peludo y con una de mis manos tocaba su verga para confirmar su dureza. Tras unos minutos y sin soltarme de su cuerpo me acomodé en posición para enterrarme su miembro por última vez y comenzar a cabalgarlo en el agua. Estuvimos así un buen rato, pasando de un lado de la piscina hasta el otro, empotrándome contra los muros de piedra hasta llegar a las escaleras donde lo seguí cabalgando. Allí me pidió sentarme en su cara y me comió el culo como un experto, tanto así que liberé un poco de orina que aún me quedaba y su cara quedó empapada. Pero no contento con eso me metió los dedos para frotarme la próstata hasta que no pude más y me corrí dentro de la jaula. Todo el semen escurrió hasta caer sobre su cara y lo recibió en su boca, pero en lugar de besarme y pasármelo, lo escupió todo en su verga y me llevó hasta la silla para ponerme a cuatro patas y penetrarme usando mi semen como lubricante. Me embistió con gran fuerza y poder y mis piernas que seguían temblando por el orgasmo anal cedieron hasta caer acostado sobre la silla y por supuesto, él me aplastó con su cuerpo metiéndome la verga hasta el fondo, y allí siguió embistiéndome. Después de un rato se salió y me hizo girar para quedar boca-arriba en la silla. Me levantó las piernas y apuntó su verga hacia mi agujero. Mis piernas se apoyaron sobre su torso y me chupó los pies mientras iniciaba con una penetración suave y tierna. No sé cuánto tiempo pasamos así y poco a poco él se fue acercando al clímax. Su cuerpo se fue pegando más al mío hasta quedar frente a frente para besarnos ocasionalmente. Veíamos los ojos de placer del otro y nos encantaba. Sus embestidas eran cada vez más bruscas y sin mucha fuerza. El sudor que corría por su pecho peludo caía sobre mi cara y estómago y eso me encantaba, hasta que ya no pudo más y explotó dentro de mí, llenándome con los pocos hijos que aún le quedaban en esas bolas. Caímos rendidos sobre la silla un buen rato mientras recuperábamos el aliento.

Incluso empezamos a tontear de con que con tanta leche que me había dado en estos días, era casi seguro de que había quedado embarazado y tenía que ser un padre responsable y hacerse cargo del bebé. Luego empezamos a pensar en nombres para dicho bebé y nos reíamos con la simple idea de aquello. Quería decirle que me gustaría vivir esto con él durante cada día, tener algo serio, pero sé que solo era una fantasía e idea tonta producto de las circunstancias, aunque quisiera creer que él también pensaba lo mismo. Dejar a su esposa y su familia para irse a vivir conmigo y pasar nuestros días cogiendo como animales en celo. Pero todo eso solo pasaría en un universo perfecto. Tendría que aceptar la realidad de que solo soy "la moza" de ese hermoso hombre. Al recuperarnos un poco era cerca de la 1 de la tarde y pedimos traer el almuerzo. Al igual que las veces anteriores, la comida de allí era muy deliciosa. Terminamos cerca de las 2.30pm y usamos el poco tiempo que nos quedaba para alistarnos. Empacamos todo y nos dirigimos al lobby del lugar. Agradecimos a la señora por su hospitalidad e increíble servicio, aunque el daddy seguía muy avergonzado por lo del consolador en la silla, pero la señora nos respondió diciendo que fue un placer e invitándonos a regresar en otra ocasión. Nos montamos a la camioneta y emprendimos el viaje de regreso a la ciudad. En el camino hicimos una parada para tomar un frapé y alargar nuestra aventura lo más posible, pero el fin era inevitable. Llegamos a la ciudad casi a las 7 pm y el daddy me dejó frente a mi edificio no sin antes plantarme un último beso con lengua y despedirse.

Sin duda alguna fue una de las experiencias más bonitas que he tenido con otro hombre. En mi vida nunca he tenido una pareja estable porque rara vez me siento atraído por alguien y logramos conectar. He tenido muchos amigos sexuales pero solo eso, ningún tipo de experiencia así, ni siquiera con el camionero del relato pasado con el cual me fui a acompañarlo en carretera durante uno de sus viajes, o incluso con el conductor de autobús de mi edad con quien tuve un par de encuentros sexuales entre amigos (Historia que aún no he contado). Esta sin duda es la experiencia más cercana que he tenido a estar con alguien en plan pareja, aunque sin serlo. Después de todo, con él yo vengo a ser la moza de su relación. Aún así, espero que este tipo de encuentros se puedan repetir ya sea con mi daddy o con algún otro hombre que me llegue a interesar a ese nivel.

No pretendía que el relato fuera tan largo, pero me dejé llevar y traté de describir todo lo que pasó con pelos y señales y me llevé toda la tarde escribiéndolo. Espero que les haya gustado y se hayan hecho una paja por lo menos.

Gracias a todos los que se tomaron la molestia de leer hasta el final.

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