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Ser modelo webcam es lo más divertido que me ha podido ocurrir. Anoche ofrecí un espectáculo inolvidable. Mis piernas estaban juntas y la cámara transmitía en primer plano mi culo. Yo apretaba el agujerito del ano para excitar a mis clientes, contrayendo y expandiendo su belleza. Sé muy bien que es la pose que más divierte a mis espectadores.
Mientras tanto, con los dedos de mi mano derecha me masturbaba, acariciando mi clítoris. Al cabo de un rato, dejé de repetir el movimiento de contracción y expansión mi ano. Y entonces, introduje con gusto mi dedo índice en mi ano. Los comentarios de mis clientes demostraron la fascinación que les causaba eso. En realidad me gusta usar mis dedos para estimular mi ano.
Estuve unos diez minutos así, masturbándome y estimulándome con ambas manos. Me entregaba al placer con gusto. Al cabo de dos años trabajando en esta industria, puedes dedicarte con gusto al placer. Cuando me inicié, los nervios no me dejaban actuar. Así que la satisfacción que simulaba no coincidía con lo real.
Hoy, cuando me masturbo frente a la cámara, en realidad lo estoy disfrutando. Me gusta ver cómo mis dedos describen círculos sobre mi vagina. Me encanta ver los comentarios de mis clientes incitándome. Me llena de emoción saber que me dejó llevar por las experiencias nuevas. Sí, las experiencias que me sugieren mis espectadores sobre mi trabajo como modelo webcam.
—¿Qué más le gustaría que hiciera?—dije anoche tras llegar a mi orgasmo—. ¿Alguien tiene una idea para continuar con este show?
—Acerca tus tetas a la cámara y mándame un beso—dijo el usuario Dark-Knight—. Eres una rubia muy hermosa.
—También mándame un beso a mí. Te doy 5 tokens ya mismo—pidió Michel.
Sin dudarlo, cumplí los deseos de ambos usuarios. Sé muy bien que se fascinan cuando pronuncio sus nombres. A Michel le di un beso directo en la cámara. Y luego, le lancé un beso soplado. Es decir, besé mi mano derecha, antes de ubicarla sobre mi mentón y soplar. Ese es un gesto muy provocador de toda modelo webcam.
Siempre he trabajado sola. Así que debo jugar con mi imaginación constantemente. El otro día ubiqué mi cámara web justo frente a mi vagina. Así que era posible apreciar todo. Y cuando digo todo, es todo. Se podían ver con nitidez los labios mayores, los labios menores. También el huequito de la uretra, el clítoris y el hueco de la vagina.
Sé muy bien que mis clientes se deleitan con el chorreo del líquido vaginal. Bueno, me refiero a ese líquido viscoso y suave al tacto. De hecho, para mí genera gran sensación cuando lo tengo en mis dedos. Es interesante cuando entre mis dedos logró formar un puente colgante de ese líquido. Fluido vaginal es el nombre más exacto, aunque otros lo llaman mucosa vaginal.
Yo tengo el gusto de ver desde otra pantalla lo que está ocurriendo en mis sesiones de modelo webcam. No tengo que mirar directamente a la pantalla de mi laptop. Así que también me siento a gusto observándome a mí misma, teniendo sexo conmigo misma. En medio de ese espectáculo de primer plano de vagina, uno de mis clientes dijo:
—Toca la cámara con ese fluido.
—Si vamos, tócala. La semana pasada vi a otra modelo webcam hacerlo.
—¿Están seguros?—dije.
—Sí, hazlo—respondieron otros.
Así que me levanté de la cama y con la punta de mi dedo índice toqué el lente. Tras ver el resultado en la pantalla de mi habitación, acepté que valió la pena. A mis clientes también les gustó. Así que empezaron a llover notificaciones de tokens. A pesar de que la cámara estaba sucia, se podía ver con claridad mi rostro. Empecé a lanzar besos con mis labios a todos, para agradecer.
Luego tuve que usar un pañito húmedo para limpiarlo. No es la primera vez que lo hago. Ya en otras ocasiones había tenido que hacerlo. Sobre todo cuando tras tener un squirt, el jugo vaginal salpicaba el lente. Y hablando de salpicaduras: sé lo mucho que a los espectadores les gusta el spitting.
Es algo que los espectadores piden con frecuencia. El spitting, como su nombre lo indica en inglés, alude a escupir. Para mí también resulta excitante la idea. El otro día, vi a un par de modelos webcam ofreciendo un “spitting contest”. En otras palabras, un “Concurso de Escupir”. Las dos intercambiaban escupitajos por turno. Así cada una mantenía su boca abierta para recibir la descarga de saliva.
Honestamente fue algo que me excitó. También me gusta hacerlo. Pero en mi caso, como soy modelo webcam independiente, lo hago sola. Ya tengo dominada la técnica de escupir. Para mí es tan sencillo como disparar un dardo y acertar en el blanco. Pero a veces los escupitajos caen en distintos lugares.
—Cuánto me gustaría tragarme esa saliva, querida Verónica—apuntó uno de los espectadores—. Lanza más, lanza más.
—Sí, es excitante. Es grosero, es provocador—dijo otro.
Continué haciéndolo con gusto. El sonido de las notificaciones de los tokens continuaba sonando y sonando. Debía ganarme unos 5 dólares en menos de un minuto. Yo complementaba lo de los escupitajos de saliva, masturbándome. Y a veces acariciaba mis tetas hermosas de modelo webcam. También les gustaba que dejará un poquito de saliva en mis labios apretados.
Al principio de ofrecer este servicio, algunos escupitajos caían en el lente de la cámara. Y aún a veces ocurre. Solo que ahora el lente no queda manchado. Porque, antes de iniciar el spitting, coloco un tablero, un panel transparente. Lo sensacional de este panel es que puedo escupir de frente.
Así que en pantalla el resultado es aún más excitante. Yo continúo con la labor de escupir hasta que en los comentarios piden algo distinto. Entonces corro el panel que protege a la cámara y comienzo a masturbarme. La creatividad de ofrecer un espectáculo distinto a los de siempre se mantiene.
Soy una modelo que apenas tiene 23 años. Me inicié en esto desde hace un año. Lo hice después de terminar mi relación con mi novio. Es mucho el dinero que gano a diario por esto. Mis padres aún no lo saben. Yo tengo un as bajo la manga para evitar que lo sepan. Y es que no trabajo desde casa. Lo hago desde un motel. Tengo que pagar el doble al administrador para que me deje usar sola la habitación. Pero es un costo que tiene una alta rentabilidad.
Ahora que lo pienso, creo que meter dedos en el ano es lo que más complace a mis espectadores. Todo lo que tiene que ver con lo anal los excita tremendamente. Como modelo webcam puedo certificar esto, por las vibraciones que me da mi consolador. Que suerte tenemos las modelos de tener ese aparato que se estimula con los tokens. Es decir, el famoso Lovense Toy.
Hace unos días, sentí como ese Lovense Toy llenaba de sensaciones mi cuerpo. Sentí que ese aparato iba a estallar en mi vagina. Y todo porque unos minutos antes había comenzado a meter dedos en el ano. Esta es una práctica también conocida como ass fingering. En ese momento, como en otras ocasiones, la cámara transmitía en primer plano. Mi culo era el protagonista.
Yo me había colocado en cierta posición desde la que era notable mi rostro. El extremo rosa del vibrador salía de mi vagina. Yo iba a introducir mi dedo, porque un espectador lo había pedido. Y entonces, cuando lo introduje en mi ano, la lluvia de tokens comenzó. Y como esos tokens están sincronizados con mi Lovense Toy, mi cuerpo comenzó a estremecerse.
Mis ojos se colocaron en modo blanco por varios segundos. Era un estremecimiento único e imprevisto. Como si hubiesen hundido en mi interior una verga gruesa y larga. Mi dedo aún permanecía en mi ano. Cuando logré reponerme al efecto, observé de inmediato los comentarios.
—Qué delicia, cariño—escribió uno de mis clientes—. Ver a una mujer meter dedos en el ano me excita mucho.
—Vamos continúa, te seguiré dando todos mis tokens—apuntó otro.
—Húndete esos dedos bien a fondo.
Tengo que confesar que tengo muy buena experiencia en el sexo anal. Desde que me inicié en la masturbación no tardé en prestar atención a mi ano. Así que lo he sabido estimular. Actualmente no siento ninguna molestia cuando hago eso de meter dedos en mi ano. Mi último novio se dio gusto teniendo sexo con mi ano. Realmente, a la hora de masturbarme, eso es algo que me complementa. Es delicioso el ass fingering.
Tal como lo dije anteriormente, soy una mujer rubia. Tengo unos pechos muy bonitos y unas piernas muy atractivas. Sé que soy hermosa. Y me siento orgullosa de serlo, porque eso me ha garantizado buen sexo conmigo misma. Lo disfruto mucho. Y más cuando lo hago frente a la cámara, complaciendo a mis espectadores.
Cuando estoy frente a la cámara, generalmente uso medias de seda. Esa lencería me hace ver muy hermosa y provocadora. También suelo usar vestidos elegantes o temáticos. Me he vestido de policía, bombero, secretaria, entre otros. Tengo mi colección de disfraces y otras cartas bajo la manga. En este negocio hay que ser muy creativo.
—Saca otro papelito, saca otro papelito—dijo ayer mis clientes con frecuencia—. Ojalá que vuelva a salir eso de meter dedos en el ano. Quiero el papelito de ass fingering.
—¿Seguro que quieres que vuelva a hacerlo? Porque recuerda que no depende de mí, sino de la suerte.
—Vamos, vamos, sorpréndenos. Déjanos saber que sale.
Así que metí mi mano en la urna de cristal y saqué un papelito. No salió lo de meter dedos en el ano, pero sí la de “ass spread”. Como lo dice su nombre en inglés, esto significa culo abierto. En este caso, el show consiste en aproximar más la cámara a mi culo. Generalmente lo hago de pie.
A los espectadores, les encanta que empiece a manosearme mi culo. Pero sobre todo, que haga contracciones con mi ano. Mi ano se expande y se retrae. Ese movimiento da una sensación muy excitante. Generalmente pienso que mi ano se convierte en dos labios bien estrechos. Sí, como cuando uno está a punto de dar un beso.
La sesión de “ass spread” o culo abierto se prolongó durante varios minutos. A mitad del juego usé aceite lubricante en mis nalgas, lo que las dejó brillando. Mis manos se deslizaban con mayor facilidad por mi piel. Era delicioso manosearme, sentir que estaba teniendo sexo conmigo misma.
Después me retiré de la cámara y caminé hasta la cama. Me arrodillé sobre ésta en posición de cuatro. Durante un buen tiempo le estuve dando fuertes palmadas a mis nalgas. Algo que también generó provocación en mis espectadores. Los tokens se intensificaron, logrando que mi vagina vibrara de emoción.
—¿Quieren algo más?—pregunté—. ¿Vuelvo a elegir otro papelito?
—Sí, veamos qué hay de nuevo en el menú—dijo Dark-Knight.
—Sí, escoge uno nuevo.
—Pues allá voy.
Saqué el papelito y descubrí la palabra “consolador anal”. Me levanté de la cama y coloqué el papelito frente a la cámara. Tomé el consolador sexual de mi cama e inicié el show. Como ya tenía el ano lubricado, el consolador entró con suavidad. Mientras tanto, el Lovense Toy seguía en el interior de mi vagina.
Estuve introduciendo el consolador en una posición desde la que se apreciaba mi rostro. Así, mis espectadores podían contemplar mi rostro de satisfacción. El periodo de “consolador anal” generó grandes sensaciones entre mis espectadores. Yo iba leyendo los comentarios con la misma emoción.
Cuando uso el consolador, la satisfacción es mucho más intensa. Es algo distinto a lo que se alcanza con el ass fingering. Porque el consolador es más grueso, más “anatómico”. Mis gemidos de satisfacción eran reales. Mis espectadores lo sabían a la perfección por el número de tokens que estaba recibiendo.
Y es que es fascinante combinar la estimulación anal con la vaginal. Si logras tener un dominio perfecto de ambas zonas sensibles, lo disfrutarás. Así ha sido de momento conmigo. Eso de meter dedos en el ano hay que saberlo hacer. Si eres mujeres, comienza a estimularte suavemente, hasta que lo domines.
No sé cómo será el asunto con los hombres. Pero en lo que a mí respecta, es mi plato favorito. No siendo más me despido.