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Durante la cuarentena me hice de una amiga que sacaba a pasear a su perro una vez al dia. Siempre iba con una gabardina beige a la espinilla y unos tacones altos de aguja con lazos muy sexis. Me encantó desde la primera vez que la vi. Un día intercambiamos números. Lia vivía sola pero no era su casa, era la casa de un matrimonio de edad que la cuarentena agarró en otro país y ella se quedó a cargo de la casa y el perro. Bien pronto me empezó a invitar a su casa y salíamos a pasear al perro (un pastor aleman). Pronto nos hicimos amantes y cuando iba a visitarla a su casa me pedía fuera desnuda con solo una gabardina y tacones altos (justo como ella hacía). Salíamos al parque a pasear al perro, las dos completamente desnudas con tacones y en lugares discretos nos quitábamos las gabars y así desnudas nos besábamos y metíamos mano. Queriendo llegar incluso más lejos, nos hicimos el reto de besarnos por un minuto con los ojos cerrados. Poníamos la alarma a un minuto, y asi nos besábamos desnudas magreando nuestras tetas la una con la otra. Salir de ese trance siempre era muy emocionante, voltear a ver alrededor y ver si alguien nos había pillado mientras recogíamoa del suelo las gabars y nos las poníamos. Después regresábamos a su casa echando humo de calientes y recién abríamos la puerta nos fundíamos en el lesbianismo más rico de mi vida. La cuarentena para nosotras dos fue una época deliciosa de placeres inimaginables. Incluso pensé en irme a vivir con ella pero mis papás no lo permitieron.
Lia me acostumbró a visitarla siempre desnuda y sólo con la gabardina y los tacones. Era super exitante caminar por las calles sabiéndome desnuda, y al llegar a donde vivía me hacía dejar la gabar al lado del portón y caminar desnuda 10 metros hasta llegar a su puerta. Cuando por fin entraba, chorreando de caliente, ella me recibía tambien desnuda y se comía delicioso toda mi raja, aveces incluso con la puerta abierta a la vista de la calle y de su perro (que conocía de sobra nuestros hábitos y cuerpos desnudos).
Siempre me ha gustado exhibirme y más en lugares públicos. También he tenido sexo en lugares públicos y han estado así 🤏 de ser descubierta o descubiertos. También una vez me tocó ver a una pareja de mangos (muy guapos los dos) comiéndose a dos metros de donde yo estaba sentada mientras ella no me quitaba el ojo de encima. Al final terminé liándome con los dos en las narices de mi novio. Pero esa es otra historia que más tarde relataré con mayor detalle.