Hace unas semanas me fui de viaje a otra ciudad, quería hacerlo hace rato, salir de la ciudad y cambiar la rutina.
Me lleve en mi maleta los ligueros, la peluca y el panty negro ya que quería ponérmelos allá en la habitación de hotel y hacerme una rica paja.
La segunda noche que estaba en el hotel decidí no salir, estaba cansado de lo que hice en el día (nada del otro mundo) y decidí dedicarme tiempo para mí.
Me quité la ropa, y me metí a la ducha para darme un buen baño, lo cual me quito parte del cansancio.
Pero antes de meterme en la ducha había dejado sobre la cama los ligueros, la peluca y el panty negro para ponérmelos después.
Pedí una bebida y me estaba secando con una toalla mientras me la traían, estaba terminando de secarme cuando golpearon a mi puerta, la abrí y entro un tipo trayendo lo que había pedido, yo solo tenia la toalla enrollada alrededor de la cintura.
El entro y dejo la bebida encima de una mesa, cuando su mirada se poso en lo que yo había dejado encima de la cama, yo no tuve tiempo de ocultar esas cosas, y el se sonrojo aun mas que yo y nos miramos un momento.
¿Así que te gusta esto? Fue lo único que me dijo; Yo agaché la mirada y le dije que sí, que era algo que hacía hace tiempo.
Después él me dijo ¿Puedo ver cómo te queda eso?, lo cual me tomo por sorpresa y me hizo sentir algo extraño pero rico en mi interior; le dije que sí y el se sentó en una silla mientras tanto, la verdad yo notaba que el estaba algo emocionado y porque no, un poco nervioso, casi tanto como yo.
Me quite la toalla me puse los ligueros, el panty y la peluca, me arregle un poco mas y me acerque a su silla; Él no podía dejar de mirar cada parte de mi cuerpo y me dijo: Te ves como una mujer, me gusta mucho como te ves.
Sonreí y me senté encima de él, y empecé a susurrarle en el oído algunas cosas mientras mi mano buscaba su entre pierna y que rico cuando pude palpar su pene que ya estaba duro.
Me levante y eche llave en la puerta, y él se quedó mirándome y le dije: Soy algo tímido y no quiero que entre alguien y me vea chupando tu verga.
Después de eso lo desnude totalmente y lo lleve a la cama y una vez allí lo acaricie por completo y empecé a masturbarlo lentamente, disfrutando de su rico y erecto pene.
¿Te gusta? Le pregunta mientras él decía: si, si, así, no pares.
Acerqué mi boca a su palpitante verga y con mis labios cubrí su cabecita, dándole unas pequeñas succionadas que lo hicieron gemir alto, así estuve un buen rato, disfrutando de su sabor.
Después metí su pene en mi boca, empezando con una mamada que a ratos la hacía de manera lenta y a ratos rápida, alternando la velocidad.
Me quite el panty y deje que el me acariciara y me masturbara también, que ricos gemidos me arranco cuando sus manos acariciaban mi pene.
Me hice encima de él y restregaba mi cola en su pene, que rica sensación la de la dureza de su verga tan rica.
Hicimos varias poses así, sin penetración, pero disfrutando de nuestros cuerpos, me volvió su putita esa noche.
No aguante y otra vez le hice una mamada, esta vez con mi lengua recorrí todo su pene, lamiendo cada centímetro de piel de su verga, incluyendo los testículos.
Me puso en 4 con su lengua recorrió todo mi ano, sin dejar nada sin lamer, mientras yo gemía de placer.
Un rato después me dijo que se iba a correr, que no aguantaba más, así que me acerque a su pene, lo masturbe y lo hice eyacular en mi cara, recibiendo toda la descarga de esperma en ella, dejándola empapada.
Limpie su verga con mi lengua dejándola sin rastro de su semen y en ese momento no aguante mas y termine eyaculando mientras terminaba de limpiar su pene.
Nos recostamos en la cama después de que el limpio mi cara, hablamos un rato y después el se vistió y se fue.
Tuve que bañarme nuevamente, y me acosté feliz y muy cansado.