Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Gay 904 Vistas
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Les quiero contra mi experiencia en VideoScape XXX. Es un sitio donde se protectan películas para adultos, enfocadas al público gay. Me llamó la atención porque en la ciudad de Bogotá casi no hay sitios para el público adulto y al parecer era facil el acceso a sexo casual. Algo por lo que iba.

Una tarde fui, era jueves. Temía que no hubiera nadie. El sitio está ubicado en un centro comercial cerca a Unicentro. Al lado, irónicamente de una iglesia. Miré las puertas (son dos salas) que daban al pasillo pero me daba pena entrar. En esas me decidí y me atendió un joven, de unos 22, con ojos claros. Notó que estaba algo nervioso. Claro, era mi primera vez yendo a un sitio de cruising, por así decirlo, y supongo que no es común que vayan tan jóvenes.

El chico me cobró 20.000 pesos por solo estar en una sala. Eso sí, fue muy amable y profesional. A veces uno debe quitarse la vergüenza y aceptar para qué va, a final de cuentas todos tenemos una parte sexuL que nos da pena mostrar. En fin, a mis 20 un sitio lleno de maduros puede ser hostil, y claro que lo era, pero generalmente controlo la situación muy bien entonces no me sentí mal ni cohibido.

Entré, otra puerta separaba la sala. Er a una habitación oscura con cuatro sillas y dos televisores en la pared. Una sábana separaba la habitación creado dos espacios. Tan pronto entré ví a un dos hombres de unos 30 o 40 años sentados en la pared, mirando fijamente como otro calvo y trigueño (con traje de enfermero) se la chupaba a otro con los boxer en el piso, mostraba su culo lampiño. Aunque tengo el morbo alto, no soy tan fácil de entrar en ambiente, me senté en la primer silla que ví y enfoque mis ojos en la pantalla. Duré como 10 minutos sin mirar a los otros, quienes estaban disfrutando, la vergüenza me seguía cohibiendo.

A veces levantaba la cabeza y miraba como uno que estaba en los extremos se sacaba su verga mientras veía la película. El mismo calvo, se sentó al lado de uno de barba, como de unos 35. Tenía camisa blanca abierta y se sacó la verga para que el primero se la chupara, no la vi bien, era un juego de sombras. Te go que aceptar que el de barba estaba muy bueno, pero no pude hacer nada con él. Mientras iba entrando uno y saliendo otro, en la otra parte de la sala al parecer había acción, a veces se asomaba un joven, como de 25 y veía la acción. Eso sí, aquí también hay voyerismo. El joven estaba desnudo a juzgar por su clavícula.

Luego, mis camaradas se retiraron. Ya habría pasDo como una hora. Y yo no me atrevía a hacer nada. Tal vez desconfianza, nunca es facil mastúrbate en frente de desconocidos. Tampoco sabía quienes eran o si estaba sucio el lugar donde estaba sentado. Duré algún tiempo para deshacerme de estos escrúpulo. "Vine aquí para hacer morbo", me dije. "Ya pagué, ya estoy aquí, qué hptas!", dije, pensando que por lo menos me masturbaría, hacerlo sin preocupaciones de tu casa por si un miembro de la familia de pilla.

Me levanté y fui a la otra parte de la habitación, estaba sola. La película era argentina, me quedé viéndola. Acariciaba mi entrepierna. Así duro unos minutos hasta que ví entrar a un señor de unos 55 años. Tenía barba canosa y ojos azules, era alto, a juzgar parecía de Europa o con ascendencia de esos lados. Me miró fijamente, yo a esas alturas ya estaba caliente y tiré mi razón por la borda. Le guiñé el ojo y el se sentó al lado mío con seguridad. Me cuenta ser así de "coqueto" o "lanzado" pero cuando estás caliente, todos esos lazos se rompen y sale el animal o el cerdo que llevas dentro.El viejo puso su mano en mi muslo, me sentía bien, es decir, soy algo guapo y de seguro muy pocas veces tiene la oportunidad de estar con un jovencito, como llaman. El viejo comenzó a ir a mi entrepierna, y la acarició. Mi bulto estaba ya duro, y me decidí quitar los pantalones y quedar en ropa interior. Con la mayor seguridad y calentura me levanté, me paré frente a él. Sus ojos me miraron, entré lujuria y algo de cariño. Puso sus manos en mis caderas y con mi ayuda yo le mostré mi verga. No sabía cómo estaba desnudo ante un desconocido, no sabía tampoco como dejaba que otro man nos mirara detrás de la cortina. Estaba desinhibido, estaba caliente. A demás, mi verga ya estaba muy dura para aquel entonces, palpitaba y sentía como mis venas estaban hinchadas. Mi glande goteaba y todo ese pedazo de carne deseaba que alguien lo chupara. Fue asombroso ver cómo el viejo con mi ayuda, me bajo los boxer y yo, orgulloso, le enseñaba mi erección, ancha y algo grande, como me dijo un chico un día. 17 centímetros que iba a introducir en su boca.

El viejo, sin pensarlo, se la metió a su boca. Con sus labios acarició mi tronco hasta que su nariz dió con mi pelvis, y se la sacó. Con su lengua comenzó a jugar con mi glande que ya estaba húmedo con anterioridad. Y seguía con la operación, se la metía completa y luego la frotaba contra su lengua y la labios. Me sentía en el paraíso. Todo esto, recuerden, visto por dos viejos voyeristas quienes se masturbaban.

Luego de unos minutos, estaba extasiado. Queri mostrarme, quería que me lo siguiera chupando. Si ya habían visto mi verga, ¿Qué más perdería? Llevaba una camisa de botones y la fui desabrochando poco a poco. Debió ser un gran espectáculo. Poco a poco deje ver mi estómago peludo y mi pecho. No estoy marcado pero tengo buenos pectorales de los que me siento orgulloso. Eso fue la cereza del pastel. Tres viejo viendo como un joven de 20 tiraba su camisa al piso y dejaba ver cómo su pecho se expandia agitadamente, con él, sus pezones, anchos y rosados, se movían con la misma intensidad. Gotas de sudor caían por mi garganta, se confundían con la saliva del pecho pues el viejo me había chupado los pezones e iban a dar en mi estómago velludo. Mis manos acariciando mis nalgas y mis pezones par darme más placer. Era un animal o un dios ante ellos, exhalando en pleno éxtasis de lujuria. Del estómago, vellos mojados ya sea por el sudor o por la saliva del viejo bajaban y cubrían mi pelvis y de allí salía el tronco de mi verga. Toda estaba humeda, seguía igual de dura y ahora con un cierto color rojo en toda ella.

Para esas alturas, ya estaba prendido. Entonces me quiere los zapatos, las medias y me terminé de quitar los pantalones. Sin darme cuenta, estaba yo, un joven con sus pezones erectos y mojados y su verga dura, caliente y venuda, exhalando y acariciando mi cuerpo mientras tres machos veían. Pero solo era de uno, el viejo con quién estaba se desabrochó su pantalón. Era su turno y estaba dispuesto a darle placer. Mi sorpresa fue grande al ver que si bien, no está a erecto su miembro, este era ancho. Era de color más oscuro y tenía mucho cuero, tanto que su prepucio colgaba y tapaba completamente su glande. Alguien debía despertarlo y me dispuse a esa tarea. Puse su miembro en mi boca y súper que no sería tarea fácil, si bien, el mío era más largo, el suyo evidentemente era mucho más ancho. Comencé a chuparlo, primero me lo enterraba hasta la garganta y después mis labios acariciaba cada centímetro de su tronco y glande, haciendo una leve presión para que realmente sintiera lo que es una verdadera "chupada". Mi lengua lamió sus pelotas cubiertas de piel y su subió por todo su tronco. Está a arrodillado, lo estaba alabando de alguna forma. Su verga pronto alcanzó su punto máximo, era ancha, y su tronco estaba tapado por vellos canosos, era un oso maduro. Sin pensarlo me acerque a su oído y le dije "Hagámoslo en el piso". Él me sonrió, se quitó la chaqueta y se acostó encima de mi. Nuestra piernas se enrollaron y nos fundimos en un beso mientras nuestras vergas se rozaban entré si, mientras nuestros glandes se humedecian mutuamente, mientras ya era tres los hombres que se masturbaban mientras nos veían. Ya no importaba nada, éramos placer.

Todo lo que sube debe bajar, luego de unos minutos nos masturbamos y él se vino. Su leche salió disparada a un rincón. Era poca, asumo que ya se había mastribado antes, en cuanto a mi, la leche fue a parr de mi interior a su panza y se confundió con sus vellos plateados. Eso sí, la vergüenza que sigue después de alcanzar el cielo es muy clásica. me pregunto si Adan y Eva se sentirían así. Nos levantamos, no podía mirarlo a él ni a los otros manes que nos morboseaban. Al ver que la faena terminó, unos terminaron en sus manos y otros siguieron viendo la película. El viejo se fue rápido, y yo tuve que ponerme toda mi ropa y sali muy rápido. Tenía mucha vergüenza, no sabía lo que hice, no sabía si me habían grabado. Perm la pasé simplemente rico. No me despedí del chico que atendía, sali volando del local, en la calle volví a ser uno del montón. Deje de ser una ninfa o un héroe que extasía con su belleza a los dioses en el Olimpo. Y tomé el bus.

Después de esta experiencia decidí no volver. Pero ahora que lo veo en retrospectiva - y mientras estoy caliente al mismo tiempo, con la verga rozando mi pantalón - me pregunto si querré volver. Probablemente sí, tal vez no con miedo, sino con disposición y orgullo. Planeo regresar a VideoScape XXX y ver su puedo morbosear a uno de mediana edad,de barba,mis favoritos. Aquí termina mi experiencia. Aprendí que no debí tener tanta vergüenza, al final todos los que van allí van por sexo. ¿Por qué me dará pena que un man me vea masturbándose si está haciendo el lo mismo?

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