
Compartir en:
Ya no me duele tu ausencia, ni me hace falta tu rostro, ni el aroma que dejaste en mi piel cuando me abrazabas. Ya no me pierdo en pensamientos esperando que regreses, ni me encuentro deseando verte por casualidad.
Ya no tenemos nada pendiente: ni los cafés que se convirtieron en rituales, ni las risas que me derretían, ni esos bailes que desataban lo que callábamos, ni las canciones que nos unían más allá de las palabras.
Ya no me intriga tu nombre en la pantalla, ni el eco de lo que pudo ser. He dejado atrás los momentos y borrado los recuerdos que aún nos amarraban, porque entendí que el pasado solo vive en nuestra mente y no tiene cabida en el presente.
Ya no tenemos nada pendiente, cerré las puertas a tu recuerdo, borré todo lo que ya no me pertenece. Lo que se fue, se fue por algo, y el ciclo terminó.
Ya no tengo nada pendiente contigo. Y aunque a veces me pregunte cómo te va, no quiero saberlo. No quiero saber de ti ni de lo que fue. Ojalá encuentres lo que buscas, pero de lejos, porque ahora el único camino que quiero seguir es el mío.