Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Hetero: Infidelidad 880 Vistas
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Todo empezó cuando a la oficina llegó una nueva abogada, Sofy, ella una costeña, trigueña, que llamaba la atención donde llegaba por su alegría y espontaneidad y naturalmente por su cuerpazo, mujer que definitivamente estaba fuera de mi alcance, o eso pensaba hasta ese momento. Es una chica de 1.70 de estatura, de contextura normal pero con una cintura y unas caderas que eran el deleite de todo el que tenia que ver con ella, encantos que se hacían mas asentados con su sonrisa y sus labios provocativos

Yo andaba en un mal momento con mi sexualidad porque estaba con alguien con quien no tenia un buen trato, lo que afectaba el autoestima mucho pues me hacia ver como un mal amante, un motivo mas por el cual no me le acercaba a Sofy, donde me limitaba a lo profesional.

No se en que momento empecé a notar que Sofy me miraba diferente, de esas expresiones en que se mordía los labios al estar frente a mi y no desaprovechaba cada oportunidad que estábamos solos para manosearme o pasarse por mi lado de una manera insinuante; yo, por mi parte, no podría creer que esta chica, que todos deseaban se fijara en mí, un joven tímido y temeroso de explotar su sexualidad.

Pasó cierto tiempo en esa situación hasta que ella fue directamente al grano con sus intenciones de querer devorarme, lo que intimidó demasiado. Sin embargo, ella sabia que yo tenia novia, yo sabia que ella tenia novio y ella encima de mi todo el tiempo, me atreví a decirle que si, con todos los miedos del mundo de fracasar con ella en la cama.

Un día Sofi me invita a almorzar y yo acepto de una manera inocente, lo que no sabía era que ella tenía todo planeado. Tomamos un taxi y nos dirigimos a un hotel de la ciudad, donde ese día sería el objeto de placer de aquella chica, que con un par de años menos que yo, sabía lo que hacía. Entramos a la habitación, los nervios se apoderaban de mí, ya que quería que todo saliera bien, me deleité como nunca con esa mujer en frente, con su piel morena, sus caderas prominentes, cintura esbelta y sus senos delicados de pezones doraditos, me tenían extasiado, no podía creer que estuviera con tremenda mujer en aquel lugar. Hubo besos, caricias, mis manos recorrieron su cuerpo hasta quedar en ropa interior; como dije antes, ella sabía a qué iba, me quería dominar, me tiró a la cama, disfrutaba mi cuerpo, decía que le encantaba (lo que fueron para mi palabras nuevas hasta el momento) y que sin ropa, no tenia duda de lo bien que la íbamos a pasar, con el temor que tenía ese día, me puse el preservativo y ella empezó a cabalgarme, para mi fue un verdadero placer, verla sobre mi, ver sus senos rebotando y ver además como ella lo disfrutaba, sentía la adrenalina correr por mi cuerpo, pues por fin sabia lo que era tener esa experiencia. Ella cabalgaba delicioso, su cuerpo respondía al momento, veía como se contorsionaba con mi pene adentro, finalmente ella tuvo un orgasmo y se acostó a mi lado donde me dijo lo rico que había pasado. El encuentro terminó así, pero quedé con una gran inquietud: realmente son tan mal amante como me lo hacían ver en el pasado?

Para salir de la duda, me atreví esta vez a invitarla a salir y la llevé a un motel muy lindo donde generé un ambiente de romanticismo y erotismo, ambiente que ella inmediatamente aceptó con total gusto. Eso fue de quitarnos la ropa despacio y empezar a besar la parte del cuerpo que se iba descubriendo, caricias y manoseos por todas partes, besos apasionados y deliciosos, rozando nuestros genitales hasta que sentí qua ya estaba mojadita y con ganas de tenerlo y sentirlo dentro.

Esta vez le dije cerca a su boca que no iba a tener el control y que solo se relaje y se entregue al placer. La acosté boca arriba con las piernas abiertas y me acosté sobre ella una vez me puse el preservativo, pero ya estaba tan mojada que mi pene entró apenas ella sintió el contacto pues me agarró de las nalgas para que ella pudiera sentirlo todo. Esa pose del misionero puede ser muy romántica y de mucho contacto de besos en la penetración, lo que nos causó mucha conexión en el sexo. Ella empezó a gemir demasiado pronto y sentía como me abrazaba para hacer que mi pene no perdiera profundidad hasta que se vino delicioso, lo que encendió al instante.

Yo estaba muy animado con esta abogada tan ganosa con la que estaba descubriendo tanto, definitivamente quería mas sexo. La volteé boca abajo y le subí la cadera para ponerla en 4 y recuerdo que esa vista fue espectacular para mi. Desde la primera penetración en esa pose, ella empezó a gemir mucho mas intensamente mientras yo la embestía con fuerza, lo que hacia que ella gimiera mas fuerte. En esa pose se vino super rápido pero yo no paraba de darle y darle en 4. Se vino una segunda vez y habían pasado pocos minutos y eso me calentó al máximo, por lo que la tomé mas fuertemente de las caderas mientras mi pene entraba y salía con salvajismo, En ese instante recuerdo que ella me dijo “tu haces el amor muy tierno” y yo estaba haciendo justo lo contrario con el cerebro reptiliano completamente libre y luego se vino por una tercera ocasión en menos de 10 minutos.

Luego de ese encuentro despejé muchas dudas sobre mi desempeño sexual y tuve el placer de conocer una mujer multiorgásmica. Yo definitivamente quería mas y la volví a invitar a salir. Su respuesta fue que antes de salir me quería presentar a su mamá porque ya había dejado el novio.

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