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No podría describir en una sola palabra el por qué me excita tanto verme en una situación sexual, en un lugar público, expuesta a ser pillada, cometiendo actos inmorales. El hecho es que hace ya unos tres años, conocí a un chico con el que tuve muchísimo feeling, pero al ser yo casada, él estudiante y con un trabajo, nuestros encuentros eran más bien escasos y con muy poco tiempo.
Elegíamos vernos en un parque que nos quedaba cerca a ambos. En un comienzo solo nos atrevíamos a darnos besos y rozarnos por encima de la ropa; cuando ya nos fuimos teniendo más confianza ( y más ganas) le dimos rienda suelta a nuestro deseo. Ya conocíamos las horas en las que el parque era poco concurrido, elegíamos la noche, sin niños, ubicamos lugares estratégicos en donde no quedábamos tan vulnerables, pero claro, al ser lugar público siempre existe el riesgo de que te vean. (Y eso hace que sea aún más excitante... y adictivo). Tengo muchos, muchos recuerdos de esos momentos tan excitantes, él hurgando por debajo de mi blusa, sacando mis tetas para devorarlas, yo solía ir en falda y el pantaloneta por aquello de la accesibilidad jajaja
Le sacaba su verga y le daba unas mamadas que lo dejaban temblando, era feliz poniéndome delante de él, sentada en esa mesita de asfalto, y él enfrente de mí, también sentado; mi cuca quedaba justo a su disposición. Me abría las piernas, me olfateaba con tantas ganas, que mi lubricación brotaba, de solo verle la voracidad. Él con su cabeza metida entre mis piernas, mis dedos agarrando su cabello, yo perdía el control, cerraba mis ojos y me concentraba en sus deliciosas mamadas... Si nos habrán visto, eso es muy probable, y si así fue, estoy segura de sea quien sea, que haya tenido esa fortuna, tuvo su buena dosis de excitación, ¡Ah, porque así como es de estimulante exhibirse, también lo es el saberse objeto de deseo y quizás la razón de una paja de un desconocido.