Guía Cereza
Publicado hace 15 horas Categoría: Hetero: Primera vez 127 Vistas
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MI PRIMERA VEZ

De cómo perdí la virginidad.

Perdí mi virginidad a medio primer instituto y la perdí de una manera nada ortodoxa. Esa tarde marcó un hito en mi vida y definió mi sexualidad hacia el futuro.

Desde chica siempre supuse que era lesbiana. Mientras mis amigas hablaban de chicos yo hablaba de chicas pero sin saber que en el fondo había un contexto sexual. Mis primeros besos fueron con amigas, mis primeros fajes con amigas, conocidas y parientas (primas).

Mis padres un día decidieron dejar México y mudarnos a Australia. Acá llegué a cursar el año 8 secundario sin saber ni pizca de inglés. Cuando mis padres nos llevaron al colegio por primera vez para presentarnos y registrarnos como nuevas alumnas (mi hermana y yo) tuve suerte, inicialmente me habían registrado en el año 8A, pero cuando se enteraron que era mexicana decidieron moverme al 8b, que porque allí había una mexicana como yo y que así mi adaptación sería más fácil.

Llegué el siguiente lunes con mi uniforme escolar nuevo, falda a medio muslo roja a cuadros, camisa blanca con corbatín rojo y calcetas blancas con unas botas negras tipo militar qué me regaló mi abuelo.

Al entrar al aula yo iba nerviosísima, cuál, aterrorizada. Me pasaron al frente del salón y me presentaron. Cuando la maestra y directora estaban viendo en qué lugar me sentaría una chica un poco pecosa, cara de traviesa y cabello claro suelto hacia los hombros hizo espacio y me cedió su lugar con tanta amabilidad que me sorprendió. Se llama Kati y también es mexicana me dijo la directora (colombiana, hablaba español). Para cuando llegó la recreación a medio día Kati ya era mi mejor amiga hasta el día de hoy y nunca nos separamos. Con ella tuve mis primeros besos un par de meses después pero estaba renuente a querer andar conmigo o llegar a algo más que besos conmigo. Un día le pedí ser mi novia y me dijo que no pero que por ningún motivo estaba dispuesta a perderme y que si yo lo aceptaba podíamos tocarnos de vez en cuando pero sin que nadie lo supiera. Así empezaron nuestras primeras relaciones de noches de pasión cuando yo o ella nos visitabamos de viernes para sábado. Su mamá se convirtió en mi tía y mis papás en sus tíos. Pero como yo dormía en la misma habitación que mi hermana era mejor cuando yo me iba a su casa. Veíamos películas, nos masturbábamos estando juntas y nos revolcávamos a media noche cuando nos asegurábamos qué su mamá dormía. Las relaciones que teníamos eran muy intensas, los besos que nos dábamos eran cada vez más intensos y aveces hasta terminábamos lamiéndonos las caras en besos pasionales de media hora.

Pero todo ese mundo de fantasía fue interrumpido cuando un chico de año 11 llamado Chava (chileno) la empezó a buscar y cortejar. Al tipo lo odié desde el día uno. Me enfurecía ver a Kati preferirlo a él que a mi y un día se lo dije y me pidió disculpas, pero que lo nuestro podía continuar a escondidas como siempre mientras ella intercalaba entre los dos. Así pasaron unas semanas hasta que un día llegó a mi casa un sábado por la noche diciendo que necesitaba hablar conmigo. Cenamos rápido y mi papá nos condujo a casa de Kati como muchas veces pasaba. Lo normal. Pero esa noche todo cambiaría. Yo iba feliz sabiendo que pasaríamos la noche juntas como en los "viejos tiempos" (3 semanas antes), según yo :)

Pues no, apenas pudimos le dijimos a su mamá que nos subíamos a ver una peli que porque estábamos cansadas. Cuando yo empezaba a desnudarme enfrente de ella como siempre hacíamos ella sólo se sentó en la cama y me dijo seria que quería hablar conmigo. Me senté a su lado y ella me tomó de la mano.

Tuve sexo con Chava –, me dijo dejándome atónita. Que lo había hecho, que le había encantado y que pensaba seguirlo haciendo. Yo le dije que si estaba loca o qué, que lo que una vez nos habíamos prometido era en pedirnos permiso antes de hacerlo. Yo ya sabía que ese par ya hacían cosas, pero pensaba que era parecido a lo que ella y yo hacíamos, pero resultó que no. Lo peor vino cuando me dijo que estaba enamorada. Esa noche me la pasé llorando en su regazo y aunque ella decía que eso no iba a interferir en lo nuestro la verdad es que para mi eso fue fatal. Yo, en mis más íntimos deseos era tener una relación seria con ella y eventualmente casarnos. Así estaba yo de loca en esos tiempos.

Como ellos hacían sus cosas y yo era la mejor amiga de Kati pues quién iba a ser la encargada de cubrirlos a ellos mientras ellos hacían sus cosas. Pues obvio que sólo podría ser yo. Y así fue como de ex-novia dejada y celosa me convertí en su cubridera para todas las porquerías que hacían. Así fue como me convertí en testiga muda de sus gemidos, aplausos y sonidos acuosos. El lugar principal era en casa de él, aunque aveces lo hacían en casa de Kati mientras yo vigilada qué la mamá no llegara. Obvio que nuestra relación sí se vio afectada pues ya no iba a mi casa o yo a la suya cada fin de semana sino que ahora era yo pasar el fin de semana con ellos para cubrirles sus cosas. Así pasaron las semanas y un par de meses hasta que a mi me empezaron a inquietar esos sonidos y fue entonces que me empecé a masturbar en la habitación de la hermana de Salvador mientras ellos lo hacían en la de él. El asunto me empezó a interesar y un día empecé a formularle preguntas a Kati (que para entonces ya era una experta). Que porqué esto, que porqué aquello, que porqué esos aplausos, que porqué se hablaban así incluso llegando aveces a insultarse, enfin, todas esas preguntas que a una se le pueden ocurrir. Esa misma tarde me dijo que si día quería verlos por ella no habría problema. Yo me quedé callada y el tema me tuvo ocupada pensando en el significado de esas palabras.

La siguiente semana empezó como cada semana "normal" entre ellos. Es decir, cogiendo como conejos, sin parar, pero con la novedad que ahora ellos dejaban la puerta de su cuarto abierta de par en par. Un cierto día de esos tomé valor y me acurruqué en el marco de la puerta y fui entonces que los vi. Chava estaba arriba de ella y yo sólo veía las piernitas de Kati abrazándolo por la espalda y sus brazos alrededor de su cuello moviéndose ambos como serpientes en combate. No pude evitar que mi mano bajara a mi empapada entrepierna y darme dedo con los jeans a medio muslo.

Esa tarde fue el inicio de algo más. A partir de entonces y por el resto de la semana eso se volvió la norma. Si al principio Salvador se cohibió un poco al verme cuando cambiaron de posición (la puso en cuatro), el resto de las tardes ellos sabían que estaba allí y me brindaban un excelente 👌 espectáculo. Una tarde, el fatídico viernes, yo estaba acostada (pero vestida) en la misma cama que ellos hasta que nuestras miradas (la mía y la de Kati) se unieron. Me preguntó que si quería probar. Yo estaba que me quemaba por dentro, ver la verga de Salvador (qué me parecía gigantesca) sacando leche la primera vez fue algo que me dejó perpleja. Se me hacía increíble que esa herramienta pudiera sacar tanta leche y con tanta fuerza. Cuando Kati me ofreció a probar tomando un poco en su yema del dedo no se me hizo asqueroso, de hecho me gustó un poco.

A su pregunta contesté que sí, que quería hacerlo. Chava entonces me vio con ojos de demonio y se tomó la verga meciéndosela frente a mi. Kati le dijo que me chupara y ella se puso a chupársela a él. Un par de minutos después de estar sintiendo por primera vez la lengua de un hombre en el coño (las chicas lo chupamos mejor, no hay duda hoy lo sé), Kati se separó de él, me recostó, me besó y me preguntó si estaba lista. Me puse boca arriba y le dijo a Chava que tuviera cuidado. Colocó la punta de su verga en la entrada de mi todavía virgen coño mientras Kati me besaba y acariciaba los senos y entonces me la metió de un tirón. La vista se me nubló pero no de dolor sino de goce. Estaba tan cachonda de verlos que entró como vaina caliente en mantequilla. Me empezó a culear primero lento pero agarrando velocidad a cada culeada, después cambió de ritmo, la sacaba hasta la punta y después me la clavaba hasta el fondo. Al otro lado, Kati y yo nos besábamos con lujuria mirándonos a los ojos. Por eso cada que recuerdo la pérdida de mi virginidad veo a Kati y no al chico, es como si Kati me hubiera desflorado, cogiendome con uno besándome con alguien más (recuerdan mi fetiche?). Mientras yo veía estrellas en los ojos de Kati y sentía espasmos de felicidad mi mente tenía una pregunta que se formulada cada segundo: Porqué no empecé antes con esto?

Cuando Chava se salió de mi no me pareció, pero enseguida entendí el porqué y fue entonces que supe lo que era sentirse mujer, y sucias. Mi cabello, mi cara y mentón, cuello, senos y vientre, y creo que hasta mis orejas quedaron empapadas en lefa. Chava se derrumbó sobre de mi batiéndose él mismo en su propia leche. Aún no recobrado nuestro ritmo respiratorio escuchamos la puerta del garaje abriéndose. La mirada de pánico de los tres fue sonora. Estábamos por ser descubiertos en una situación que no conocía explicación. Nos vestimos como pudimos (mi brasier quedó debajo de la cama de Chava, después me enteré), el calzón de Kati nunca más apareció (misterio hasta el día de hoy), yo me limpiaba la lefa con mi suéter escolar, mi cabello tenía restos de semen que nunca vi (pero la hermana de Chava sí 🥶), y yo acabé poniéndome el brasier de Kati. Mientras la mamá y hermana de Chava entraban por la puerta nosotras íbamos de salida (yo con leche de Chava en el cabello) topándonos frente a ellas con la marca del pecado (y leche) en la frente. Por rutina nos saludaron de beso, vi que Lina (la hermana) se tocaba algo de su cara (leche de su hermano?) mientras nosotras nos escabullíamos como si hubiéramos robado algo y estuviéramos huyendo de la zona del crimen (en cierto sentido así era).

Esa noche llegué a mi casa sintiéndome diferente. Esa mañana había salido siendo una niña, ahora quien regresaba era una mujer. Me sentía diferente. Como liberada. Como plena. Sabiendo que no era lesbiana sino bi, una palabra que hasta este momento tomaba total significado para mi.

Ese fue el comienzo de nuestros desenfrenos. Desde ese día los novios de Kati eran también mis novios, mis novios eran suyos, y mis novias ellas sí eran sólo para mi. Casi siempre.

Por eso para mi, en cierto sentido, el sexo es más cosa de tres que de dos.

"Cogiendo con uno mientras me beso con otro" es mi lema, mi escudo de armas.

Besitos a todos y todas 😘

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🍒 Pregunta Cereza

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