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𝗡𝗼 𝘁𝗲 𝗵𝗮𝗴𝗮𝘀 𝗱𝗮ñ𝗼.
𝗡𝗼 𝗱𝗶𝘀𝗰𝘂𝘁𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲.
En donde no haya amor o no te respeten simplemente márchate, pero no te involucres en discusiones para tener la razón y mucho menos te esfuerces para que el otro cambie o vea su error.
Si no ve, no ve. Suéltalo ya, tu paz no es negociable.
Madurará cuando sea su momento. No busques comprensión, sólo sigue tu paz.
No te hagas daño.
No pases horas, días, semanas y meses mirando películas, televisión o navegando por Internet. La tecnología es la droga de los tiempos modernos. Esto te distrae de tu propósito y esclaviza tu atención hacia el exterior, que debe estar enfocada siempre en tu corazón.
No te hagas daño. No continúes con tu pareja si ya se perdió la magia; si él o ella no puede ver tu grandeza, si ya no eres prioridad para él (o quizás nunca lo fuiste).