En un universo tan extenso y secreto como es nuestro cerebro, no hay cabida para algunas cosas cuando se trata de tener una comunicación íntima consigo mismo. No hay cabida para los secretos, para las mentiras, para los engaños, ni mucho menos para los deseos. Y sobre esto último y en especial en lo relacionado con los más oscuros, profundos y excitantes deseos del placer, del erotismo y la lujuria, él si que sabe en realidad no solo lo que queremos, sino como, con quién y con qué intensidad.

Y ahí estaba, como habitualmente casi todas las mañanas al despertarme... desnudo sobre mi cama, acariciado por una tibia frazada color marrón... buscando mi primer orgasmo del día.

Despacio... sin afán como me gusta, mi mano izquierda deslizándose despacio pero firmemente por mi vástago viríl erecto, tal como acostumbra estar desde que me despierto y tengo consciencia sobre mi; así amanece. No se por qué pero así amanece y eso me gusta; pero más me encanta aprovechar para no perderme la oportunidad. mientras tanto, con mi otra mano tomo un frasquito de sen Intimo electrizante (que compré en el Guía Cereza, de la 80, dos cuadras arriba de Av. Colombia) que mantengo a la mano sobre la mesita de noche, y dejo caer desde la parte más arriba de mi verga un delgado chorrito de ese placentero elixir... que al cabo de unos segundos lo hace arder de placer...  

...Y con esa suavidad que le imprime el elixir al tacto mientras la fricción lo esparce por todo mi miembro, ahora no lo tengo solamente duro sino verdaderamente dispuesto para el disfrute... más grueso, venoso, brotado y con el glande totalmente enrojecido y humedecido en esa mezcla magistral entre mi precum y el sen... a la cual solo le faltaría la humedad de la vulva de ella; de la mujer a quien en ese instante le dedico esta paja, la primera de mi excitante día, o a ti quien te tomas este momento para dejar volar tu imaginación y tus sentidos leyendo estas letras... Estoy seguro que en este instante, algo ya estas sintiendo en la entrepierna. Tócalo, pálpalo; déjalo salir y saboréalo: Es justo ese ingrediente del que hablo... el que le falta en este instante a esa mezcla magistral que se conjuga arriba y ahora brota por el borde de mi verga... hasta encontrarse con el puño de mi mano cerrado formando un anillo de presión y de placer sobre el brillante cuerpo cavernoso de mi ardiente falo.

Y en esa faena, mientras cierro mis ojos y me dedico en pleno a mi placer, a sentir esa de verdad electrizante sensación, siento como quiero explotar y, al casi inevitable punto de no retorno, aprieto como nunca la base, justo en el punto donde mis bolas... más sensibles que nunca se expanden hasta verse totalmente contenidas en mi escroto, como queriendo decir que ya está todo, todo listo para el gran final... pero logro contenerlo y mientras el climax se suspende por unos instantes, vacío esta vez una cantidad más generosa del electrizante Sen...

... dejo esta vez que el chorro embadurne por completo mi verga y mis bolas. Pero para mi curiosa fortuna y aún mayor placer a lubricar accidentalmente mi ano. Esta vez del Sen se deslizó por entre el caminito que hace la línea que hay en medio del escroto y la entrepierna... para colarse allí...

... casi de inmediato me invadió desde mi ano una sensación especial nunca antes experimentada. Un calor delicioso, localizado y picantico...

Mi ano se bañaba de placer y como un acto inesperado, involuntario de mi ser... pareció expandirse delicadamente mientras el Sen ahora se colaba en su interior....

Ahora, con esta nueva sensación multiplicada, continué con mi ritual de las mañanas, dispuesto esta vez a concluir. Dejé el frasquito de Sen en la mesita y mientras mi mano izquierda seguía deslizándose con aún más firmeza, literalmente ordeñando con las ganas al máximo por exprimir y dejar salir toda mi leche a borbotones... instintivamente sentía que mis dedos querían corresponder a todo ese ardor y placer de fuego en mi trasero. Sin dudarlo, con mi mano derecha dispuesta por colaborar con este ahora nuevo y secreto fetiche... introduje suavemente mi dedo anular en mi ano accidental y deliciosamente lubricado por el Sen...

Lo tuve que sacar casi al instante porque me sentí venir... Pero la verdad, la nueva sensación ameritaba darle un poco más de tiempo y toda la oportunidad para experimentar. Solté todo. Mi verga dilatada venosa, caliente y enrojecida, a la vista pulsaba las casi inevitables contracciones del orgasmo, mientras se dejó salir ya por la inevitable carga de leche y de placer, un delicioso brote de mi simiente blanca y espesa, mezclada con ese rico líquido transparente previo al orgasmo... se deslizó hacia abajo por mi verga ante mis ojos y manos quietas, hasta bajar por completo a humedecer mi ano... pero también el marrón de mi cobija térmica, dejando la evidente muestra de que la cremosa faena de la mañana estaba siendo única y desde ahora... más, mucho más placentera. Todo me causaba placer en ese instante. Es como si mis sentidos estuvieran agudizados al límite. HDP que delicia. (Nota al pie: en este momento detengo estas letras porque debo calmar esta calentura que me ha producido hasta este momento recordar esa faena... Ya volví).

Una vez bajaron los "decibeles" del casi inminente orgasmo, decidí continuar con mi faena, esta vez sin tocar mi verga, buscando experimentar el placer focalizado en mi ano, con mi dedo (esta vez si) ungido por completo en el electrizante Sen. La sensación fue indescriptible (y estoy seguro que dará para otro relato completo por aparte). Sentí como mi ano, previamente bañado en Sen íntimo electrizante, se expandía como rendido al placer; a recibir mi dedo hasta el fondo.... Solo me dediqué a sentir.. a disfrutar...

No llevaba 30 segundos o máximo un minuto de estar sintiendo aquella nueva forma de placer, cuando desde mi verga sin siquiera estar tocándola... empezó a brotar por su agujero natural y por otro hoyito curioso que tengo gracias a un Piercing bien sexy que tengo por allí, esta vez con mayor intensidad mi blanca leche. Pero hubo algo nuevo: No sentía esas ricas contracciones; un enorme placer si, pero aumentado desde el interior de mi ser; desde detrás de mi verga prensada, desde la que solo salía leche como por una llave abierta. Eso hizo que mi placer y deseo del orgasmo aumentaran, pero sin llegar a ese climax donde empieza la bajada de la montaña rusa del placer, sino al contrario: me salía leche... más y más. Y mi verga me pedía concluir la faena me inducía a querer agarrarla de nuevo para seguir...

... Y lo hice. La apreté desde abajo con fuerza y empecé a masturbarme con energía y mucha fuerza. Observaba como ahora mi cobija se pintaba más por todos lados donde caía mi semen rico y abundante... mi ombligo se llenó también por completo y en aquel momento... ya no supe más de mi.... La ordeñada magistral fue tan excepcional, que odié en el instante posterior, cuando ya estaba de nuevo en mis "cabales" que era lunes y debía ir a trabajar.

Y mientras iba para la oficina... en silencio tomado de esa baranda del metro de Medellín...la comparaba instintivamente en mi imaginación tanto en calibre como en dureza... con la maravilla de prodigio que provocó ese Sen electrizante al despertarme, multiplicando en mi verga su dureza, sensibilidad, y calor. Y en mi... el placer, la excitación, la cantidad de leche de mi orgasmo y ese nuevo fetiche descubierto, el cual ahora hace parte habitual de mis íntimos y secretos juegos de placer, pero también de mis nuevas experiencias que comparto de vez en cuando con mi citas de placer...

...En esas en las que logro reunir con el placer húmedo de ella, el tercer ingrediente esencial del verdadero elíxir magistral.