
Compartir en:
Vivir el Placer sin Límites
Hola, soy Andrea Guerra, una mujer trans colombiana que lleva el calor de Bogotá grabado en cada curva. Mido 1.80, mis caderas anchas y mi culo redondo y firme se mueven como una invitación al pecado, mi piel canela suda bajo el sol de esta ciudad, y mis senos pequeños, esculpidos por hormonas, se endurecen con cada pensamiento sucio. Mis ojos cafés, oscuros y hambrientos, buscan un hombre serio, maduro, dominante, que me agarre con fuerza, me folle hasta que mi cuerpo tiemble, y me haga suya en cada rincón. No quiero solo imaginar polvos ardientes: quiero chupar, montar, y sentir tu verga dentro de mí, para luego escribir cada gemido, cada embestida, en mis relatos. En Guía Cereza, mis historias no son cuentos; son mi vida, mis orgasmos, mi piel marcada por el placer, y tú puedes ser la próxima página que escriba.
Bogotá es mi amante, mi cómplice. El olor a café amargo y sexo flota en sus calles, la lluvia moja mi piel mientras camino, y los bares vibran con salsa que me hace querer bailar desnuda y follar hasta el amanecer. En mi apartamento, mi refugio sagrado, me transformo frente al espejo: lencería negra que aprieta mi culo, un vestido que apenas contiene mis caderas, un perfume que huele a deseo puro. Allí, me convierto en Andrea, mi yo travesti, libre, con las piernas abiertas y el corazón acelerado. Me toco pensando en un hombre que me rompa, que me ate, que me folle sin piedad, y esas fantasías se vuelven relatos que queman. Pero no quiero solo escribir: quiero tu cuerpo, tu sudor, tu semen, quiero vivir cada polvo y hacer que sea real.
Me enloquecen los besos que saben a aguardiente y saliva, que me hacen gemir mientras tu lengua se enreda con la mía, invadiendo mi boca como si ya me poseyeras. Quiero tus manos clavándose en mi culo, apretando mi piel canela, dejando huellas que duelan al sentarme. Chupar verga es mi vicio: meterla hasta el fondo, saborear la sal, el calor, la vena que late contra mi lengua, y tragarme todo mientras te miro con ojos suplicantes. Ser follada es mi religión: en cuatro, con mi culo en el aire, o contra una pared, con tu peso aplastándome mientras me abres con fuerza. La sumisión me moja: átame las muñecas, azota mi culo hasta que arda, hazme rogar por tu verga. La lluvia dorada me vuelve loca, ese chorro caliente cayendo en mi piel, mi boca, mi cuerpo, desatando algo sucio y perfecto. Soy dulce, obediente, pero una perra insaciable para el hombre que sepa dominarme.
No tengo un historial largo, pero mi cuerpo grita por aprender. Mis ojos cafés te ruegan que me enseñes, que me uses, que me hagas tuya en cada esquina de Bogotá. Esta ciudad me dio agallas: camino con mi peluca alta, mi feminidad travesti brillando, sin miedo a las miradas. He follado en cines oscuros, he gemido en callejones húmedos, he sentido el placer correr por mi piel canela, y cada polvo es una historia que escribo con tinta y semen. Pero quiero más: quiero tu verga marcando mi culo, tu voz gruñendo mi nombre, tu cuerpo chocando contra el mío hasta que el mundo desaparezca.
Busco un hombre que no tema tomar lo que quiere, que me doble sobre una mesa, que me culee bajo la lluvia bogotana hasta que el cielo se quiebre. Quiero amigos que rían conmigo en los bares, amantes que me rompan en la cama, soñadores que me susurren sus perversiones más oscuras. Escríbeme papi. Dime cómo me follarías en un bar, con la salsa retumbando y el aguardiente quemando. Dime cómo me atarías, cómo me harías gritar, cómo me bañarías en tu lluvia dorada y caliente. No quiero solo tus palabras: quiero tu cuerpo contra el mío, tu calor dentro de mí, y luego escribirlo todo, cada embestida, cada orgasmo, cada marca en mi piel.
Bogotá es nuestro escenario, 2600 metros más cerca de las estrellas, y yo soy la que más brilla para ti. Mis relatos son mi vida, pero no quiero vivir sola. Quiero tus manos, tu verga, tu dominio. Encuéntrame en Guía Cereza o mi wpp 3223509033, donde el placer no tiene límites. Escríbeme, vive conmigo, cómeme, y hagamos que nuestras realidades sean relatos que quemen la piel. ¿Te atreves a ser mi amo, mi realidad, mi próxima historia?