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Voy a compartirles una anécdota que me sucedió la semana pasada.
Saliendo de una de las tantas vueltas que se necesitan para renovar la licencia de tránsito, un poco frustrado por tener que dirigirme a un banco para consignar los derechos de la licencia, me topé con un hombre de unos 50 años quién corría la misma suerte que yo.
Me preguntó que si no me apareció el colmo la cantidad de burocracia que se tenía para obtener una simple renovación de licencia. Hablamos un rato quejándonos de las diferentes formas en las que el gobierno hacía más difícil la vida para los ciudadanos.
El caso es que conversamos todo el trayecto hasta el banco, y lo que duró el trámite en el banco también. Al salir del banco Manuel que así se llama el caballero me dijo que sí nos tomábamos algo. Con la confianza que habíamos logrado durante la conversación, accedí y nos fuimos a una cafetería cercana.
Después de unos 5 minutos sentados, Manuel empezó a hacer comentarios que me pusieron alerta.
- Lo bueno de este tipo de cosas es que se conoce gente como vos,.
- a si? Pregunté yo y cómo soy yo?
A lo que me respondió:
- eres un hombre interesante y atractivo, el mejor que se puede tener.
Obviamente yo sabía para dónde iba con sus comentarios por lo que decidí seguir el juego.
- Y eso como para qué o qué?
Y Manuel sin ninguna pena me dijo:
- para comérmelo enterito.
Mientras me decía esas cosas, y consiente de lo que estaba por pasar, yo hice una observación más detallada del hombre con el que estaba coqueteando.
Era más o menos de mi estatura es decir 175,, de complexión mediana es decir se veía atlético sin ser extremadamente acuerpado, en pocas palabras no está amor no estaba nada mal .
Después de semejante invitación se activó mi lado curioso y le dije que cómo hacíamos para disfrutar el combo.
Terminamos en el apartamento de Manuel, un bonito lugar en el norte de la ciudad, entramos y empezó la el juego.
Me invitó a sentarme en la sala mientras ponía a hacer un poco de café, yo inteligentemente me senté en el sofá en una en las esquinas, cuando ya regresó se sentó en la esquina opuesta y me dijo:
- quién iba a pensar que un trámite tan aburrido iba a terminar siendo una experiencia tan agradable.
A lo que yo le contesté:
- y todo lo que falta todavía..
Sin pensarlo más empezó a besarme casi con desespero, entre sus manos hábilmente desabrochaban mi pantalón. Cuánto por fin saco mi pene se dispuso a meterselo a la boca. Inmediatamente me di cuenta la experticia que tenía en el tema, usaba su lengua para lamer desde la raíz hasta la cabeza de mi pene, lo introducía hasta su garganta, mientras me masturbaba.
Unos minutos después me cogió de la mano y me llevó al cuarto,, ahí nos terminamos de desvestir, me acosté en la cama boca abajo a lo que Manuel empezó a jugar con mi nalgas, primero solo agarrandolas un poco luego separándolas con las manos para empezar a lamer con su experta lengua mi ano. Su lengua muy mojada entraba en mí de una manera que me hacía casi gemir de placer, después de unos minutos en esas empezó a jugar con los dedos metiendo primero uno y después dos. Cuando ya me había dilatado, se montó sobre mí y empezó a presionar con su pene la entrada de mi ano, yo ya estaba que me moría de placer por lo que la penetración fue muy fácil, su pene era bastante grueso por lo que sentía bastante gusto cuando me penetraba suavemente porque tengo que decirlo se portó como un caballero. Luego de estar un rato en esa posición, lo sacó se cambió el condón y me puso boca arriba con las piernas recogidas, con lo cual sentía que su pene llegaba tan adentro de mí, qué pensé que me iba a desbaratar. No puedo describir el placer qué sentía con cada embestida de Manuel, sentía como su grueso pene entraba y salía de mi me generaba un placer indescriptible. Después de un rato aceleró el ritmo y se vino dentro de mí para hacerme gemir de placer cuando al venirse su pene palpitaba descontroladamente.
Después de venirse se acostó boca abajo y yo me monté sobre él, estaba un poco cansado de haberme aguantado semejante macho, aún así me puse el condón y empecé a penetrarlo a él. Tenía un c*** bien apretadito por lo cual fue muy sencillo excitarme de nuevo y al cabo un rato también exploté dentro de él. Nos quedamos dormidos como una hora más o menos, después nos levantamos, me di una ducha, me vestí y me fui.