Guía Cereza

Mi primer trio y como supe que queria casarme con mi esposo. Escribe Vale

Publicado hace 1 semana Categoría: Tríos 771 Vistas
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Quería aportar un relato y me pareció la mejor elección contarles como fue el primer trio con mi esposo. Hoy l levamos 7 años de casados y tenemos un feliz matrimonio con una hija en el cual nos sentimos libres de liberar nuestros deseos, pero, fue que me enamoré completamente de él la vez que propuse una sesión de sexo grupal y acepto. En ese momento supe que me quería casar con él.

Fue ya hace tiempo y éramos unos novios con dos años de relación con unos 22 años encima, después de coger en la bañera le confese que una de mis fantasías era estar con dos hombres, me sonroje al contarle y cuando dio su respuesta yo estaba un poco nerviosa pero solo me vio con una sonrisa y me dijo que podíamos buscar a alguien para llevarla a cabo.

El tiempo paso y un día se dio la oportunidad de salir con mi esposo y un amigo mutuo, salimos después de la escuela a un bar a tomar unas cervezas para festejar el fin de un semestre más en la universidad, no bebimos mucho, pero si lo suficiente para dejar fluir cosas y la conversación paso de temas comunes a confesiones mas sensuales. Carlos el chico que nos acompaño se puso muy cómodo y aporto mucho a la conversación y por no sé qué motivo termino diciendo que era una mujer hermosa, justo frente de mi esposo, a lo que yo lo voltee a ver sonrojada y solo respondió que si tenía razón. Ese halago termino en una frase que decía -si pudiera te besaría ahora mismo-, mi esposo para no verse menos confiado le dijo que estaba bien a lo que Carlos respondió con un largo pero repentino beso que me dejo boquiabierta.

Carlos se fue al baño para irnos a nuestra casa y mi esposo solo dijo que, si me gustaría que el trio fuera con él, estaba sorprendida mi fantasía a solo un sí, no respondí inmediatamente solo me reí y bese a mi esposo mientras manoseaba mis pechos de manera lasciva y justo en el momento llego Carlos riendo y diciendo que ya era hora de irnos porque teníamos muchas ganas de estar solos.

En el camino, durante nuestra camina nocturna mi esposo estuvo tocando mi trasero impunemente y Carlos nos veía con obvio dese, siendo que en un momento de valor empezó a meter sus manos entre mis piernas y mis tenas. La sensación fue increíble, dos chicos en publico y tocando a sus anchas todo mi cuerpo. Mi esposo no ponía resistencia ni mostraba disgustado a pesar de que ya veía las licencias que tomaba Carlos con mi cuerpo metido en un vestido de noche muy corto, la cosa fue escalada porque llegábamos a un puto donde Carlos debía irse por su camino y nosotros por el nuestro. Al llegar se despidió de mi con un beso muy apasionado y sus manos en mi trasero, mi esposo cuando iba a despedirse de el le dijo que había un hotel cerca y que podíamos pasar a tener algo más de diversión.

Yo me sentí paralizada, mi hombre, mi macho estaba arreglando mi fantasía y Carlos solo se rio y dijo -si Valeria está de acuerdo podemos ir- Yo solo los miré a los dos y asentí con la cabeza y una sonrisa de puta de esas que me salen tan bien. El camino al hotel subió el tono de nuestros jugueteos, los dos ya no respetaban mi cuerpo y buscaban tocarme por debajo de la ropoa y parábamos a besarnos a cada momento, mi corazón se salía de mi pecho y entendí que estaba a merced de dos hombres, dos machos desesperados y lo único que tenía n para calmarse era yo.

Al llegar al hotel mi esposo pidió la habitación mientras yo era besada por Carlos y mientras lo hacía tomo la osadía de meter sus dedos en mi ropa interior, me sentí algo avergonzada porque estaba goteando y el sabia las ganas que sufría. Al darnos nuestro cuarto subimos como cualquier pareja, pero yo adelante, en esa posición ellos aprovechaban a tocar mi trasero y subir mí ya escasa falda.

Al llegar dudamos sobre que hacer primero, eso si los besos y caricias se hicieron mas intensos y como estábamos en privado ambos empezaron a quitar completamente mi ropa, quede en escasos segundos solo en ropa interior. Los dos no encontraban lugar para quedarse quietos y buscaban más de mí. Estaba a merced de esos dos animales, pero cuando ya estaban a punto de domarme por completo empecé a tomar mis decisiones y pedí se sacarán la ropa, empecé por la camisa y baje después a sus pantalones, fui yo quien los bajo y note frente a mi cara dos penes ya duros y enormes esperando a salir para hacer su trabajo.

Los sentí por encima de la ropa, estaba excitadísima, ya solo sentía como goteaba de las ganas que tenia de que esos dos hombres me tomaran, apenas los saqué mis dos antes se volvieron locos, no esperaron ni preguntaron nada solo me tomaron. Los dos de manera violenta buscaron entrar a mi boca, eran tan grandes que no podía ni mantener la punta de ambos en la boca, aun así, luchaban por entrar y cuando mi esposo saco mi sostén y mis tetas bamboleantes salieron mientras intentaba chupar esos dos miembros los dos tomaron total dominio de mí.

Arrancaron el resto de mi ropa y por primera vez me sentí dominada, estaba gozando hasta tener varios orgasmos, pero era imposible hacer algo por mi cuenta, mientras uno chupaba mis tetas otro me daba una sesión de sexo oral muy lento y baboso. Succionaron mis pechos al mismo tiempo, me tomaron como si fuera un juguete y cuando empezaron a penetrarme a turnos estaba loca, gritaba sin modular mi voz y ese ruido solo era superado por los golpes que me daban mis amantes.

Me decido por hacer algo en un descuido de los dos, monte a Carlos que estaba sentado en un sillón y metí su gorda verga de una vez, cuando mi esposo me vio se acerco para tomarme y seguir el dominio de los hombres pero antes que pudiera tomar la iniciativa lo distancie con mi mano y con un gesto dominante le dije que esperara, lo acerque para que también tuviera lugar en mi y busco entrar por mi culo pero con una orden dada bien fuerte le dije -por ahí no entras cabron- Entendió perfecto y con cuidado y lentitud introdujo su polla también por mi vagina junto con Carlos.

La operación duro unos dos minutos, era difícil, pero estaban comprometidos a entrar los dos, al hacerlo me sentí increíble, los dos seguían desesperados por calmar sus penes, pero ahora estaban controlados por mí, sus movientes fueron torpes al principio, pero encontraron el ritmo y así embistieron juntos sin salirse una vez. Me sentía increíble, los orgasmos se sintieron más intensos, pero no solo por el estímulo físico sino por lo que había hecho. Esos dos me dominaron al inicio, no eran hombres sino animales un par de perros en celo y ya estaban domados, los dos juntitos disfrutando mi cuerpo.

Siguieron hasta que lo inevitable paso, sentí como Carlos palpitaba y dejaba adivinar que iba a eyacular, le dije que siguiera y lo hiciera adentro y así fue. Dejo salir toda una carga espesa, caliente y abundante mientras que mi esposo sentía esa lubricación extra. Unos minutos después mi esposo también acabo, Carlos ya había salido, pero seguía debajo de mí. Al terminar solo jadeaban con su pene flácido, nos tomamos un tiempo y después siguieron cogiéndome por turnos e incluso tuvieron diversión entre chicos en la bañera. Pero yo sabía que los había domado.

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