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Voy a contarles una experiencia bastante intensa que tuve cuando conocí un sauna para caballeros que hay en la Ciudad de Cali.
Llevaba días planeando ir a un sitio que se llama metrópolis en la Ciudad de Cali, había escuchado cosas positivas y tenía mucha curiosidad. Finalmente me resolví a ir. Debo confesar que estaba nervioso porque nunca había hecho una cosa de esas, prácticamente era como ir de pesca.
Llegué al lugar a eso de la 1 de la tarde, es una casa verde ubicada en el norte de Cali. La entrada es una especie de sótano y tiene una reja qué conduce a la recepción. Me abrió un joven agradable y me dio la bienvenida. Me cobró la entrada y me dio una llave de un casillero, me entregó una toalla muy pequeña unas chanclas y me dijo que era un día desnudo. A mano derecha de la recepción había un salón con bancas y casilleros alrededor, procedí A quitarme la ropa y entré a una especie de patio en la que había unos baños. En ese espacio había unas máquinas para hacer ejercicio, en una de las máquinas estaba sentado un joven bastante musculoso que me ofreció un servicio de masaje, el servicio tenía un costo que se cargaba la cuenta si uno lo desea. Yo agradecí el ofrecimiento y seguí el recorrido. Llegué a un espacio abierto en el cual había una especie de jacuzzi grande, dos escaleras una para la derecha y una para la izquierda, y dos puertas que conducían una al baño turco y otra al sauna. Entre estos dos sitios habían dos sillas que estaban ocupadas una por un caballero de unos 50 años totalmente desnudo y con su pene medianamente erecto, la otra por un joven de unos 24 años qué se tapó el pene con la toalla. Les hice una seña para saludarlos y me metí al sauna. Este sitio era bastante oscuro, y tenía una forma como de ese, me fui hasta el fondo y me senté en una de las bancas. No pasó más de un minuto cuando entró el joven que estaba sentado en la silla y me dijo que sí se podía sentar a mi lado. Eso me gustó, el respeto que mostró al pedirme permiso. Obviamente le dije que sí, ya se hizo a mi lado derecho y empezó a tocarme la pierna. Con timidez su mano empezó a acercarse a mi pene, y como yo que yo le prometida y como vio que yo le permitía hacerlo, se puso de rodillas delante mío y se metió mi pene en la boca. Una sensación bastante agradable, cálida, lo metía con suavidad y jugaba con su lengua alrededor del glande, lo llevaba hasta el fondo de la garganta y lo retenía ahí hasta que hacía arcadas. Estuvo así por un par de minutos y luego me dijo que se tenía que ir a trabajar pero que si nos podíamos ver el día viernes, yo le dije que sí aunque la verdad estaba un poco frustrado porque no quería que se acabara.
Poco después que salió, entró el señor que estaba sentado al lado, sabía que me estaba buscando porque estaba masturbándose. Se puso al lado mío y no me dijo nada, solo se masturbaba. Tenía un pene pequeño y delgado. Yo veía que estaba ansioso pero no se atrevía a tomar la iniciativa así que le pregunté si se dejaba ayudar a lo que obviamente respondió que sí. Se puso delante mío y yo empecé a masturbarlo y después de un rato me puse rodillas y le empecé a hacer sexo oral. La verdad sabía bien aunque por el tamaño de su pene, sentía que no era lo que quería, aún así continué chupándola hasta que me dijo que se iba a venir, así que lo saqué y él terminó solo. Cuando me levanté me di cuenta que había un hombre de unos 55 años bastante alto mirándonos, tenía un miembro bastante grande y grueso, Yo calculo unos 22 cm de largo, se estaba masturbando mientras me veía. Cuando el señor con el que yo estaba se fue, se me acercó sin preguntar nada y me cogió de la mano, me la puso en su miembro y me hizo que lo masturbara. Eso sí era un pene verdad, sentía en mi mano cómo vibraba, era muy grande y voy confesar que me asusté un poco. Estaba en esas cuando entró otro joven, no tendría más de 20 años y se sentó en una de las bancas a vernos y masturbarse. Eso parece que hubiera excitado más al tipo con el que yo estaba, porque me tomó de la cabeza y me hizo que se lo chupara. Qué cosa tan grande, ocupaba toda mi boca, tenía buen sabor por lo que me dejé llevar y empecé a hacerle una garganta profunda. Lo cogí de las nalgas, y lo presionaba hacia mí, sentía mi garganta dilatarse, obviamente llegaron las arcadas con lo que él se enloqueció y empezó a follarme con fuerza. Yo estaba encantado, a eso había ido. Le pedí al joven que se acercara pero no quiso, así que dediqué a seguir chupando.
Después de un rato el señor me tomó la mano me puso en pie y me dio la vuelta, me hizo agachar y empezó a chuparme el culo. Yo ya sabía lo que se venía así que me relaje y lo dejé. empezó a combinar la lengua y los dedos, y un rato después se puso de pie y empezó a puntearme con el miembro. Yo lo tomé de las caderas para controlar la fuerza, porque empecé a sentir que él me quería taladrar de una. Y efectivamente me mandó el lance. Yo sentí un dolor intenso por lo cual me lo saqué y le dije que si va a ser así no le iba a permitir nada más. Cuando lo miré tenía una cara de depravación que me preocupó. Le di otra vez la espalda y él volvió a ponerse detrás mío, volví a poner mis manos en la cadera de él para controlar las embestidas. Él intentó meterme otra vez su miembro de manera fuerte pero yo estaba preparado y lo detuve con las manos, así seguimos jugando hasta que dilate lo suficiente y ahí sí lo dejé penetrarme a su gusto. La sensación de dolor y placer fue muy rica,, el calor del sauna, el espectador pasivo y esa vergota dentro de mí, a eso había ido. Estoy seguro que el tipo estaba empepado, me clavo unos 5 minutos y se vino. Lo sacó, me dio un par de nalgadas y se fue. Yo quedé temblando, me senté un momento y salí del sauna.
Para relajarme entré al jacuzzi, estuve unos 10 minutos ahí cuando miré para arriba en el segundo piso un joven muy atractivo me hizo caras para que lo siguiera, yo me incorporé y como quien no quiero la cosa subí. Cuando ya estaba cerca el joven dio la espalda y se fue caminando hacia el tercer piso, ahí habían unos cubículos con una luz azul puerta y una cama, él entró en uno de ellos y me esperó.
Entré y cerró la puerta.
De uno se puso de rodillas y empezó a chúparmela con frenesí, diría casi que con desespero. Después se puso de pie y me pidió qué le hiciera lo mismo. Él tenía un pene promedio. Ni tan largo ni tan grueso. Se lo chupe un rato y luego me pidió que me acostara boca abajo. Yo de manera sumisa obedecí rápidamente, sentí como el joven se subió a la cama, se montó sobre mí y empezó a puntearme delicadamente. como yo acababa de tener metido ese monstruo en el sauna, entró con facilidad, este joven era muy vigoroso por lo que me penetró activamente. Yo sentía como me lo metia hasta el fondo, con un ritmo rápido. No pude evitar soltar un par de gemidos, estuvo así casi 20 minutos hasta que sentí cómo se contraía y se vino dentro de mí.
Se levantó y salió del cuarto.
Yo me quedé acostado, cansado y adolorido. Después de unos 15 minutos en los que estoy seguro que me dormí, me levanté, me bañé y salí. Fue una experiencia maravillosa.