Conocí a un chico de mi edad el otro día y hoy me voy a aparear con el. El trato es que el cornudo de mi marido nos conduzca a un motel barato (me encantan los moteles baratos, me hacen sentir muy puta) mientras él (un keniano verga-larga de ensueño) me vaya metiendo mano en el asiento trasero. Al llegar, entraremos los tres a la recepción (donde me conocen bien y babean cada que me ven llegar con un ligue nuevo), mi marido pagará, le entregaré mi anillo de casada a la vista de todos (nunca lo he corneado con el anillo puesto, bueno, sólo una vez pero fue porque ni tiempo me dio), nos besaremos cachondamente alli a la vista de todos, y se despedirá dejándonos a mi y a Dan (mi ligue) la llave de la habitación donde daremos rienda suelta a nuestros más primitivos instintos.

Mañana a la mañana, mi marido pasará por mi y atenderemos un lunch familiar donde volveré a ser la esposa modelo que soy ante la sociedad. Otra cosa, la travesura incluye no ducharme ni arreglarme para que mi marido vea cómo me dejaron la noche anterior.

Me encanta ser una perra